La nieve convierte el paisaje en un lienzo en blanco, elimina lo superfluo y deja vía libre a lo esencial. Un espacio difuso en el que un premiado fotógrafo francés juega con los conceptos de realidad y ensueño. La mirada hipnótica de un búho nival o el brío de un jaguar del Himalaya protagonizan estas fantasías invernales.