No plastifiques tu vida
El mundo camina a tal velocidad y con tanta arrogancia que se hace muy difícil aprender
— “ En nuestro instituto, hemos dicho ¡Basta! Por ello, vamos a realizar un proyecto de Aprendizaje-Servicio para concienciarnos de la necesidad de reducir el consumo de plástico por el bien del planeta y de nuestra propia salud”
— “Pero, pensamos ¿Y por qué no se lo contamos a nuestras familias, vecinos y amigos de Parla e intentamos que nuestra ciudad también se conciencie de este problema ...? Nos hemos embarcado en esta aventura.”
— “Lo primero que vamos a hacer es formarnos y aprender todo lo que podamos sobre los plásticos, sus características, el consumo que hacemos de ellos...
— “Nos vamos a poner en contacto con las asociaciones ecologistas que trabajan el tema como ‘Ecologistas en Acción’, ‘Greenpeace’… También con las instituciones y asociaciones de Parla que puedan ayudarnos, como la Concejalía de Medio Ambiente, la Asociación ‘Naturmente’…”
— “En el instituto realizaremos actividades de formación en las distintas asignaturas. Veremos documentales, haremos encuestas sobre nuestro consumo, crearemos un blog, experimentaremos con los residuos, realizaremos dípticos informativos...”
— “Conoceremos los distintos tipos de plástico, haremos campañas contrapublicitarias...”
— “... y acabaremos realizando un servicio a Parla en una Jornada Sin Plásticos en la Semana del Medio Ambiente”.
— “Ayuda y formación, aprender colaborando a mejorar nuestro entorno”.
Al final, profesores y estudiantes. en grupo y de modo coral, llaman a la colaboración... ¿Te apuntas? ”
Al igual que en la entrada anterior, hemos comenzado este relato tomando prestado parte del guion del vídeo de presentación del proyecto ‘No plastifiques tu vida’. Una iniciativa pedagógica que se inició en el curso 2018/19 con los propósitos enunciados en las anteriores declaraciones de los estudiantes. La rebeldía de la que hacen gala nos ayuda a recobrar la confianza en la educación formal y en su capacidad de promover el mayor y mejor desarrollo humano.
La razón de ser de este proyecto la encontramos en la necesidad de impulsar el conocimiento, las vivencias y la difusión del actual estado de deterioro de nuestro planeta; entre otras razones, por el abusivo consumo de plásticos. Estudiantes y docentes se pusieron a la tarea; diseñaron un abanico de itinerarios y escenarios de aprendizaje encaminados a que la comunidad educativa y vecinal tomase conciencia de esta lamentable realidad y a crear una red local de complicidades para transformarla.
— Marta Nieto (coordinadora del proyecto): “Veíamos que era necesario introducir en el currículo una visión crítica de un modo de vida que no asume que, siguiendo el actual ritmo de consumo, las materias primas se están agotando; es más, algunas ya han llegado a su pico de extracción y que la destrucción del planeta resulta de esa idea de consumo ilimitado y creciente, sin tener en cuenta que los recursos son limitados y finitos (...). Junto a las acciones de concienciación y de aprendizaje, otro pilar básico del proyecto ha sido siempre la creación de redes de colaboraión con otros grupos, asociaciones e instituciones de la localidad...”
La pandemia ocasionada por el coronavirus ha puesto a prueba un modo de vivir, y ha hecho estallar las costuras de un traje ‘aparente’ que tapaba nuestras vergüenzas. El envoltorio escondía una insuficiente cobertura de los más débiles y una desigualdad extrema. “El 1% más rico de la población mundial posee más riqueza que el 99% restante de las personas del planeta. El poder y los privilegios se están utilizando para manipular el sistema económico y así ampliar la brecha, dejando sin esperanza a cientos de millones de personas pobres”, concluye Oxfam en su Informe... “Una economía al servicio del 1%”.
Esta realidad pone ‘contra la pared’ al sistema social y a las instituciones que lo gestionan; nos obliga a pensar en cómo estamos habitando nuestro planeta. Ahora la cuestión debería ser cómo salir vivos de esta distopía.
Jóvenes y adultos necesitan tomar conciencia y nos urge que los sistemas escolares signifiquen curricularmente el conocimiento y la vivencia de este egoísmo, así como la búsqueda local y global de alternativas. Entender lo que está sucediendo y aprender a actuar inteligente y solidariamente.
