Una lección de la historia
Tal día como ayer, hace 80 años, comenzaba la II Guerra Mundial con la invasión de Polonia por Hitler. Este conflicto fue en gran medida una secuela de la Primera Gran Guerra, originada por el mismo nacionalismo exacerbado, el mismo expansionismo y la misma lucha por la hegemonía entre las grandes potencias. En la actualidad, muchas de estas potencias, otrora enemigas, se hallan encuadradas en la UE, que no en balde recibió en 2012 el Premio Nobel de la Paz por su contribución al diálogo y la estabilidad en el seno del Viejo Continente. El objetivo de mantener la vía pacífica y negociada para la resolución de las diferencias entre países es así superior a cualquier interés nacionalista. Por ello debemos lamentar el auge de los particularismos nacionales que empujan al Brexit y a otras situaciones similares en Europa y esperar que la lección de la historia no caiga en saco roto.
Pedro Feal Veira. A Coruña
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