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La letra pequeña de los hidrogeles: ni todos acaban con el coronavirus ni cuidan igual de la piel

¿Seguro que los aplicas como aconsejan los expertos?

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De todos los productos que durante la pandemia podrían haber entrado en un peligroso estado de escasez, el etanol ha sido uno de los más críticos. Y no por la llamativa demanda de bebidas alcohólicas registrada durante el confinamiento, sino por ser el ingrediente clave de ese líquido que nos sonaba de los hospitales y que ahora es protagonista en los supermercados, las oficinas, las tiendas y hasta en máquinas expendedoras. Hay locales de hostelería en los que, donde antes había servilleteros, ahora hay un bote de gel hidroalcohólico. Su fama de desinfectante le precede, pero cuidado: que se haya convertido en un producto común no significa que siempre lo usemos de la mejor manera posible.

El gel hidroalcohólico es rápido, pero no instantáneo

Ahora que el desinfectante está disponible en todas partes —en parte, gracias a una orden que modifica las reglas en la fabricación de estos productos para permitir el uso de bioetanol—, conviene aprender a distinguirlo de otros hidrogeles. Esta categoría incluye a los biocidas, que son los que interesan, y a los cosméticos, que no sirven para desinfectar las manos. La función de los últimos es mantenerlas limpias, por ejemplo, retirando cutículas, células muertas, grasa y solo algunos microorganismos. Incluyen en su formulación aceites, aromas, agua e incluso pequeñas cantidades de alcohol, pero no el suficiente como para acabar con el nuevo coronavirus.

"Hay que saber diferenciar si queremos limpiar las manos o desinfectarlas. Para acabar con el virus es importante usar una solución antiséptica", exhorta el decano del Colegio de Químicos de Madrid, Ricardo Díaz. Para ello, lo primero es constatar que el producto tiene una concentración de al menos el 70% de alcohol, por debajo de esta cifra no acabará con el SARS-CoV-2. Luego, basta con que tenga agua y glicerina para que contenga los únicos tres ingredientes fundamentales de un gel hidroalcohólico.

La glicerina es químicamente similar a un aceite natural, y se incluye con la intención de que el líquido sea menos agresivo para las manos, que se resequen menos o que tarden más tiempo en hacerlo. Pero su misión principal es mucho más importante: permite que el alcohol esté más tiempo en nuestra piel para que pueda cumplir su función viricida, que no es instantánea. Según las recomendaciones de aplicación de la Organización Mundial de la Salud, el proceso de limpieza con hidrogeles es similar al del jabón: frotar bien las manos, el dorso y pulgar, y hacerlo entre 20 y 30 segundos.

Hay que hidratar las manos con cremas hidratantes "mínimo 3 veces al día y con poca cantidad", dice el dermatólogo José Manuel Carrascosa

No hace falta ningún componente más para hacer frente al virus, pero algunos fabricantes añaden aromas (el de limón es uno de los más comunes), aceites similares a la glicerina como aloe vera, carbomer y trietanolamina para dar una mayor sensación gelificante y de protección a la piel. También pueden venir con pequeñas cantidades de algún antiséptico complementario al alcohol para potenciar el efecto viricida, como el cloruro de belfaconio, que se suele usar en consultas dentales para desinfectar la boca sin alcohol. "Es un componente caro que hace que suba el precio del hidrogel", explica el decano.

No siempre es necesario leer la etiqueta de los geles hidroalcohólicos para saber si son aptos para la desinfección, también se puede consultar el listado elaborado la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios de los productos que han demostrado eficacia frente al coronavirus. Los llaman "antisépticos para piel sana", lo que significa que no sería adecuado su uso para las personas que tengan eccemas, la piel hipersensible, con tendencia a que se le escame, es decir, lo que sería la piel atópica. Tanto el químico como el dermatólogo de la Academia Española de Dermatología y Venereología José Manuel Carrascosa coinciden en que estas personas deberían buscar una solución que no les afecte tanto, "que tenga el mínimo porcentaje de alcohol posible, más geles protectores y a medida de sus necesidades". Carrascosa recuerda que la importancia de usar cremas hidratantes se incrementa en estos casos, pero que las demás personas también deberían usarlas, ya que los geles hidroalcohólicos dañan la piel... por muy sana que esté.

