Las claves (y los motivos) para cortarte el pelo, afeitarte o dejarte bigote correctamente durante el confinamiento
Los expertos nos indican por qué un cambio de aspecto puede ayudar psicológicamente a llevar la cuarentena y las claves para hacerlo en casa sin terminar en desastre
De Iker Casillas o Eden Hazard a los intérpretes Arón Piper y Riz Ahmed, pasando por el cocinero Dabiz Muñoz y el presentador Jorge Javier Vázquez. Conforme avanzan los días de cuarentena, cada vez es más numerosa la lista de personalidades del deporte y el entretenimiento que apuestan por eliminar cualquier atisbo de pelo de sus cabezas. Más allá lo llevó el central del Atlético de Madrid Jose María Giménez, que incitó a su cerca de millón de seguidores en Instagram a imitar su nuevo rapado en un desafío calificado como #pelachallenge. También los hay que han preferido experimentar con la barba, como Pete Buttigieg o Jim Carrey, que documenta día a día el crecimiento de la suya en las redes sociales.
Day 13. Starting to look like the Trivago guy: a bestubbled, transient loner who just wants to help you find cheap online travel packages. Someone should check on the Trivago guy. pic.twitter.com/eDRTQd1gmC
— Jim Carrey (@JimCarrey) April 4, 2020
Otros, sin embargo, han apostado por descubrir nuevos horizontes ensayando un bigote que todavía tiene que pasar la prueba del reencuentro social y, aquellos que hicieron del suyo un rasgo de identidad, como el estilista de Queer Eye Jonathan Van Ness, han acabado con él de una vez por todas. Si históricamente hemos oído aquello de que la necesidad agudiza el ingenio, cada vez son más numerosas las pruebas que confirman que el confinamiento –o el aburrimiento que para muchos conlleva– agudiza los cambios de look.
Experimentar con el cabello estos días puede ser una manera de combatir el aburrimiento, pero también una forma de mantener el autocuidado en un momento en el que las peluquerías y centros de estética permanecen cerrados. Del mismo modo que los expertos advierten de los beneficios de hacer ejercicio, estructurar bien las rutinas o no pasarse el día en pijama, cuidar el cabello y su aspecto no es tan baladí ni frívolo como pudiera parecer. “El pelo es una de las principales señas de identidad, es la parte más llamativa del aspecto físico, tanto por la longitud, como por la cantidad o el color. Por lo tanto, su estado influye en nuestro modo de percibirnos, en la autoestima. El reflejo que nos devuelve el espejo puede ayudarnos a mejorar nuestro ánimo, si nos vemos favorecidos y cuidados ejerce un efecto positivo”, explica a ICON la psicóloga clínica Silvia Sanz.
Sea por mera necesidad (si seguimos con estas greñas hasta que termine el estado de alarma puede que nos equivoquen con el protagonista de Tiger King) o por pura búsqueda de nuevas fronteras recreativas en tiempos de forzada procrastinación, merece la pena tener claras unas pautas antes de aventurarse con la tijera. “Realizar un buen corte en casa a nosotros mismos es complicado, pero podemos conseguir mejorar el aspecto del que tenemos probando con unas tijeras de entresacar”, aconseja Quique Sánchez, director creativo de Espacio Q. “Se usan para rebajar la cantidad de cabello, pero no cortan de largo. Si damos unos toques en la parte frontal, y algún punto más de la zona de arriba, vamos a mejorar el aspecto del corte”, explica.
Más allá de los pequeños retoques, la etapa de confinamiento se convierte en un buen momento para experimentar con la imagen, con la soledad como escudo protector si el resultado no es el esperado. Los que tenían barba se la afeitan, aquellos que defendían un rostro impoluto experimentan con el bigote y los que estaban probando a dejarse el pelo un poco más largo terminan por rapárselo. “El aislamiento ayuda a que se puedan comprobar los resultados del cambio sin que afecte la opinión de los demás”, recuerda la experta. De hecho, es común que detrás de un cambio de imagen se esconda uno vital, una nueva etapa o un momento interior distinto, algo que encaja también con la época que atravesamos.
Una de las opciones que más adeptos cosecha estos días es el rapado. Es más sencillo de hacer en casa y, quién más quién menos, ha experimentado alguna vez con la maquinilla. Para que el resultado sea lo más profesional posible, Sánchez insiste en la importancia de dejar los laterales ligeramente más cortos que la parte de arriba. Esto hará que el corte resulte más favorecedor a todos los tipos de rostro, incluidos los más redondeados. “Lo ideal es empezar rapando la parte superior con un cabezal de 12 mm y después cambiarlo por uno de 9 mm antes de pasarla por los lados. Cuando vayamos a hacer los laterales apoyaremos la maquinilla en la zona de la patilla y raparemos hacia arriba sin seguir el contorno de la cabeza para que no quede un efecto demasiado redondo”, detalla el peluquero. Aunque lo ideal es utilizar una herramienta profesional, la maquinilla que lleva años mirándonos desde el cajón del baño puede sacarnos en esta ocasión del apuro circunstancial.
Aquellos que no sean duchos con la tijera, ni amigos de experimentos, pueden aprovechar las jornadas de reclusión para disfrutar del largo que ofrece el cabello, así como de su textura natural. “También podemos utilizar los productos que tengamos por casa probando diferentes acabados como el efecto mojado o los looks en mate utilizando las ceras”, esclarecen desde Espacio Q.
En cuanto a la barba y el bigote existen opiniones para todos los gustos. Si bien son muchos los que aprovechan estos días para experimentar con el vello facial olvidándose así del afeitado (como si ganarle minutos al día fuera ahora apremiante), los expertos recomiendan la opción opuesta: afeitar todo el rostro para dejar que la piel respire durante estos días y poder tratarla en profundidad utilizando una buena crema hidratante.
Lo fundamental, sin importar si centramos nuestros esfuerzos en acicalar cabello, barba, bigote o todo a la vez, es eso, hacerlo. “Dejar de cuidarse, de afeitarse o de peinarse denota dejadez. Aunque en estos momentos no tengamos muchas relaciones, sí las tenemos con nosotros mismos. Es momento de dar la mejor versión de ti mismo por dentro y por fuera”, añade Sanz, que concluye: “Tú eres tu mejor espectador”.
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