Monedas paralelas en Egipto Antiguo y en la Europa Medieval
Por Miguel Yasuyuki Hirota
Actualmente solemos pensar que la moneda oficial tiene que ser única, pero la historia humana nos enseña que dos sistemas de monedas paralelas funcionaron bien, trayendo prosperidad a todas las clases sociales. En ambos casos se usaban monedas de oro y plata para transacciones internacionales mientras que otras monedas internas y oxidables servían para brindar riqueza a toda la sociedad.
Se destaca la civilización egipcia por su longevidad que duró milenios. Los habitantes del Nilo disfrutaban de un alto nivel de vida alimenticia (incluso carne y bebida alcohólica), de educación y también de buenas condiciones laborales (sólo trabajaban 18 días por cada 50 días). Esta prosperidad es gracias al uso de los vales para el reclamo de trigo. Se entregaba este cereal para conseguir este medio de intercambio, pero se disminuía la cantidad del trigo reclamable a medida que pasaba el tiempo, porque se cobraban tasas de almacenamiento, además de la pérdida ocasionada por ratas. Esta moneda oxidable sirvió para estimular transacciones dentro del país, logrando que la riqueza producida llegase a toda la población.
Otro ejemplo más cercano es la Europa Medieval, en especial en los siglos XII y XIII. Los trabajadores gozaban de tres a cuatro comidas al día, las horas de trabajo se limitaban a seis horas al día y cinco días a la semana (se descansaban los domingos y los lunes), además de 90 días festivos. Se construyeron varias catedrales, principalmente como iniciativas ciudadanas, y las mujeres disfrutaban de un nivel de vida más alto que en épocas anteriores y hasta las posteriores. Toda esta prosperidad es gracias al uso de las monedas regionales que se devaluaban por 25% sin aviso previo, y la gente carecía de incentivos para guardarlas sino gastarlas para inversiones que durasen a largo plazo, por ejemplo, sistema de riego y molinos. Además de las catedrales que funcionaban también como atracciones turísticas, del mismo modo que los parques temáticos hoy en día. Esta época de oro terminó cuando las autoridades centrales prohibieron estos medios paralelos de intercambio a finales del siglo XIII.
Lo que podríamos aprender de estas experiencias históricas es que el uso paralelo de diferentes monedas en distintos ámbitos contribuye para la construcción de una sociedad próspera donde todo el mundo es beneficiario del desarrollo económico. Mientras que una moneda de oro etc. con aceptación universal tiene validez para transacciones internacionales, las monedas internas y oxidables juegan otro papel importante: el de fortalecer la economía comunitaria por estimular transacciones.
Otra característica relevante que distingue estas dos monedas es su cantidad puesta en circulación. Las monedas oficiales (como las de oro, los billetes respaldados en oro o las monedas creadas como crédito bancario) suelen ser escasas y concentran la riqueza a pocas manos en detrimento de una buena parte de la población. Pero estas monedas regionales, gracias a su efecto de oxidación, alientan a sus portadores a gastarlas cuanto antes para evitar la pérdida paulatina de su valor nominal, facilitando que la riqueza producida en la sociedad sea asequible para todos sus integrantes.
Hoy en día es el euro tan escaso como el oro en aquellos momentos de patrón oro y su masa monetaria no es suficiente, lo que asfixia la economía de la Eurozona. Merecería la pena estudiar detenidamente lo que se logró en el pasado y aplicarlo para nuestras sociedades contemporáneas tras modificarlo para el contexto socioeconómico que actualmente vivimos, tal y como es mi propuesta de renta básica para familias con niños.
Referencia: Lietaer. B. y Belgin, S. (2012) New Money for a New World, Qitarra Press, Boulder (Colorado, Estados Unidos), capítulos 6 y 26.
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