Elimina el virus, pero también la protección de la piel

Bulos aparte, que siempre los hay, el hidroalcohol es un líquido inflamable y conviene usarlo con precaución. Es importante no guardarlo en lugares en los que pueda entrar en contacto con el fuego, como los fogones de las cocinas, y no encender un mechero justo después de aplicarlo en las manos. Díaz recuerda que el hidrogel se pega a la piel y por eso recomienda esperar 10 segundos a que se seque para poder acercar las manos a una llama como la de un mechero, en el gesto de encender un cigarrillo. Eso sí, que no sea esto una excusa para no desinfectarte las manos; usar un gel hidroalcohólico puede salvarte la vida.

Estos geles son la mejor solución cuando estamos fuera de casa, pero nunca deben sustituir al jabón, que consigue una limpieza más profunda

Literalmente, ya que hay numerosas situaciones en las que uno no dispone de agua y jabón, que son la mejor opción para obtener la limpieza más profunda. Pero tampoco hay que poner las manos en remojo ni abusar del gel hidroalcohólico, y no por ahorrar en este producto (los precios máximos, regulados por ley durante la pandemia, están en 3,2 euros por un bote de 150ml, 5,75 euros los de 250ml y 7,5 los de 500ml). El motivo es que tanto el jabón como el gel hidroalcohólico, además de matar gérmenes y desactivar virus, se llevan por delante la grasa de la capa externa de piel, una especie de chubasquero que evita que el tejido pierda agua (y el hidrogel lo hace muchísimo más deprisa). Debilitada su estructura, la piel comienza a deshidratarse y se seca. Si no se pone remedio a tiempo, la capa córnea —así se conoce la más externa de la piel— se rompe y se crean lesiones más serias, incluso heridas.

Y aparece la dermatitis irritativa, que se manifiesta mediante una erupción cutánea de color rojo, piel seca, agrietada, escamosa y con picor. Para evitar llegar a este punto, además de usar estos productos correctamente hay que hidratar las manos con cremas hidratantes "mínimo 3 veces al día y con poca cantidad", recomienda Carrascosa. También apunta que hay que evitar cometer errores como ponerse un guante inmediatamente después de aplicar el producto; puede ser perjudicial para la piel porque la humedece y la irrita aún más. Lo ideal sería dejar que las manos se secaran primero.

Según el especialista, la dermatitis es uno de los problemas que se van a ver a partir de ahora debido al exceso lavado de manos y al abuso de hidrogeles, y marca la diferencia entre la irritativa y la alérgica. Esta última aparece tras el uso inmediato del gel, y se debe a la sensibilidad de la piel al producto, motivo para plantearse buscar otro. En todo caso, es importante comprender que estos geles son la mejor solución cuando estamos fuera de casa, pero que nunca deben sustituir al jabón. "El hidrogel es un complemento entre horas y el jabón es la mejor opción para una limpieza más profunda", concluye el dermatólogo.

Los tres peligros del hidrogel casero

La tentación de hacer gel hidroalcohólico en casa puede ser fuerte si uno atiende a la cantidad de tutoriales que han surgido en internet. No vale la pena intentarlo. Para empezar, porque el vapor del alcohol puede acabar causando una intoxicación. Pero además, según advierte la farmacéutica del Consejo General de Colegios Farmacéuticos Cristina Fernández, "el resultado que uno mismo realiza puede no eliminar el virus por no realizar correctamente la composición, o podría causarnos más irritaciones en la piel de las que debiera por no tener las medidas de protección adecuadas".

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