Con Jay y Bob el Silencioso en Nueva Jersey

Bruce Springsteen era ya reconocido entre los ciudadanos del estado de Nueva Jersey cuando, hace unos cuarenta años, entró en Jack’s Music Shoppe. El dueño de la tienda de discos más conocida de Red Bank todavía recuerda que se puso algo nervioso. “¿Qué hacía una persona importante como él en mi pequeña tienda?” El periódico The Asbury Park Press relató recientemente cómo el señor Jack Anderson y sus empleados aprendieron rápido que Springsteen se comportaba como un cliente más y, habiendo descubierto una buena tienda de discos, siguió acudiendo a ella habitualmente durante las décadas posteriores.

El año pasado, cuando la fama de Springsteen ya era universal, el músico eligió la tienda para la presentación de su disco Bruce Springsteen: The Album Collection Vol. 1, 1973-1984. Independientemente de que el compositor norteamericano considere este rincón uno de sus favoritos para encontrar álbumes, la tienda de Jack es ya una parada indispensable para cualquier amante de la música que se acerque a conocer la villa de Red Bank, una pequeña ciudad a caballo entre Nueva York y la orilla atlántica de Nueva Jersey, cuyas tranquilas calles han sido escenario de un buen puñado de películas.

Con sus hileras de CDs y vinilos, y su sección de partituras decorada con guitarras firmadas de estrellas del Rock and Roll, Jack’s Shoppe está flanqueada por la entrada al apartamento donde más tiempo pasaban los protagonistas de Persiguiendo a Amy, de Kevin Smith. El cineasta es uno de los personajes más celebres de Red Bank y ha filmado en diferentes rincones de esta villa muchas de las escenas de sus películas. La más reciente, ahora para la televisión, es la serie Comic Book Men, que se desarrolla en el interior de la guarida secreta de Jay y Bob el Silencioso.

En la tienda de estos personajes de ficción, ubicada en el centro de Broad Street, se pueden encontrar cientos de cómics nuevos y viejos, así como camisetas y diversos productos freaks para cinéfilos aficionados al particular sentido del humor de Smith. Los empleados de la tienda son los mismos que aparecen en la serie y no es raro que el propio Kevin Smith se encuentre en la tienda, te salude y te cobre al salir.

Una vez en la calle, la vida vuelve a la normalidad más absoluta de una ciudad tranquila y sin prisas, con sus heladerías, sus cafés y sus tiendas de ropa de diseño propias de un entorno adinerado. La calle principal de Red Bank cuenta incluso con una tienda de Tiffany & Co. Pero el bagaje musical y artístico de esta localidad es lo que más define su personalidad; ha sido cuna de artistas como el pianista de jazz Count Basie, que da nombre al principal teatro de la ciudad. El centro, inaugurado en 1926 y rebautizado en 1984 en honor al instrumentista, es un importante pulmón cultural gracias a un calendario repleto de actuaciones durante todo el año, que alterna desde musicales de Broadway a sesiones de cine clásico y contemporáneo. Pese a que la ciudad no superaba los 13.000 habitantes en 2010, el Count Basie no es el único espacio dedicado al arte escénico de la ciudad: en 1994 se fundó el Two River Theatre, que en 2005 se trasladó a su sede actual, cerca de la estación de tren.

Galerías de arte, academias de teatro y escuelas de música repartidas por la ciudad dan cuenta de la dedicación al arte y el mundo del espectáculo de muchos de sus habitantes. Quizá por ello uno de sus más populares vecinos, el rockero Jon Bon Jovi, eligió Red Bank para abrir su restaurante comunitario Soul Kitchen. Aquí la cuenta no detalla el precio del menú, sino que son los comensales quienes lo establecen mediante una donación acorde a su experiencia; eso sí, se recomienda un mínimo de 10 dólares por persona.

La cocina de Soul Kitchen suele recibir las visitas de cocineros de prestigio y de personalidades muy diversas, como el expresidente Bill Clinton, quien acudió al pequeño restaurante hace un par de años. Una modesta huerta al frente del local nutre de productos frescos a la cocina del establecimiento, al que todo el mundo está invitado a colaborar: los comensales pueden ofrecer trabajo como voluntarios a cambio de la comanda, algo que ha servido de ejemplo en una zona de la ciudad donde se concentra un buen número de población inmigrante, en su mayoría latinos.

La gastronomía más sofisticada también está presente en las calles de Red Bank, con abundancia de propuestas internacionales, como cocina peruana, tailandesa, italiana y, por supuesto, americana. Espacios como Birravino, un híbrido entre trattoría italiana y micro cervecería, destacan por su producción propia de cervezas y una selección de embutidos y panes difíciles de encontrar a este lado del Atlántico.

La vida de calle es otra de las señas de identidad de Red Bank, especialmente en verano, cuando sus ciudadanos disfrutan de música en directo de forma gratuita los sábados al caer la tarde. Incluso se atreven ya con el espíritu más característico del tapeo español gracias a los food and wine walk (paseos de comida y vino) que se celebran una vez al mes entre junio y octubre y que invita a probar diferentes bebidas y bocados en los establecimientos de la ciudad.

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