Esta pandemia pone al descubierto que vivimos en sociedades arrogantes, sustentadas en el argumento del máximo beneficio, la codicia, el todo vale, acumular y acumular, consumir y consumir, contaminar, usar y tirar, generar basura y más basura. El estudio realizado por el grupo de riesgo global Verisk Maplecroft revela que a nivel mundial se producen más de 2.100 millones de toneladas de desechos cada año, lo que podría llenar aproximadamente 822.000 piscinas olímpicas, de las cuales solo el 16% se recicla. Greenpeace añade... los desechos plásticos suponen entre el 60-80% de la basura marina.
Lo que no hemos querido aprender con la educación lo estamos haciendo presionados por los hechos. Por encima de los acuerdos internacionales, las Cumbres del Clima...; por encima de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la pandemia y los efectos del cambio climático (temperaturas más cálidas, tormentas más intensas, propagación de enfermedades, cambio en los ecosistemas, desaparición de especies animales...) nos están dictando su agenda.
Esta situación obliga a despertar, a pensar en una sociedad más justa, a reivindicar la importancia de la vida, pero la vida de todos, de todas las especies y de su diversidad, sin la que tampoco es posible la vida de unos pocos “Nadie estará seguro frente a esta pandemia hasta que aquellos a quienes es más difícil atender también estén seguros” (unicef, 2020).
Entre otros muchos cambios, necesitamos asumir que la salud de todos resulta de la práctica de una ‘ética del cuidado’. Aprender a cuidar y a ser cuidados, a proteger y cultivar los espacios de relación, intercambio y diálogo en lo próximo, en lo presencial... a cuidar los afectos con las personas de nuestro entorno, con los hijos, con los mayores... con los estudiantes en los espacios escolares, con los adultos de una comunidad educativa, a fomentar la convivencia y el respeto entre jóvenes y adultos.
Todo esto requiere políticas públicas basadas en la previsión, la dotación suficiente y el cuidado, además de reconocer el valor de lo comunitario, del ‘cuidado mutuo’ y de la interdependencia, algo que ha resultado ser mucho más importante de lo que nos parecía.
En estado de confinamiento hemos podido comprobar cómo las tareas relacionadas con los cuidados, habitualmente invisibilizadas y poco valoradas han sido esenciales. Se ha hecho evidente que la desigualdad, la exclusión, el racismo y la arrogancia de unos seres humanos en su relación con los otros, pone en peligro la vida...
¡Ojalá tengamos la grandeza de aprender y construir un modo de vida inteligente y solidaria con el planeta!
Cuánto hemos gastado en material bélico para prevenir la invasión de un imaginado enemigo y cuánto hemos reducido la inversión en salud, educación y dependencia, debilitando sus capacidades para hacer frente a otras amenazas reales y cotidianas con consecuencias absolutamente paralizantes (unicef lo expresa con este encabezado... “frenar el virus, no la educación”).
— Marta Nieto: “Desde el currículo del ámbito Sociolingüístico (Programa de Mejora del Aprendizaje y del Rendimiento, PMAR) en tercero de ESO, pensé que debíamos abordar el tema de la distribución injusta de la riqueza y la desigualdad, por eso quise darle un especial énfasis en mi programación.
SECTORES PRIVILEGIADOS
LAS INDUSTRIAS EXTRACTIVAS
"... los beneficios fluyen hacia las élites minoritarias, éstas apenas se ven afectadas por los costes económicos, sociales y medioambientales asociados a las actividades de este sector, y de las que la ciudadanía de a pie no puede escapar."
Desde el punto de vista teórico, haciéndoles conocedores del derroche del plástico que se produce en los llamados países desarrollados, en el marco de la cultura de usar y tirar, pero depositando nuestros residuos en los países del tercer mundo y, desde el punto de vista práctico, tratando de que se dieran cuenta que frente al pesimismo del ‘no se puede’, ‘no sirve de nada’... participar en este proyecto de aprendizaje y servicio a la comunidad les facilitaría un camino en colaboración para transformar su entorno, y ofrecerles la oportunidad de sentirse sujetos, agentes de transformación; formarse como ciudadanos activos y críticos...”
Trabajar estos valores y colaborar en la búsqueda de nuevas respuestas a la incesante contaminación por el plástico es lo que pretende “No plastifiques tu vida’. Un proyecto que en el curso escolar 2019/20 sumó más voluntades, como las de Virginia Moreno, Raquel del Saz, Josefa Rodríguez, Carolina Blázquez y Rodrigo Antolín, docentes del IES ‘Humanejos’, ampliando el equipo formado desde el curso anterior por Sonia Rodríguez, María Ángeles González, Lidia Campo, Manuela Castellanos, Adoración Ricote, Nieves Atencia, Rafael Sierra, Pablo Cabezos y Marta Nieto, como coordinadora.
