Esta escultura calienta: la historia de la empresa que ha transformado los radiadores en objetos de autor con tecnología automovilística
La firma Tubes ha revolucionado el sector del calor implicando a diseñadores prestigiosos y desarrollando técnicas propias y sostenibles. Hablamos con Cristiano Crosetta, uno de los artífices de este milagro del 'made in Italy'
“Un modo de disponer elementos para cumplir un propósito concreto”. En una industria sobresaturada de nombres, referencias e historia, la definición que Charles Eames dio del diseño en 1972 resulta aplastantemente simple. Y aplastantemente incontestable. Cumplir una función, barajar lo que ya existe y perfeccionar forma y función es un ideal y una meta posible. Y un planteamiento similar es el que permite entender la historia de Tubes, una firma italiana que ha sabido aunar función, forma, belleza e innovación en un objeto cotidiano al que antes apenas se le prestaba atención: el radiador.
Aunque en sentido estricto forma parte de la segunda generación familiar de socios al frente de la empresa, Cristiano Crosetta ya estaba allí en 1992, cuando se fundó esta compañía con un planteamiento singular. Los socios fundadores venían, como recuerda, del sector de las infraestructuras y la ingeniería. Y se fijaron en un producto apenas explorado en el sector del diseño: los radiadores y los calefactores. “En aquella época se escondían bajo cubrerradiadores o se ponían en sitios donde no se vieran”, explica. “La pregunta que nos hicimos era si podíamos hacerlos ligeros, fácilmente instalables y, sobre todo, a la vista. Que fueran eficientes, pero también bonitos”.
Sus primeros modelos fueron variaciones del calorífero clásico con algunas innovaciones interesantes. Por ejemplo, soldaduras muy tecnológicas y similares a las empleadas en el sector automovilístico que, en comparación con las anteriores, resultaban casi invisibles. “Eran diseños tubulares rectos y limpios, de distintos colores”, apunta. “No había un producto igual en el mercado, así que crecimos muy rápido. Nuestra competencia tomó nota y empezó a hacer propuestas similares”. Después de este primer paso, el germen de la colección Basics que sigue hoy siendo uno de los pilares de la casa. Tras los diseños rectos vinieron los curvos. Y, con ellos, una intuición: “entendimos que destacar en lo estético podía permitirnos crecer”.
El resultado de aquella decisión fue la colección Elements, iniciada en 2004 y desarrollada bajo la dirección artística del estudio Ludovica+Roberto Palomba. “Hicimos un briefing para que cinco diseñadores crearan un producto con su propio estilo”, recuerda. “Lo presentamos en el Salone del Mobile y fue muy llamativo. No se reconocían como radiadores. Incorporaban una nueva dimensión”. Crosetta menciona el Add-on de Satyendra Pakhalé, cuya retícula casi orgánica forma parte de la colección de diseño de varios museos internacionales. O Square de Roberto Palomba. Para emancipar estas nuevas piezas y alejarlas de cualquier referencia a los radiadores tradicionales, Tubes desarrolló una de sus innovaciones más celebradas: el GVR, un sistema que permite colocar las válvulas hasta a seis metros de distancia del calorífero, y que libera la forma de su aspecto utilitario.
Crosetta habla con entusiasmo de una trayectoria que les ha llevado a una posición envidiable en el sector: la de esas empresas que inauguran una nueva tipología de producto a base de imaginación, creatividad y técnica. La primera empresa de caloríferos, radiadores y calefactores en acudir a diseñadores internacionales es también una compañía familiar en la que, asegura, “se habla y se debate todo”. El perfil de Cristiano Crosetta se complementa con el de Renzo Crosetta, responsable de investigación y desarrollo. Es quien aborda la parte más técnica del proceso para que, explica, “los diseñadores solo tengan que ocuparse de la forma”. En Tubes, la técnica implica desarrollar nuevos tipos de aluminio que aumentan la eficiencia energética, que funcionen con agua a menor temperatura, o desarrollar sistemas como el que emplea Square, de Roberto Palomba, basado en una resistencia en seco similar a la que sirve para derretir el hielo de los parabrisas de los coches. Asegura Cristiano Crosetta que el objetivo último de la firma, que hoy también está implantada en España, es conseguir mejores precios y procesos industriales que respeten la personalización sin dejar de ser democráticos. Es decir, un calorífero que caliente como un radiador, sea tan bonito como una escultura y no cueste más de lo estrictamente necesario. La historia del diseño se construye con gestos así.
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