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Gatos, perros y caballos que viven mejor que tú

Rafael Gamo

Renombrados arquitectos y diseñadores idean viviendas para mascotas, una tipología ingenua e ingeniosa, ocurrente y contradictoria, que retrata la sociedad del siglo XXI.

DE ANIMAL DE trabajo a mascota. El siglo XX fue testigo de cómo la relación de los humanos con los animales varió sustancialmente, reflejo de los profundos cambios sociales. El siglo XXI parece dispuesto a indicar en qué consiste el aburguesamiento de los perros y los gatos cuando cada vez más arquitectos y diseñadores trabajan en planos de casas para mascotas.

<b>La mesa que también es jaula de pájaros.</b> Grégoire de Lafforest es un diseñador e interiorista francés acostumbrado a trabajar con artesanos para clientes que buscan reinventar el concepto de lujo. Esta mesa de roble macizo es a la vez un mueble inesperado —casi surrealista— y una jaula para que pájaros —de colores— se posen en una rama lacada en blanco encerrada tras cables tensados de acero inoxidable. El resultado es contradictorio: destaca a los pájaros y les da más espacio a la vez que los convierte en un ornamento más en la decoración.
La mesa que también es jaula de pájaros. Grégoire de Lafforest es un diseñador e interiorista francés acostumbrado a trabajar con artesanos para clientes que buscan reinventar el concepto de lujo. Esta mesa de roble macizo es a la vez un mueble inesperado —casi surrealista— y una jaula para que pájaros —de colores— se posen en una rama lacada en blanco encerrada tras cables tensados de acero inoxidable. El resultado es contradictorio: destaca a los pájaros y les da más espacio a la vez que los convierte en un ornamento más en la decoración.Jérôme Galland

El antropólogo Brian Hare, profesor en la Universidad de Duke —en Carolina del Norte—, aseguró en la revista Science que la “domesticación de los perros fue uno de los hechos más extraordinarios de la historia de la humanidad”. Lo hizo en un número de la publicación que desvelaba uno de los mayores misterios de la historia de las mascotas: sus inicios. Cuándo y dónde los perros y las personas comenzaron a ser amigos ha hecho correr ríos de tinta y ha costado décadas de investigaciones.

<b>Un marco para gatos.</b> Forma Italia es una compañía dedicada exclusivamente al diseño para mascotas. Nacida de la empresa Chiavari, especializada en muebles de lujo realizados a medida, esta marca considera que la convivencia con los animales en las ciudades es una de las claves del urbanismo del siglo XXI. Esa habitación para el gato —realizada en contrachapado lacado— puede colgarse del techo. El cojín está sujeto a la estructura con imanes.
Un marco para gatos. Forma Italia es una compañía dedicada exclusivamente al diseño para mascotas. Nacida de la empresa Chiavari, especializada en muebles de lujo realizados a medida, esta marca considera que la convivencia con los animales en las ciudades es una de las claves del urbanismo del siglo XXI. Esa habitación para el gato —realizada en contrachapado lacado— puede colgarse del techo. El cojín está sujeto a la estructura con imanes.

Con todo, hoy parece que hay acuerdo en que los restos fósiles provenientes de Irlanda, Mongolia y China dejan ver que la domesticación canina sucedió a la vez en estos tres escenarios. También hay acuerdo en que ocurrió hace, como mucho, 15.000 años y, como poco, hace 12.000. Lo que no dejan tan claro las indagaciones es cómo sucedió. ¿Cómo pudo un carnívoro que competía con los humanos en la búsqueda de alimento convertirse en el mejor amigo del hombre? ¿Cómo llegó a entrar en su casa? Aunque parezca poco científico, cada vez más teorías apuestan a que fue por una cuestión de simpatía: los más sociables entraron en las casas. Y bajo cobijo, alteraron su naturaleza y sus hábitos. A cambio de techo, comida y conocimiento —los perros resuelven problemas, pero buscan el auxilio de sus amos ante cuestiones más complejas—, muchos canes pasaron a ofrecer compañía y seguridad: sus legendarios servicios como guardianes de ganado o viviendas. Eso les cambió el carácter. Y hasta el físico.