En el relato de la entrada anterior describíamos cómo había surgido el proyecto, informábamos de sus primeros pasos, las actividades de motivación desplegadas (exposiciones de mesas con comidas repletas de plástico), la implicación de los estudiantes y la organización de asambleas para el debate, la presentación pública del proyecto y la confección de un vídeo colectivo de sensibilización, la creación de espacios virtuales de participación y de difusión (el blog y la web del proyecto) a cargo de un ‘equipo de comunicación’, el estudio de la realidad más próxima y la confección del cuestionario ‘online’ con el propósito de recoger información sobre el estilo de consumo de plásticos de familiares y vecinos de Parla, etc.
También nos referimos a su activa colaboración con la Concejalía de Medio Ambiente y la Casa de la Juventud del Ayuntamiento de Parla, su participación en la vida local y su incesante preocupación por integrar las tareas y actividades del proyecto en materias curriculares como Biología, Matemáticas, Tecnología, Geografía e Historia, Lengua Castellana y Literatura...
Ahora nos detendremos en algunas de estas tareas ‘señeras’ del proyecto. Es una manera de testimoniar una concepción transversal del aprendizaje, vinculado a la realidad, en torno a valores de desarrollo humano y en consonancia con el momento histórico que les ha tocado vivir. Una manera de ofrecer una información que haga posible su réplica y recreación en contextos escolares institucionales.
Una de las actividades abordadaa e integrada, en este caso, en el currículo de Geografía e Historia de segundo de la ESO, fue la denominada “Cumbre Internacional sobre los plásticos”.
Crearon un escenario en el que los estudiantes pudieron debatir, a la manera de las grandes cumbres de instituciones Internacionales (ONU, Consejo Europeo, FMI…) sobre el problema de los plásticos. Una actividad, cuyo desarrollo les iba a exigir trabajo previo de documentación sobre legislación medioambiental, sistema económico, población y sistema de gobierno de un conjunto de países, además de obligarles a proponer actuaciones sostenibles con las que hacer frente al problema.
Para describir mejor esta tarea transcribimos algunos comentarios de la profesora responsable...
CUMBRE INTERNACIONAL SOBRE LOS PLÁSTICOSLidia Campo Almorox, profesora de Geografía e Historia“La primera vez que oí hablar del proyecto me llamó la atención, no solo por el tema, que es muy preocupante hoy en día, sino también por la metodología que utilizaba. Los chicos no solo tenían que aprender conceptos teóricos básicos, sino que tenían que utilizarlos para que les sirvieran y ayudasen a su comunidad.Por ello, en mi asignatura de Geografía e Historia, en segundo de la ESO, como tenemos que estudiar distintos conceptos relacionados con la democracia, con la dictadura, con el funcionamiento de los sistemas políticos, se me ocurrió la idea de proponer una cumbre en cada clase. Mi idea era que los chicos investigaran por parejas, recogiendo información básica relacionada con los sistemas políticos, sistemas económicos, cuestiones culturales básicas de algunos países, previamente seleccionados. Una vez que tenían claro el país con el que iban a trabajar, indagaron sobre la legislación que se habían dado en relacion con medio ambiente y sobre todo con el uso y consumo de plásticos.Una vez que teníamos esta información se realizaba la cumbre, en la que cada pareja exponía, durante un tiempo acotado, las características básicas de su país y luego hacíamos varias rondas, exponiendo las legislaciones de los países seleccionados y asignados a cada pareja. Posteriormente se abría el debate para llegar a algún acuerdo sobre las propuestas.En un segundo de la ESO es muy complicado realizar este tipo de debates y llegar a acuerdos, pero la realidad es que, en muchas ocasiones, en el mundo adulto, por así decirlo, nos encontramos en esa misma situación. Yo creo que es una actividad muy útil, no solo para saber qué es lo que ocurre en este tipo de reuniones de las que sabemos muy poco o de las que ellos están muy poco informados, sino para tomar conciencia realmente de que tomar decisiones políticas es muy complejo, por lo menos a nivel grupal, aunque siempre hay algo que se puede hacer.”
Desde el ámbito Sociolingüístico en los niveles de primero y tercero de PMAR, Marta Nieto, a iniciativa de Sonia Rodríguez, propuso la realización de un ‘Bestiario’, emulando los ‘bestiarios’ medievales de colecciones de animales fantásticos.
Imaginaron la evolución de una vida animal que digiriera plástico como componente habitual de su dieta alimenticia y en cuyo entorno la presencia del plástico fuese habitual, afectando a su aspecto y costumbres (por estrangulamiento, falta de oxigenación y luz en los océanos, heridas, mutilaciones...). Predijeron el físico de estas “bestias”, si la contaminación de los océanos y playas se mantenía al ritmo actual.
