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Alterconsumismo
Coordinado por Anna Argemí

Nueve regalos de Navidad (casi) sin embalaje y con sentido

La distancia y el aislamiento nos obligan a reinventar nuevas fórmulas de presentes, físico y ‘on line’, alternativo. He aquí algunas ideas

Vuelve la Navidad y sus imágenes pero este año toca inventar algo nuevo
Vuelve la Navidad y sus imágenes pero este año toca inventar algo nuevo(c) The National Archives UK vía Flirck / Creative Commons

Nada puede suplir la presencia del otro. Creo que es una de las grandes conclusiones que todos hemos extraído de la pandemia. Y cómo la echamos de menos, algo que antes quizá ni teníamos en cuenta, por el mero hecho de que ahora nos ha sido prohibida. Y llega la Navidad, que es el tiempo del estar presentes por excelencia. ¿Quién no recuerda el anuncio de los turrones El Almendro, que vuelven siempre a casa por Navidad? Si no nos podemos reunir en casa y agasajarnos con regalos en estas fechas, ¿qué vamos a hacer?

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La distancia y el aislamiento nos obligan a reinventar nuevas fórmulas de regalo, físico y on line, alternativo. He aquí algunas ideas, que no descubren la pólvora, pero que pueden ayudar a pensar:

1) Entradas a festivales de cine medioambientales o alternativos en el 2021 como Suncine, Ecozine o Another Way Film Festival. No sólo proporcionas un momento de ocio sino también contribuyes a aumentar la conciencia medioambiental de la persona que recibe el regalo.

2) Vales para apuntarse a una formación por Internet. Ya en un día no tan lejano llegaron los MOOC. Todas las grandes universidades del mundo ofrecen cursos gratis en línea. Una locura, cuando uno se para a pensar. Y a raíz de la pandemia, miles de centros educativos o culturales que sólo ofertaban cursos presenciales se han adaptado a las circunstancias y han traspasado su programación a Internet, como por ejemplo La Casa Encendida, que ya no es un centro cultural de Madrid… sino del mundo, por así decirlo.

Aunque nos impongan barreras siempre podemos saludarnos desde ellas

3) Plantación de árboles con Reforesta, por ejemplo, que es una ONG española creada en 2009. Desde entonces ha plantado más de 28.000 árboles por todo el territorio. No sólo lo hacen sino que aseguran el riego y la protección durante años para evitar que se sequen o que acaben siendo devorados por animales. Se puede contribuir a su causa a partir de 1 euro. Y afirman que con 15 plantan un árbol, le ponen un protector y lo riegan los dos primeros veranos. En este blog ya hablamos de otra iniciativa de reforestación colectiva, en este caso francesa, Semeur de Forêts, que busca poblar Francia con bosques que respeten y fomenten la biodiversidad.

Otra opción simpática y socorrida relacionada con los árboles: ¿por qué no apadrinar un olivo (así se llama esta organización? Como se lee en su web, “con una aportación anual de 50 euros, puedes elegir tu olivo abandonado, bautizarlo y visitarlo siempre que quieras. Como agradecimiento, disfrutarás de dos litros de aceite de oliva virgen extra al año”.

4) ¿Por qué no regalar las buenas fuentes de información, que tanta falta nos hacen? Compartamos la buena información que descubrimos online: los lugares virtuales (nuevos medios) con buena información (y alternativa). Por ejemplo, aquí en Francia, donde vivo, se creó hace ya un tiempecito Imago, que es una plataforma online que agrupa documentales, cortometrajes, emisiones de televisión y podcast con un nexo común: la “transición” tanto personal como colectiva. Y bajo ese concepto paraguas cabe tanto la política, como el trabajo, el medio ambiente, el dinero, la colapsología, la permacultura y el transhumanismo por citar algunos temas. Es cierto que ya existen plataformas de vídeo gratis en Internet pero es tal el alud de contenido que es difícil orientarse entre la jungla. Imago nació con esta voluntad de seleccionar para el espectador material de calidad. Se consideran de hecho como la primera cadena de televisión (por Internet) por y para los ciudadanos.

5) El alta como socio de alguna ONG o asociación que defienda aquello en lo que creemos. Nosotros andamos algo limitados en nuestros movimientos de un tiempo a esta parte pero hay muchas organizaciones que siguen trabajando, a pesar de las restricciones, puertas para adentro, en los salones y las cocinas de sus empleados, para conseguir que el mundo siga avanzando en la buena dirección.

Ojalá la Navidad nos regalara poder salir libremente de casa en vez de atiborrar de nuevo el espacio de más y más objetos
Ojalá la Navidad nos regalara poder salir libremente de casa en vez de atiborrar de nuevo el espacio de más y más objetos(c) National Library of Norway vía Flickr / Creative Commons

6) Comprar online objetos físicos de las tiendas locales (o de los fabricantes) del que eres cliente usual. Muchos pequeños comercios tienen ya presencia virtual. A veces por inercia, o por desconocimiento, tecleamos un producto o una marca en el buscador y nos vamos directitos al gran distribuidor global, como si fuera el único. Un pequeño esfuerzo mental nos ayudará a hacer un recorrido más justo por nuestro teclado. Mis últimas zapatillas se las compré directamente al fabricante, que es francés, a través de su tienda online. Si el comercio del barrio está cerrado ¿por qué no darle todo el beneficio al fabricante? Y, cuando puedo, encargo libros directamente a las editoriales que los publican.

7) ¿Hay que comprar? Compremos pero que la compra sea justa o, dicho de otra manera, que el comercio sea justo al menos en estas fechas. Oxfam Intermón ha lanzado un reto ciudadano. Quieren hacer llegar el comercio justo al mayor número de hogares posibles por Navidad y por eso solicitan que cada uno compre un regalo de comercio justo para poner bajo el árbol y que cada uno incluya un producto de alimentación de comercio justo en el menú de fiestas.

8) Y que la moda sea alternativa: justa, solidaria, sostenible… El directorio Moda Impacto Positivo te acerca una gran cantidad de marcas de confianza. De confianza no porque hayan invertido un pastón en publicidad para “venderte la moto” sino porque intentan ganarse la confianza del cliente a base de hacer bien las cosas, aunque no haya un gran público para aplaudirles la gracia y la audacia. Como muestra un botón, nunca mejor dicho. La semana pasada hablamos de Roser y Lorena, dos jóvenes modistas que quieren recorrer España para anunciar la buena nueva del slow fashion y que venden su ropa alternativa en su tienda online.

9) Acercarse a las personas… manteniendo la distancia social. Aunque nos impongan barreras siempre podemos saludar desde ellas: enviar besos con la mano, dibujar abrazos en el aire, sonreír no a la cámara, sino al que nos mira… y juntos o separados no dejar nunca de hablar. ¿No es la comunicación, sea como sea, el mejor de los lazos en las actuales circunstancias? Internet no podrá nunca suplir un verdadero abrazo pero, en espera de poder de nuevo reunirnos todos, lo virtual nos permite sentir algo de la presencia del otro.

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