Edimburgo, medieval y cosmopolita
Diez claves para descubrir el misterio y la grandeza de la capital de Escocia
Edimburgo es, sin duda, una de las ciudades más impresionantes de la vieja Europa. Su peculiar emplazamiento entre colinas volcánicas, con el Castillo de Edimburgo sobre la Castle Rock, presenta obvias similitudes con la acrópolis ateniense. De ahí que muchos conozcan Edimburgo como la Atenas del Norte.
Tierra de contrastes, está dividida en dos grandes distritos: de un lado, The Old Town, la ciudad vieja, baluarte de la tradición, las leyendas y el misterio, que conserva su aspecto medieval, con un trazado repleto de pequeñas callejuelas; del otro, The New Town, la ciudad nueva, edificada en el siglo XVIII, símbolo de la modernidad y el cosmopolitismo escocés, es un ejemplo de planificación urbanística neoclásica con grandes avenidas en forma de cuadrícula y numerosos parques ajardinados.
Con estos mimbres, El VIAJERO propone una decena de pistas para experimentar toda la magia de la capital escocesa:
1. La Royal Mile. La arteria principal de la Old Town, una avenida de casi dos kilómetros en la que se concentran la mayor parte de los atractivos turísticos de Edimburgo. La Royal Mile conecta el Castillo de Edimburgo con el Palacio de Holyroodhouse. El Castillo, erigido en la parte más alta de la ciudad sobre la cima de un volcán extinto conocido como Castle Rock, fue residencia predilecta de los monarcas escoceses. Hoy es uno de los monumentos más visitados de todo el Reino Unido. En su interior se guarda la Piedra del Destino en la que se coronaban los soberanos escoceses.
Al otro extremo de la Royal Mile se encuentra el Palacio de Holyroodhouse, una edificación barroca reconstruida en el siglo XVII por Carlos II, es célebre por haber sido la residencia de Reina María I de Escocia. A escasos metros se pueden encontrar los restos de la Abadía de Holyrood, el edificio más relevante del conjunto.
2. La Catedral de St. Giles se encuentra en mitad de la Royal Mile. Fue construida sobre una iglesia anterior que data del siglo IX y fue remodelada a lo largo de los siglos hasta adquirir el aspecto gótico que presenta en la actualidad. Frente a la iglesia se hallaba el Tolbooth, durante muchos años prisión de Edimburgo. En su antiguo emplazamiento se ubica el Hearth of Midlothian, un mosaico de adoquines con forma de corazón sobre el que escupían los reclusos que iban a prisión. La costumbre de escupir sobre el corazón de Modlothian se sigue manteniendo y, según cuentan, es un signo de buena suerte.
3. Mary King's Close o callejón King's Mary. La leyenda y el misterio acompaña al viajero allá donde vaya. No es para menos. En el siglo XVII la peste bubónica arrasó la ciudad. El Mary King's Close se convirtió en uno de los principales focos y las autoridades levantaron muros para cerrar el callejón con sus habitantes dentro para evitar más contagios. Los pasadizos subterráneos quedaron intactos durante siglos. Desde entonces, son muchas las leyendas que hablan de apariciones y lamentos de ultratumba.
En la actualidad, el Mary King's Close está abierto al público y ofrece a los visitantes la posibilidad de conocer cómo era Edimburgo en siglo XVII. Se encuentra en la Royal Mile, unos metros después de la intersección con Cockburn St.
4. Monumento a Sir Walter Scott. Situado en la mitad de Princes St., fue diseñado por George Meikle Kemp en 1836 como homenaje a Walter Scott, una importante figura literaria para los escoceses. El monumento, de estilo neogótico, tiene una escalinata que lleva hasta la parte más alta de la construcción. Es uno de los atractivos más impresionantes de Edimburgo.
5. De compras. Nada mejor que llevarse un recuerdo de la capital escocesa. Hay varias posibilidades: Princes St. Es la avenida principal de New Town y la calle comercial por excelencia de Edimburgo. El sitio idóneo para encontrar las últimas tendencias de la moda. Si se prefiere algo más atrevido, debemos dirigirnos al Old Town, concretamente a Cockburn St donde se emplazan numerosos comercios alternativos. Por último, Victoria St. una pequeña calle célebre por el colorido de las fachadas de las casas.
6. La noche de Edimburgo. Existen numerosos pubs en los que poder disfrutar de una pinta de cerveza helada, al tiempo que se contempla un espectáculo de música en vivo. El Sandy Bell's, situado en Forrest Road, ofrece todas las noches conciertos de música folklórica escocesa. Otra alternativa es visitar el Whistle Binkies, ubicado en South Bridge. Una sala de conciertos en la que se pueden ver conciertos de grupos locales con un amplio abanico de estilos musicales.
7. Carlton Hill y Arthur's Seat. Dos excursiones imprescindibles para contemplar Edimburgo a vista de pájaro. Carlton Hill se encuentra sobre una colina volcánica, a lo largo de superficie hay diseminados diversos monumentos: la torre de Nelson, en conmemoración de la victoria de Trafalgar, el Monumento Nacional basado en la Acrópolis de Atenas, y la escultura homenaje al filósofo escocés Dugald Steward.
Frente a Carlton Hill, se divisa Arthur's Seat, también sobre la cumbre de un volcán extinto. Cuenta la leyenda que fue el lugar elegido por el Rey Arturo para contemplar la victoria de sus huestes. Desde la cima se puede ver toda la ciudad.
8. Water of Leith Walkway. Esta ruta ofrece al viajero un remanso de naturaleza en pleno corazón de Edimburgo, una ocasión para escapar del ruido de la ciudad y sumergirse en la paz y la tranquilidad, a través de un sendero que discurre paralelo al curso del río Forth. Un estimulante recorrido de 19 kilómetros desde Balerno, partiendo del puente de Stockbridge, hasta el barrio de Leith, con un impresionante paisaje.
9. The Standing Order. Existen numerosos restaurantes tanto en el Old Town como en el New Town, sin embargo, el Standing Order, en George Street, llama la atención porque se construyó en el interior de un viejo banco. Al fondo del restaurante se conserva la voluminosa caja fuerte que otrora guardaba celosamente los ahorros de los ciudadanos. En este restaurante sirven el plato típico escocés, los haggis, con un sabor similar a la morcilla pero más especiado. Otra opción es el fish and chips, pescado con patatas.
10. Festival de Edimburgo. Con la llegada del mes de Agosto, las calles de Edimburgo se convierten en un hervidero de música, ópera, danza, malabarismos y artes escénicas. El festival se prolonga los largo de tres semanas hasta bien entrado septiembre. En realidad, se trata de la confluencia de varios festivales de distintas materias artísticas que se solapan. Sólo una apreciación: si requiere conocer este evento, reserve con mucha antelación.
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