¿Qué aspecto podrían adoptar los animales, en un futuro, si seguíamos produciendo tantos residuos plásticos en mares y océanos? El resultado fue una colección de imágenes descritas y expuestas en el vestíbulo del instituto.
Otra de las iniciativas fue el trabajo sobre ‘Contrapublicidad’ en el tercer curso de PMAR. En el currículo oficial se planteaba como contenido el lenguaje publicitario, pero parecía necesario trabajar con jóvenes, en general bastante acríticos con el consumo, algunas claves de más calado. Se apoyaron en el estudio de estrategias de análisis, procedentes de campañas contrapublicitarias con éxito. Al final se les propuso diseñar y desplegar una campaña contrapublicitaria en redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram... ) que hiciera referencia al abuso de consumo del plástico.
Desconocían completamente lo que era la contrapublicidad y se quedaron sorprendidos con algunos carteles contrapublicitarios. Les impactaban y ‘les hacían gracia’. Con el debate, sin embargo, pudieron analizar los "contravalores" de los que eran portadores y los comportamientos irresponsables de consumo que ayudaban a mantener. Descubrieron, en definitiva, el estilo de vida patrocinada: Una sociedad competitiva, individualista, que sitúa al ‘Mercado’ como único referente.
Reflexiones de la nueva era
"El problema es que cuando revisas, muchas veces, los contenidos básicos de ciertas asignaturas, estos adolecen de no ser conscientes de la situación de crisis civilizatoria que atravesamos. Ni siquiera son conscientes de hasta qué punto algunas de estas convicciones y conocimientos están en el corazón del problema y necesitan ser revisados desde otra perspectiva, simplemente para que chicas y chicos que están aprendiendo no sean educados en contra de su propia supervivencia."
Pablo Gutiérrez. Estamos educando a los niños y las niñas en contra de su propia supervivencia». El Diario de la educación
— Marta Nieto, comenta... “Una vez analizados y debatidos, rápidamente les surgió la idea de crear carteles contrapublicitarios que hicieran referencia a las consecuencias del consumo del plástico. Trabajaron muy bien en equipo y les encantó que sus carteles adornaran el pabellón de uno de los edificios del centro”.
(..) las primeras campañas contrapublicitarias en EEUU consistían en cambiar algunas imágenes o letras de un cartel y añadir unos bocadillos donde la gente pudiera expresar su opinión, haciendo que el mensaje ya no fuera unidireccional de la compañía del producto que se anunciaba, sino haciéndola de todos, más democrática. A partir de esta idea, eligieron cuadros famosos que incorporaban en carteles con ‘bocadillos’, donde el resto de los estudiantes del instituto pudieran escribir comentarios relacionados con el abuso de consumo de plásticos.”
En el curso 2019/20, antes del confinamiento, los estudiantes de PMAR presentaron proyectos grupales sobre algunos de los contenidos de trabajo propuestos desde ‘Teachers for Future’, que habían denominaron "Consumitis".
Debían hacerse "expertos" en tres temáticas: Trabajo infantil, Huella ecológica y Comercio justo. A través de la lectura de documentación, debían ‘impartir una clase’ a los compañeros y las compañeras sobre la temática asignada.
Al principio, siguieron la rutina de elaborar un PowerPoint y leerlo ante sus iguales; sin embargo, la tarea era más compleja. Debian partir de una rúbrica con ítems precisos que iban a ser coevaluados en clase. Entendieron, entonces, el propósito de cualquier evaluación y comprobaron que las consideraciones de los compañeros les ayudaban a mejorar. La concepción inicial que tenían quedó muy superada una vez realizada. Además de trabajar habilidades de expresión oral y escrita se habían acercado al conocimiento del proceso de producción de mercancías, los recursos necesarios para fabricarlas, las huellas ecológicas que genera y cómo la globalización y la venta deslocalizada afectaba al consumo.
Utilizaron un simulador para calcular la huella ecológica de nuestro estilo de vida y se mostraron asombrados de la cantidad de objetos innecesarios que tenían y de la huella que dejaban. Tomaron conciencia del sobreconsumo sustentado en las carencias de otros.
La inmersión y presencia en la comunidad de Parla se hizo patente con la llamada “Marcha contra el plástico” (7 de junio de 2019), dos días después de celebrar el ‘Día del Medio Ambiente’ y dos antes de la celebración del ‘Día de los Océanos’. Con la ayuda de la Concejalía de Medio Ambiente y la Casa del Deporte, los grupos de primero y cuarto de la ESO llevaron a cabo una marcha de 5 kilómetros, acompañados por grupos personas de la tercera edad. Iban con camisetas para la ocasión y con la pancarta, mostrando el logo y el nombre del proyecto.
