Cargado con pasión

Tiene todo lo que tiene que tener para ser un MINI Cooper. Conserva la esencia Premium en su equipamiento, el diseño rompedor, el cuerpo compacto que fluye en el callejeo, la agilidad que se siente cómoda en la vorágine de la ciudad.

Pero el mundo evoluciona a esa misma velocidad. La ciudad ya no puede ser un sumidero de malos humos y decibelios, un colapso circulatorio permanente y una donante de estrés. Y los nuevos conceptos de movilidad aparecen para reivindicar que el estilo de vida urbano puede, y debe, ser saludable, solidario, sostenible.

La contribución de la marca a esos nuevos valores sociales ya está construida, aunque habrá que esperar a marzo de 2020 para ver las primeras unidades del MINI Cooper SE sobre el asfalto. Será inconfundible, lo identifica a primera vista ese frontal que sustituye a la parrilla, el logo amarillo que sugiere la conexión a la red, las líneas contundentes pero redondeadas para mejorar su coeficiente aerodinámico.

Pero su innovación va mucho más allá de la estética. Anida en su corazón eléctrico, una de las motorizaciones más dinámicas del segmento, con el equivalente a 184 cv de potencia y una entrega de fuerza inmediata y progresiva para ofrecer una agilidad digna de deportivo: apenas 3,9 segundos para alcanzar 60 km/h y 7,3 para llegar a los 100. A todos los MINI siempre les distinguió ese carácter divertido, pero la propulsión eléctrica y el centro de gravedad aún más bajo potencian como nunca ese carácter pasional, la sensación de conducción go-kart en el circuito urbano.

Hubo un tiempo en que disfrutar ese poder implicaba contribuir a la boina gris y añadir contaminación sonora. Pero el nuevo MINI se ha diseñado para conseguir el efecto opuesto, aportar más emoción al desplazamiento mientras mejora la seguridad, la tranquilidad y la salud del hábitat ciudadano. Piensa en los demás porque apenas se escucha el leve zumbido del motor eléctrico y la rodadura, y porque su bajo peso combinado con las baterías y el motor de última generación aseguran uno de los mayores niveles de eficiencia energética entre los modelos eléctricos. Otro gesto sostenible.

De ahí que su autonomía, a pesar de ser un compacto con menor espacio para las pilas que los modelos grandes, alcance en condiciones óptimas hasta 232 km. Es un MINI como todos los MINI, rabiosamente urbano, pero esa autonomía unida a la proliferación de puntos de recarga en la red de carreteras lo hacen igualmente versátil para escapadas interurbanas y de larga distancia. Pasión respetuosa con el medio ambiente vayas donde vayas.

Más información en www.mini.es/minielectric

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