Presente y futuro de las monedas sociales en Portugal
Las prácticas de Brasil en este sector han influido al país ibérico
Las monedas sociales existen también en el otro país de la Península Ibérica. Si bien las primeras iniciativas de moneda social en Portugal han sido bancos de tiempo, similares a los de España, nuestros vecinos han desarrollado sus propias experiencias.
No es de sorprender que los portugueses hayan mantenido relaciones estrechas con Brasil y eso no es excepción en el caso de las monedas sociales. Allí se aceptó el modelo de monedas sociales para ferias de corta duración, descrito en mi post anterior, sobre todo en el centro del país (Coímbra, Santarém, Covilhã…). Este informe, publicado en 2014 por Armando García, explica bien varias experiencias que pertenecen a esta categoría. También existe un alto nivel de interés por el modelo Banco Palmas que ha tenido mucho éxito en Fortaleza (Brasil).
En Irlanda llegó a circularse el bono de la cervecería Guinness como si fuera la segunda moneda nacional
Una iniciativa particular con fines sociales está en Campo Maior (Alentejo, distrito de Portalegre), a sólo 18 km de Badajoz, donde se ha lanzado un proyecto solidario que emite una moneda social Mayor, aceptada en dos comercios solidarios (una tienda normal y una lavandería). En el barrio de Campolide (Lisboa capital) se ha implementado la moneda Lixo (“basura” en portugués) para impulsar el reciclaje de ciertos tipos de residuos.
Otra iniciativa interesante que está emergiendo es la de la Cooperativa Terra Chã, en Chãos (centro de Portugal, en el distrito de Santarém). Un hecho relevante es que esta cooperativa agraria produce diferentes productos agrícolas (principalmente queso de cabra y miel) que sí sirven de respaldo para emitir su moneda social. Por ejemplo, si un kilo de queso de cabra vale 15 € y esta cooperativa produce una tonelada de queso de cabra, puede emitir hasta el equivalente de 15.000 €, siempre y cuando la gente esté dispuesta a consumir este producto. Como el producto final que quiere la gente es este queso de cabra, a la gente le da lo mismo el pago en euro o en moneda social emitida por la cooperativa (= vale).
También en Montemor-o-Novo (Alentejo, en el distrito de Évora) se está preparándo otra iniciativa más integral, llamada Mor. Allí la asociación Rede de Cidadania de Montemor-o-Novo ha estado dialogando con distintos sectores del pueblo (políticos, comercios locales, otras asociaciones, prensa local…) para fomentar un consenso, un proceso muy importante para lograr el éxito, y será una moneda respaldada con euro, similar a Chiemgauer o Bristol Pound. Además de Mor, la Cooperativa Integral Minga ha implementado su moneda social interna para estimular intercambios entre sus propios socios y en la Feira da Luz, que se celebra cada septiembre en este pueblo, se usa una moneda local respaldada en euro.
Me parece muy interesante que Portugal tenga monedas respaldadas con otros bienes y servicios, similar al Banco de Horas Comunitario en Córdoba (Argentina). Estas experiencias, carentes en España, constatan la posibilidad de crear nuestro propio medio de intercambio basado en nuestra propia producción y, de ser adecuadamente gestionado, funcionará como una moneda de aceptación universal. Ardron y Lietaer (2006) demuestra que en Irlanda llegó a circularse el bono de la cervecería Guinness como si fuera la segunda moneda nacional de ese país celta, y otras monedas sociales en el ámbito local o regional llegan a tener tanta envergadura si tienen respaldos deseados por todo el mundo (ej.: alimentación básica, energía, bono de transporte público). También se destaca el hecho de que una moneda social está tratando de cubrir distintos aspectos de la comunidad, en vez de promover sólo una causa, aumentando así su propia utilidad en la vida cotidiana.
Si bien los avances en Portugal son menos acelerados que en España, hay enfoques interesantes que podemos aprender. Esperemos que haya más intercambios recíprocos entre ambos países ibéricos.
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