Con la ayuda de la Guardia Civil y Protección Civil, hicieron la marcha de concienciación sobre el abuso del consumo de plástico. Unas 500 personas; repartieron sus trípticos informativos a asistentes y vecinos que se paraban a interesarse por la actividad. Trataron de contagiar y contagiarse del ‘virus’ de la alegría, que suponía desear y luchar por habitar un planeta sano.
Con el objetivo de crear redes de concienciación, los estudiantes del IES ‘Humanejos’ han itinerado por varios colegios e institutos de Parla, presentando el proyecto, sus propósitos y actividades. Una de las estudiantes comenta...
— Clara Sánchez (estudiante de 2º ESO): “Participé en varias de las actividades del proyecto, pero en las que más estoy implicada y las que más me gustaron fueron las charlas que dimos a otros institutos de Parla, y mi experiencia colaborando en esta actividad ha sido muy buena, porque me he sentido satisfecha al realizarla, ya que veía que a los alumnos les gustó la dinámica que utilizamos para presentar el tema.
Gracias a esta actividad aprendí muchas más cosas sobre la problemática de los plásticos y también he aprendido a presentar un tema ante un grupo de personas. Creo que este proyecto tanto para mí, como para el centro y para todos aquellos que están participando, supone un gran trabajo, del cual estamos aprendiendo y poniendo todo nuestro esfuerzo para intentar concienciar del abuso del consumo de plástico y todas las consecuencias ecológicas y para la salud que se están produciendo.”
Hasta aquí algunas muestras de un trabajo de enseñanza y aprendizaje centrado en valores de conservación ambiental, que continúa su andadura incluso en estos momentos de confinamiento. Siguen creando alternativas curriculares de trabajo para los nuevos escenarios de aprendizaje en tiempos de pandemia. Esta concepción de la educación al servicio del pleno desarrollo pretende, con su prática, seguir avanzando en la definición de una escuela comprometida con la mejora de este indolente, dominante y egoísta comportamiento social.
(*) Versión para profesionales en ResearchGate (Descargar en pdf).
(**) Marta Nieto Caro, coordinadora del proyecto de ApS “No plastifiques tu vida” del IES ‘Humanejos’ (Parla), profesora del Ámbito Sociolingüístico del Programa de Mejora del Aprendizaje y del Rendimiento, y de Lengua Castellana y Literatura.
(***) El equipo del proyecto está integrado, además, por: Sonia Rodríguez (Lengua Castellana y Literatura), María Ángeles González (Biología), Lidia Campo (Geografía e Historia), Manuela Castellanos (Geografía e Historia), Adoración Ricote (Tecnología), Nieves Atencia (Matemáticas), Rafael Sierra (educación Física), Pablo Cabezos (Biología) Virginia Moreno (Orientación educativa), Raquel del Saz (Pedagogía Terapéutica), Josefa Rodríguez (Biología), Carolina Blázquez (Educación Física) y Rodrigo Antolín (Geografía e Historia).
(****) Agradecemos a la comunidad educativa, a la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Parla, a la Casa de la Juventud, al Colectivo de Renovación Pedagógica de Parla, a la Asociación ‘Convives’, a las organizaciones vecinales y de la Tercera edad de Parla... su colaboración y apoyo a este tipo de iniciativas educativas innovadoras.
(*****) Manifestamos nuestro agradecimiento a la profesora e ilustradora Luz Beloso y al profesor Manuel Pérez Báñez por sus contribuciones a la Ilustración de este post.
Lecturas
«Estamos educando a los niños y las niñas en contra de su propia supervivencia». Entrevista de Pablo Gutierrez. Reflexiones de la nueva era. Yayo Herrero. El Diario de la educación. 31/marzo/ 2020.
FUHEM. Propuesta de currículo LOMCE con perspectiva ecosocial en las asignaturas. Currículo Ecosocial. 2018.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Más información
Archivado En
- Innovación educativa
- Bolsas plástico
- Ecología
- ESO
- Parla
- Opinión
- Confinamiento
- Ecologistas en acción
- Aprendizaje
- Educación secundaria
- Profesorado
- Coronavirus Covid-19
- Pedagogía
- Enseñanza general
- Comunidad educativa
- Cambio climático
- Sistema educativo
- Comunidad de Madrid
- Problemas ambientales
- Educación
- España
- Medio ambiente
- Sociedad
- Escuelas en red
- EP Global
- Planeta Futuro
- Blogs