<b>Colmena con firma de arquitecto. </b>El estudio de arquitectura más renombrado de Noruega, Snøhetta —autores de la Biblioteca de Alejandría, la Ópera de Oslo y de la extensión del Museo de Arte Moderno de San Francisco—, firma el diseño de esta colmena pensada para defender a las abejas y reivindicar la necesidad de su presencia en la ciudad. Instalada sobre la azotea de un mercado —que vende la miel que producen—, esta estructura de madera se ciñe a la tradición constructiva de las propias abejas sumando paneles hexagonales. Cerca de la base, una repisa marca el acceso de las abejas.
Colmena con firma de arquitecto. El estudio de arquitectura más renombrado de Noruega, Snøhetta —autores de la Biblioteca de Alejandría, la Ópera de Oslo y de la extensión del Museo de Arte Moderno de San Francisco—, firma el diseño de esta colmena pensada para defender a las abejas y reivindicar la necesidad de su presencia en la ciudad. Instalada sobre la azotea de un mercado —que vende la miel que producen—, esta estructura de madera se ciñe a la tradición constructiva de las propias abejas sumando paneles hexagonales. Cerca de la base, una repisa marca el acceso de las abejas.Morten Brakestad

La historia de los gatos, capaces de matar serpientes y por eso convertidos en dioses en el antiguo Egipto, define otro tipo de animal más contradictorio: faldero y huraño a la vez a pesar de la convivencia. O precisamente por ella. Así, aunque conviene distinguir entre animales que parecen libres y aparentan vivir voluntaria y hasta amorosamente en el interior de una vivienda —los perros o los gatos— y especies que solo pueden convivir enjauladas o encerradas —como los pájaros o los peces—, que las casas y jaulas para mascotas se hayan convertido en una tipología del siglo XXI habla tanto de la arquitectura como de la sociedad.

Por eso, cuando el mundo carece de viviendas para un tercio de la población, y cuando se ha bautizado como “comodificación” la arquitectura levantada no como servicio sino como bien de inversión, la idea de que un animal doméstico pase a tener un domicilio fijo, una habitación dentro de una casa, hasta una escalera propia —como en la vivienda vietnamita diseñada por Joe Chikamori— o un habitáculo modular, mullido, flexible y extensible delata, por lo menos, la diversidad de valores del mundo.

<b>Una escalera para pasos caninos. </b>Cuando el arquitecto de Kyoto Joe Chikamori preguntó a la familia vietnamita que le había encargado el diseño de su vivienda en Ho Chi Minh City lo que consideraban más importante en su casa, descubrió que la mayor preocupación de la familia eran los cachorros de su mascota. Les daba miedo que la escalera fuera demasiado empinada y que los peldaños fueran demasiado altos. Para solucionarlo, Chikamori ideó una escalera para perros, paralela a la utilizada por la familia, arrimada a la pared, con la barandilla y los peldaños más bajos.
Una escalera para pasos caninos. Cuando el arquitecto de Kyoto Joe Chikamori preguntó a la familia vietnamita que le había encargado el diseño de su vivienda en Ho Chi Minh City lo que consideraban más importante en su casa, descubrió que la mayor preocupación de la familia eran los cachorros de su mascota. Les daba miedo que la escalera fuera demasiado empinada y que los peldaños fueran demasiado altos. Para solucionarlo, Chikamori ideó una escalera para perros, paralela a la utilizada por la familia, arrimada a la pared, con la barandilla y los peldaños más bajos.Jérôme Galland

En este perplejo marco, el escritor británico especializado en temas de diseño Tom Wainwright ha reunido más de 200 ejemplos de esos sorprendentes habitáculos para mascotas en su libro Pet-tecture, Design for Pets, publicado por la editorial Phaidon. Por las páginas de ese volumen desfilan peceras con satélite, casetas descapotables, muebles-jaula, tipis como guaridas, sofás agujereados y hasta colmenas arquitectónicas.

<b>Vivienda modular para gatos.</b> Esta guarida, lugar de paseo y juego, ocupa poco espacio en el interior de los pisos y permite que los gatos puedan moverse en casa durante el invierno, cuando llueve o nieva en el exterior. La ideó el estonio Ilshat Garipov y la produce su empresa Catissa (445 euros). La torre es una casa flexible —modular y por lo tanto ampliable— que ocupa poco espacio gracias al apilamiento vertical de los volúmenes que lo componen y a su composición como una suma de partes. Los módulos son de contrachapado y están pintados de diversos colores y forrados internamente con cojines y pelo artificial.
Vivienda modular para gatos. Esta guarida, lugar de paseo y juego, ocupa poco espacio en el interior de los pisos y permite que los gatos puedan moverse en casa durante el invierno, cuando llueve o nieva en el exterior. La ideó el estonio Ilshat Garipov y la produce su empresa Catissa (445 euros). La torre es una casa flexible —modular y por lo tanto ampliable— que ocupa poco espacio gracias al apilamiento vertical de los volúmenes que lo componen y a su composición como una suma de partes. Los módulos son de contrachapado y están pintados de diversos colores y forrados internamente con cojines y pelo artificial.Catissa

