“Usando la lógica del fiscal se podría afirmar que Palme fue asesinado por su esposa”
Hablamos con el periodista Jan Stocklassa, uno de los especialistas en el asesinato del primer ministro sueco, que piensa que el caso se ha cerrado en falso
La rueda de prensa se anunció con una semana de antelación. Era la resolución de uno de los grandes magnicidios del siglo XX: quién mató a Olof Palme de dos disparos por la espalda cuando en febrero de 1986 volvía con su mujer a su casa, sin escolta, después de ir al cine. "Es, con mucho, la investigación criminal más grande de Suecia y a veces se compara con el asesinato de JFK y el atentado de Lockerbie. Ha estado en curso desde 1986. En la investigación preliminar se incluye a 90.000 personas, de las cuales se nombra a 40.000. Más de 10.000 han sido entrevistadas, muchas de ellas varias veces. Se investigaron más de 4.000 vehículos. Y 134 personas han confesado haber cometido el asesinato, incluyendo 29 directamente a la policía”, explicaba Hans Melander, jefe policial de la investigación, en un comunicado publicado ayer en la página oficial de la fiscalía sueca titulado, muy secamente: Decisión de la investigación sobre el asesinato del ex primer ministro sueco Olof Palme.
Cuando las 9.30 de la mañana del martes aparecían Melander y el fiscal Krister Petersson en una rueda de prensa virtual por causa de la pandemia, tenían pegados a la televisión a 500.000 compatriotas, alrededor del 5% de la población total de Suecia.Pero la comparecencia, según la periodista Emma Löfgren fue “la más sueca de la historia”. “Ninguna conclusión firme, diapositivas de powerpoint aburridas y secas, dura años. Sospecho seriamente que están tratando de aburrirnos para que aceptemos su conclusión”, escribía en Twitter.
“Fue tan sorprendente que este equipo, que ha trabajado durante casi cuatro años en el caso, de repente dijera: ‘Os vamos a revelar quién mató al primer ministro, y vamos a acabar con esto’, que todo el mundo estaba deseando que se tratara de algo especial.
Resumiendo el contenido: casi con toda seguridad el hombre que disparó con un revólver a Palme fue el ciudadano sueco Stig Engström, conocido como el Hombre de Skandia (por la empresa en la que trabajaba). Engström se presentó al principio como testigo y después fue considerado sospechoso. Falleció en el año 2000, y por eso las autoridades se ven incapaces de continuar con la investigación y han decidido ponerle punto final. “Tras 34 años de pesquisas, la sociedad sueca se queda ahora con la agridulce sensación de que el caso está cerrado, pero no aclarado”, escribía Belén Domínguez Cebrián en EL PAÍS.
“Es un giro rarísimo del caso”, corrobora desde Estocolmo Jan Stocklassa autor de Stieg Larsson, el legado, claves ocultas en el asesinato de Olof Palme (Roca Editorial), un libro basado en los archivos del célebre periodista y autor de la saga Millenium, que quedaron olvidados durante 10 años tras su muerte de un infarto. Stocklassa encontró, en 20 cajas de cartón, la concienzuda investigación de Larsson sobre el asesinato de Palme, que quedó inconclusa, y la siguió por su cuenta. Actualmente es uno de los grandes especialistas del tema.
“Fue tan sorprendente que este equipo, que ha trabajado durante casi cuatro años en el caso, de repente dijera: ‘Os vamos a revelar quién mató al primer ministro y vamos a acabar con esto’, que todo el mundo estaba deseando que se tratara de algo especial. Y cuando hablaron fue totalmente decepcionante. Incluso aquellos que creen en la tesis del Hombre de Skandia estaban disgustados porque no había absolutamente nada nuevo”, afirma el periodista.
Es verdad que no hubo grandes revelaciones. Sigue sin aparecer el arma del crimen, no hay una confesión nueva ni pruebas de ADN. Engström es presentado como un lobo solitario, un ultraderechista lo bastante enfadado como para disparar al primer ministro de su país tras un encuentro casual, aunque no tenía ningún arma en propiedad.
Teniendo en cuenta que en 2010, justo un año antes de que se cumpliera un cuarto de siglo de la muerte de Palme, Suecia eliminó el estatuto que imponía una limitación de 25 años para las investigaciones de asesinatos y eso significaba que podían continuar trabajando en este caso indefinidamente, ¿cuál es el motivo de que las autoridades suecas decidan dar carpetazo precisamente ahora? “En realidad lo decidieron hace bastante tiempo. Más concretamente creo que el fiscal, Krister Petersson, lo tenía claro”, dice Stocklassa. “Y creo que Hans Melander no estaba de acuerdo. Eso se notaba ya antes y queda bastante claro en la rueda de prensa y en las entrevistas que Melander ha concedido después. Pero en estas investigaciones el fiscal manda, así que ni siquiera estamos ante una disputa, sino que el fiscal impuso su opinión”.
La tesis de Stocklassa es que el fiscal desautorizó al policía cuando quiso ir a Sudáfrica a profundizar en la pista que conduce a ese país y le forzó a centrarse en el Hombre de Skandia. La tesis de que el magnicidio fue concebido por los servicios secretos del régimen racista de Pretoria, al que Palme tenía en su punto de mira, es una de las más populares. Esa era la que Larsson apuntaba en su trabajo y la que Stocklassa defiende.
Un día antes de la rueda de prensa, un artículo en The Guardian informaba de una reunión entre representantes de Sudáfrica y Suecia. “La reunión se celebró en Pretoria en marzo y ha sido confirmada por los servicios de seguridad sudafricanos, pero no por el Gobierno sueco”, afirma Stocklassa. Según lo publicado, los sudafricanos estaban dispuestos a revelar la implicación del régimen del apartheid en la trama del asesinato de Palme, si a cambio recibían la promesa de inmunidad para todos los nacionales de su país.
¿Por qué cree que no fue el hombre de Skandia? “Al principio era un testigo que decía que llegó al lugar cuando ya habían disparado a Palme y que salió corriendo intentando encontrar al asesino. La gente que cree que fue el asesino asegura que lo que pasó fue que tenía un revólver Magnum, que nadie sabe de dónde lo sacó, que se encontró con la pareja por casualidad, disparó al primer ministro llevado por un impulso y huyó. Al día siguiente se fue de vacaciones con su esposa, que afirma que no notó nada raro en él. Y que más tarde dijo que Engström era demasiado cobarde para haberlo hecho”.
En 1999 se divorcia, al año siguiente empieza a beber y más tarde la policía lo encuentra muerto con una botella de whiskey y pastillas. Primero se afirmó que fue un accidente y más tarde, un suicidio. "No puedo asegurar al 100% que no fue él”, dice Stocklassa. “Pero puedo decir que es altamente improbable. Usando la lógica del fiscal se podría afirmar que Palme fue asesinado por su esposa. Porque básicamente el motivo que arguye para afirmar que fue Engström es que estaba allí”. Entonces, ¿quién lo mató? "Esa es la pregunta del millón de dólares. Un optimista te diría que algún día lo sabremos. Y yo soy un optimista. Así que algún día se sabrá".
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