Una historia con luz
La perspectiva de una mañana tranquila frente a un campo de girasoles se antoja como sumergirse un rato en una evocadora lectura. Con sus movimientos voluntariosos, estas plantas herbáceas van escribiendo el paso de las horas y de los días. Sus historias hablan de luces y sombras, de lluvias, tormentas, sequías. Como un reloj, amanecen mirando al sol cara a cara. Cada jornada, puntualmente, siguen al astro rey en sus paseos por el firmamento hasta caer rendidas. Para escuchar su relato, solo hace falta abrir bien los ojos y seguir su ritmo. Aunque para nosotros, humanos, lo mejor es hacerlo como esta pareja en Virginia, EE UU: protegiéndose del calor que inspira su biografía.
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