_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El preocupante legado de la (no) negociación

Compartir el poder obliga a ciertas lealtades compartidas y ejercer responsabilidades de gobierno no es “repartirse los sillones”

José Fernández Albertos
María Jesús Montero, Adriana Lastra y Carmen Calvo, equipo negociador del PSOE, este martes a su llegada a la reunión con Podemos.
María Jesús Montero, Adriana Lastra y Carmen Calvo, equipo negociador del PSOE, este martes a su llegada a la reunión con Podemos.ULY MARTIN (EL PAÍS)

Hace unos meses pronostiqué aquí que esta vez los partidos evitarían provocar una repetición electoral. Creo que los tres motivos que expuse entonces (el sesgo presidencialista de nuestro sistema parlamentario, la existencia de una agenda definida de reformas y la incertidumbre respecto a los resultados de unos nuevos comicios) siguen siendo válidos. Pero conforme pasan los días y la investidura no llega, la sospecha de que me dejé algo importante en el tintero es cada vez mayor.

Más información
Sánchez desdeña el cara a cara que pide Iglesias para desbloquear la investidura
José Sacristán a Carmen Calvo: “Poneos de acuerdo, por favor”
¿Qué es lo que tenía que pasar? por Pepa Bueno

Con independencia de lo que ocurra en los próximos días, a todos nos debería preocupar el legado que nos va a dejar este verano de (no) negociaciones para formar Gobierno. Hace ya media década, el bipartidismo imperfecto entró en crisis provocando la llegada de nuevos partidos a las instituciones, en principio con la intención de canalizar las demandas desatendidas de una sociedad más diversa, más compleja, y con nuevas prioridades. Dada la naturaleza de nuestras sociedades, el multipartidismo ofrece muchas más ventajas que inconvenientes, y puede servir de antídoto contra las propuestas excluyentes y extremistas que nos amenazan y ganan fuerza en algunos países de nuestro entorno. Pero para que el multipartidismo funcione es necesario que ciudadanos y políticos compartamos algunos principios: que hay que cultivar la confianza hacia quienes son tus rivales en las urnas, pero con los que estás obligado a trabajar para aprobar leyes y presupuestos, que compartir el poder no es sinónimo de caos, no equivale a distribuir parcelas de influencia y que obliga a ciertas lealtades compartidas, y que negociar y transigir no es “pactar en los despachos” ni ejercer responsabilidades de gobierno es “repartirse los sillones”. Viendo lo que nos dicen los datos de opinión pública, tengo la sensación de que la mayor parte de los ciudadanos ha asumido mejor estos principios que los partidos, y que solo las luchas internas, el tacticismo y las inercias de algunos liderazgos explican por qué a demasiados políticos (de todos los colores) les está costando asumir estas reglas básicas necesarias para que el multipartidismo no se nos atragante.

No ha sido un buen verano para este aprendizaje. Nuestros líderes han preferido invertir en cómodos relatos que en tediosas negociaciones. Pero a ese aprendizaje tendremos que volver, porque no tenemos una forma mejor de gobernarnos. Ojalá sea pronto. @jfalbertos

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_