Luxemburgo, la pequeña fortaleza
Diez pistas para descubrir la minúscula pero interesante capital del Gran Ducado en un solo día
La capital del Gran Ducado de Luxemburgo se asemeja a una de esas esencias que vienen en frascos pequeños. Conocida como la Gibraltar del Norte por su pasado convulso, su posición estratégica y su caparazón fortificado, conserva a la perfección un casco histórico y un recinto amurallado que han permitido a la ciudad estar en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
En su agitada historia, este miembro fundador de la Unión Europea, que acoge la sede del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (TJCE), pasó de mano en mano desde la posesión española a las múltiples ocupaciones alemanas, pasando por la anexión francesa. El nombre de Luxemburgo proviene de una antigua fortaleza llamada Lucilinburhuc que se ubicaba allí en la época carolingia, a mediados del siglo X.
EL VIAJERO aporta diez pistas para una visita de al menos un día a la cuidada capital del Gran Ducado de Luxemburgo:
1. Estación de Luxemburgo. Teniendo en cuenta las reducidas distancias en el entorno del Benelux, el tren es la mejor forma de llegar hasta el corazón de Luxemburgo. La pequeña capital del Gran Ducado está muy cerca de ciudades como Bruselas (a unos 200 kilómetros) o Estrasburgo (a 220 kilómetros), lo que facilita incluso una visita de un día.
Se puede perfectamente acceder al centro de la ciudad caminando a través del barrio de la estación. Lo mejor es enfilar la avenida de la Liberté hacia el valle del Pétrusse.
2. Ciudad de puentes: Un casco histórico tan protegido por la orografía sería inalcanzable sin sus puentes, que la era posbélica ha convertido en el único paso posible a la ciudad para los visitantes.
La avenida de la Liberté lleva directamente al puente Adolphe, en homenaje al Gran Duque que lo erigió a principios del siglo XX. También llamado Puente Nuevo llegó a contar, en aquella época, con el arco de piedra más grande del mundo. El doble arco tiene una altura de 153 metros sobre el valle del Pétrusse.
El Viaducto o Pasarela, conocido como el Puente Viejo, se puede usar para volver a la estación al final de nuestra visita por Luxemburgo. Fue construido entre 1859 y 1861 para cruzar el Pétrusse a una altura de 45 metros.
3. Casino de Luxemburgo: El Gran Ducado es el segundo país a nivel mundial en PIB per cápita y eso se refleja en su Casino-Forum de Arte Contemporáneo, situado a un paso del puente Adolphe, en el bulevar Roosevelt. El Casino burgués se construyó en 1882 como centro de la vida social luxemburguesa.
4. Las Casamatas del Pétrusse son, probablemente, el principal atractivo turístico de Luxemburgo. Se trata de unos pasadizos subterráneos de carácter defensivo, excavados por los españoles en el siglo XVII. La visita dura en torno a tres cuartos de hora y el desnivel asegura un paseo cansado pero que merece la pena.
También merecen la pena las casamatas del Bock, junto a la calle Sigefroi, donde fue construida la fortaleza original.
5. El barrio bajo del Grund acoge la abadía de Neumünster y el Museo Nacional de Historia Natural, dos de las joyas de la ciudad que, sin duda, merecen una visita. Además, el Grund es un buen lugar para tomar un respiro y cuenta con un magnífico ambiente nocturno.
6. Catedral de Notre-Dame: De vuelta al bulevar Roosevelt, de nuevo en la parte alta, la catedral de Notre-Dame es una visita obligada. Fue construida en el siglo XVII y en su interior se puede visitar la cripta y la capilla mortuoria de la familia del Gran Ducado.
7. El Palacio Gran Ducal se ha convertido en la enseña de la ciudad. Antaño fue la casa consistorial luxemburguesa, pero en el siglo XIX se transformó en residencia oficial de la Familia Real.
8. De paseo por el casco viejo: Y después de una frenética jornada de bajadas y subidas entre los barrios bajos y altos, la mejor idea pasa por recorrer la zona más comercial de la ciudad dando un paseo o haciendo unas compras. Desde la Place d'Armes a la Grand-Rue, la calle con más tiendas y boutiques de Luxemburgo, la zona está abarrotada de cafés, bristrós y restaurantes.
9. Barrio Europeo: Kirchberg es la cara de la UE en el Gran Ducado, el barrio europeo luxemburgués, repleto de instituciones como la Secretaría General del Parlamento Europeo, el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, el Banco Europeo de Inversiones y un largo etcétera.
Además, es el distrito financiero y ciudad de la imagen de Luxemburgo con sedes como la del grupo audiovisual RTL o complejos de cine y ocio.
10. Parques y jardines: Tras liberarse en 1867 de su fortaleza de la cara oeste de la ciudad, Luxemburgo dispone de esa parte como espacio verde. El parque de la ciudad, diseñado por el arquitecto parisino Edouard André, es el lugar perfecto para descansar o pasear, antes de volver al tren.
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