Al diseñar para mascotas, algunos de los grandes arquitectos del momento, como el japonés Sou Fujimoto, parecen hacer simplemente un cambio de escala. Con un mecano pintado de blanco, construyen el cobijo de su perro sin paredes, pero repleto de cubículos que funcionan como estanterías para ubicar las pertenencias del can, dando a entender que se trata de un animal muy domesticado y a la vez civilizado.

Gatos, perros, peces, pájaros, tortugas, abejas, conejos y hasta medusas han obtenido la atención de muchos de los más renombrados diseñadores del planeta y varios de los arquitectos más famosos del mundo para que les diseñen un habitáculo capaz de unir el juego y el descanso, el movimiento y la permanencia, el confort y el riesgo. El brasileño Marlon de Azambuja construye escultóricas jaulas para pájaros con la silueta de edificios muy reconocibles, como el Museo Guggenheim de Frank ­Lloyd Wright, el de arte de São Paulo que proyectó Lina Bo Bardi o el New Museum de Nueva York que ideó la japonesa Kazuyo Sejima.

<b>El establo con alberca.</b> Tan grande como el interior es el porche de este establo construido con traviesas de ferrocarril recicladas que sujetan la marquesina que sombrea la cuadra. Y tan importante como la idea de refugio es el agua, una gran alberca en la que se reflejan el caballo y quienes lo cuidan. CC Arquitectos ideó una ancha puerta para el pabellón El Mirador, en una colina al suroeste de la Ciudad de México. A partir de esa estructura, la naturaleza se cuela por las grietas de la madera de las traviesas que cambia con las estaciones mientras que el agua refleja los cambios a lo largo del día.
El establo con alberca. Tan grande como el interior es el porche de este establo construido con traviesas de ferrocarril recicladas que sujetan la marquesina que sombrea la cuadra. Y tan importante como la idea de refugio es el agua, una gran alberca en la que se reflejan el caballo y quienes lo cuidan. CC Arquitectos ideó una ancha puerta para el pabellón El Mirador, en una colina al suroeste de la Ciudad de México. A partir de esa estructura, la naturaleza se cuela por las grietas de la madera de las traviesas que cambia con las estaciones mientras que el agua refleja los cambios a lo largo del día.Rafael Gamo

Son muchos los arquitectos que desfilan por las páginas de este curioso libro. El estudio noruego Snøhetta, los holandeses MVRDV o la propia Sejima —autora de un mullido traje de algodón blanco y rizado como vivienda para un caniche— se cuentan entre los proyectistas capaces de imaginar una vida alternativa, y glamurosa, para las mascotas. Los japoneses Nendo y Kenya Hara lideran el grupo de los diseñadores. Y entre todos, es mucho el ingenio, y el humor, vertido en la construcción de estas miniarquitecturas. Se podría decir que estas guaridas alegran, intrigan, acogen, sorprenden y hasta incomodan a los animales igual que muchas de las obras de la vanguardia arquitectónica orientan y desorientan a los ciudadanos. También cabría la tentación de deducir que, en muchos hogares del mundo, y en buena parte de las ciudades del planeta, los perros han dejado de tener vida de perros para vivir en alojamientos diseñados por los mejores creadores del siglo XXI. La pregunta que queda entonces por responder es entonces doble: ¿a quién corresponde ahora la legendaria vida de perro? y ¿llegaremos los humanos a disfrutar de viviendas tan ingeniosamente diseñadas como las de algunas de nuestras mascotas? 

<b>Discreción a la medida de gallinas.</b> La idea que motivó al diseñador holandés Frederik Roijé a crear esta casa de madera para gallinas fue que así algún día podrían poner y cuidar de sus huevos con calma incluso en parques urbanos de ciudades como Ámsterdam o Nueva York. La luz que ilumina las partes cerradas se alimenta gracias a paneles solares.
Discreción a la medida de gallinas. La idea que motivó al diseñador holandés Frederik Roijé a crear esta casa de madera para gallinas fue que así algún día podrían poner y cuidar de sus huevos con calma incluso en parques urbanos de ciudades como Ámsterdam o Nueva York. La luz que ilumina las partes cerradas se alimenta gracias a paneles solares.Frederik Roijé

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