_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Un pintor de manos blancas

A Jon se le conoce en su pueblo por el mismo apodo que usaba cuando estaba en activo como asesino en serie, 'Karaka', un apelativo cariñoso

Jorge M. Reverte
Un hombre vista la exposición de arte del etarra, Jon Bienzobas, en la Casa de la Cultura del Ayuntamiento de Galdakao (Bizkaia).
Un hombre vista la exposición de arte del etarra, Jon Bienzobas, en la Casa de la Cultura del Ayuntamiento de Galdakao (Bizkaia). Europa Press

Hoy, como muchos otros días, aparecen en las portadas de los periódicos las caras de algunos asesinos. Samuel Little es uno de ellos. Ese tipo mató a más de 50 mujeres, y se convirtió en el mayor asesino en serie de Estados Unidos. Pero allí no le festejan. Se ve que los americanos no tienen un sentimiento patriótico suficiente.

En España, sí. En España somos más patriotas. Por ejemplo, en Galdakano, donde el Ayuntamiento, presidido por EH Bildu, ha prestado su colaboración para que otro asesino en serie, Jon Bienzobas, exponga su obra pictórica. A Jon se le conoce en su pueblo por el mismo apodo que usaba cuando estaba en activo como asesino en serie, Karaka, un apelativo cariñoso.

Más información
El PP denuncia los crímenes del etarra que mató a Tomás y Valiente frente a su exposición de arte
El Gobierno Vasco pide que se cancele la exposición del etarra Jon Bienzobas
Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Jon asesinó a mucha gente. Entre otros, mató de tres tiros a Francisco Tomás y Valiente, que tenía el mismo derecho a la vida que cualquier otro ciudadano pero que, además, era un demócrata y un sabio. Cuando Karakamató al catedrático, comenzó en la Universidad en Madrid un movimiento que tenía un motivo muy visual como centro: las manos blancas, limpias, de los que se manifestaban contra el salvajismo de Karaka y sus amigos.

Jon es un pintor malo. Eso evita tener que hacer ninguna digresión sobre la vida personal del autor y su obra pública, como ha pasado con otros artistas, como Woody Allen, de quien no se conoce que haya asesinado a nadie.

Jon pinta unos cuadros que casi da vergüenza ver. Hay hasta una lágrima que seguramente tiene su origen en los 266 años a los que está condenado por sus asesinatos probados.

El alcalde de Galdakano habrá ido, casi seguro, a ver la exposición. Y es posible que se haya dado cuenta de que allí falta un cuadro con todas esas manos blancas agitándose como pañuelos que contienen una lágrima.

¡Pero hombre, si hay alguien con derecho a usar esa idea de las manos blancas, ese es Jon! Sin él, nunca se habría producido un movimiento así.

Habría que pedirle a Jon que pintara con ese motivo una alegoría que el pudor le ha impedido mostrar al público: se podría llamar “manos blancas”, así de sencillo.

Los hijos de Francisco Tomás y Valiente, y los demás, podríamos comprender entonces del todo a ese asesino en serie y su risa. Y el Galdakano que vota a EH Bildu sentiría que ha hecho a Karaka un homenaje como es debido.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_