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Alterconsumismo
Coordinado por Anna Argemí

¿Cómo financiar la lucha contra el cambio climático?

El dinero oxidable permite financiar proyectos largoplacistas

Juanky Pamies Alcubilla vía Flickr / Creative Commons
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Existe un inconveniente poco conocido en el sistema monetario actual: No es apropiado para realizar proyectos a largo plazo. Pero es también verdad que este problema podría solucionarse con la implementación de una moneda oxidable, propuesta por Silvio Gesell (1862 – 1930). Vamos a ver cómo podríamos cambiar el panorama de nuestro futuro, un escenario explicado ya en Money and Sustainability, un informe publicado en 2012 por el Club de Roma.

El punto de partida es que nuestro sistema monetario actual descuenta el futuro. Los inversores consideran normal que cualquier dinero siga creciendo con el retorno que se recibe de la inversión. Imaginemos, por ejemplo, un caso en que se garantice obtener el 5% anual de retorno al invertir. Si tienes 1.000 € ahora en 2019 y lo inviertes, tendrás 1.050 € en 2020. La misma lógica explica por qué necesitamos pagar no sólo el valor del producto sino también la tasa de interés al comprar en plazos (ej.: 250 € al contado = 90 € x 3 plazos = 270 € en total). Esto significa que el 1.000 € que recibirás en un año vale un poco menos ahora (1.000 € / 1,05 = 952,38 €), o sea: 1.000 en 2019 : 1.050 en 2020 = 952,38 en 2019 : 1.000 en 2020.

Vamos a ver qué significa este fenómeno. Al suponer la misma garantía del 5% anual de retorno, tu dinero se duplica aproximadamente cada 15 años, o sea tu 1.000 € en 2019 se convierte en 2.078,93 € (1.000 * 1,0515) en 2034, mientras que tu 1.000 € en 2034 vale sólo 481,02 € en 2019 (1.000: 2.087,93 = 481,02 : 1000). Este punto de vista de los inversores prefiere poner su dinero en proyectos a corto plazo (porque el retorno del futuro inmediato vale más que el del futuro remoto) mientras que otros proyectos que necesitan más tiempo para madurar (ej.: educación, metro y recuperación de la naturaleza) no atrae inversiones del sector privado.

El sistema monetario actual favorece especulaciones; hemos de diseñar otro que favorezca el desarrollo sostenible

Los autores de Money and Sustainability presentan un panorama distinto con una moneda oxidable: Si no puedes evitar la pérdida del 5% del dinero que tienes ahora, o sea si tu 1.000 € ahora se convierte en 950 € dentro de un año, la promesa de pagarte 1.000 € el año que viene significa 1.052,63 € ahora, porque 1.000 : 950 = 1.052,63 : 1.000. Este sistema impulsará aún más inversiones en valores que se generarán en el lejano futuro, porque significa que el dinero que recibirás en X años vale 1,05263X veces más ahora. Si tu dinero se reduce en mitad cada 14 años y sabes que necesitas 50.000 € dentro de 28 años, ¿cuál será la mejor manera de guardar tu dinero? ¿Ganar 200.000 € ahora y dejar que se pierda tres cuartos de esa cantidad, o invertir en un proyecto que te dé 50.000 € dentro de 28 años?

De hecho, este sistema monetario favoreció la inversión en obras importantes (pirámides en el Egipto Antiguo y grandes catedrales en la Europa Medieval, respectivamente) mientras que la moneda actual, emitida principalmente por banca privada, muy de vez en cuando para impulsar especulaciones inmobiliarias, está deteriorando la calidad de vida de miles de personas (ej.: desahucio y subida desmesurada de alquiler). El mundo de hoy también necesita otra serie de obras, en especial las relacionadas con la lucha contra el cambio climático y por la construcción de un mundo más sostenible, y nos sería muy relevante considerar la posibilidad de implementar una moneda paralela oxidable también como medio de impulsar esas obras, además de otras posibilidades mencionadas en mis posts anteriores (estímulo a la economía local, aumento de pensión y mayor recaudación del impuesto).

Si sabemos que el sistema monetario actual favorece especulaciones, hemos de diseñar otro que favorezca el desarrollo sostenible. Espero que sirva mi reflexión para este fin.

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