
Mastines en tierra de lobos
El ganadero Fernando Rodríguez Tábara tiene 21 años y vive en una de las tierras con más densidad lobera de España, en las montañas del noroeste de Zamora. Para evitar ataques a sus vacas se ha armado con un escuadrón de perros guardianes. Su modelo de prevención de daños se ha convertido en un ejemplo ante la amenaza del depredador.










