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Los hijos de la ribera Los ribeirinhos son una población tradicional de la Amazonia. Llegaron de otras zonas de Brasil durante la fiebre del caucho, en el siglo XIX, y cuando esta industria se estancó se quedaron y aprendieron a vivir en armonía con el ecosistema. Su existencia continúa fluyendo allí al ritmo de la naturaleza. Dabihma, una mujer de la etnia kokama que vive cerca del pueblo de Maranata. Lleva el tocado de plumas que usan en las reuniones de asuntos comunitarios. En Brasil se les conoce como ribeirinhos, las gentes de los ríos, un nombre que suena como una llamada que viene de lejos y que nos habla de una forma de vida profundamente integrada en el ecosistema amazónico. La historia de los ribeirinhos, reconocidos oficialmente como población tradicional, se remonta al siglo XIX, a tiempos de la revolución industrial, cuando el mundo se peleaba por el caucho que se extraía de un árbol por entonces endémico de la Amazonia. Mucha gente del noreste de Brasil venía a buscar fortuna a estas regiones como seringueiros (caucheros). Sin embargo, la industria brasileña del caucho colapsa durante el siglo XX, y los seringueiros, abandonados por sus patrones, se dispersan por la zona y subsisten gracias a una forma de vida respetuosa con el medio ambiente y que ha llegado hasta nuestros días. Emeric Fohlen La planta Calathea medaillon, que los ribeirinhos usan para decorar sus casas. Durante la temporada de lluvias, su vida consiste, sobre todo, en paseos en canoas y en actividades en sus casas, levantadas sobre pilotes. La otra mitad del año trabajan sus tierras, abonadas por el paso del río durante las crecidas. La vida fluye al ritmo de la naturaleza. Subsistir aquí les ha enseñado a compartir el espacio con otras especies. Su convivencia resulta maravillosa. Es delicioso contemplar cómo los habitantes de un pueblo se han acostumbrado a ver cómo cada anochecer los monos ardilla cruzan la aldea danzando de palma en palma, puntuales como campanas de una iglesia. Emeric Fohlen Priscilla, una estudiante que vive en el pueblo de Tefé, un domingo en la playa junto al Amazonas. Emeric Fohlen Un lago que quedó en medio del bosque en temporada seca. Emeric Fohlen Renato, vecino de la aldea Agrovila Flora Agricola. Emeric Fohlen Una canoa surca el río. Emeric Fohlen María, de la etnia tikuna, que vive en la comunidad indígena de Barreira da Missão y recoge plantas en el bosque para preparar remedios tradicionales. Emeric Fohlen Uno de los monos ardilla que siempre salen a danzar por el pueblo al anochecer. Emeric Fohlen Renato, pescador de la localidad de Caburini, quien explica que solamente coge la cantidad de pescado que necesita. Emeric Fohlen El Amazonas en la temporada de lluvias, cuando por sus crecidas inunda tierras y boques. Emeric Fohlen Un barco de madera transporta pasajeros y mercancía por el río Amazonas, cerca de la localidad de Manaquiri, próxima a Manaos. Emeric Fohlen Raimundo, de 78 años, líder del pueblo de Caburini. Emeric Fohlen El pie de un árbol tropical. Cuando el agua sube, algunos peces crían en los recovecos de las raíces. Emeric Fohlen Antonio, de 24 años, pastelero y residente en Manaos. Emeric Fohlen Anochecer en la ribera del Amazonas. Emeric Fohlen