Café y chipá en Asunción

En su nuevo disco de canciones de resistencia, Marina Rossell canta a Moustaki e incluye el gran éxito Bella Ciao a dúo con Paco Ibáñez. La cantautora, en plena promoción, aún recuerda su viaje a Asunción, capital de Paraguay, donde cantó en un espectáculo del coreógrafo Ramón Oller.

¿Cómo empezaban sus días?

A las seis de la mañana escuchaba desde mi ventana a los vendedores callejeros de chipá, que es un pan caliente de maíz y almidón. Más tarde, comenzaba la venta de argollas de maíz, otro pan caliente paraguayo. 

Entiendo que probó ambas cosas…

Por supuesto. Tienen un sabor incomparable con los panes europeos, y su textura es muy diferente. Al comprarlos con la moneda local crees que es caro porque te cuesta 4.000 guaraníes, pero equivale a menos de un euro. 

Sigamos con su cotidianidad.

Me quedaba en un hotel en el corazón de la ciudad, en la calle de la Palma. Muy cerca tenía el Café Literario, un lugar precioso donde servían un café muy especial: lo hacían hervido, en un cazo, no en la cafetera. 

¿Cómo continúa el paseo?

Muy cerca de este café, si sigues caminando, llegas al Panteón de los Héroes y a diferentes parques preciosos, con árboles enormes, magnolios y pájaros de todo tipo. Muy cerca está también el río Paraguay, y es muy bonito contemplar toda la bahía. 

Nos hemos alejado de su barrio.

Es que hay otros muy pintorescos, por ejemplo, Loma San Jerónimo. Está lleno de casas bajitas de colores, y me gustó porque se nota que sus habitantes lo cuidan y viven allí, no es un barrio turístico de cartón piedra. 

Tras la caminata, necesitaría reponer fuerzas.

Sí, y me sentaba muy bien la sopa de pescado. Allí comen sobre todo pescados de río, como el lapacho rosado o el surubí. 

¿Pudo escuchar música local?

Por suerte, estaba muy presente la guarania, un ritmo musical paraguayo. Hay muchos cantantes especializados en este estilo.