Un reportaje gráfico dedicado a los dos únicos ejemplares de rinoceronte blanco del norte que quedan en el mundo y a sus cuidadores. El fotógrafo Justin Mott documenta historias de personas que arriesgan sus vidas por salvar animales en peligro de extinción. Su trabajo No Man s land puede verse en la galería neoyorkina Anastasia Photo hasta el 15 de septiembre
Complicidad entre cuidador y animal.Justin Mott (Cortesía de Anastasia Photo, New York.)Vista aérea de Najin (madre) y Fatu (hija), los dos últimos rinocerontes blancos del norte que quedan en el mundo en el Ol Pejeta Conservancy ubicado en el condado de Laikipia en el centro de Kenia, 2018.Justin Mott (Cortesía de Anastasia Photo, New York.)John Mugo, 37, miembro de la NPR (Reservistas de la Policía Nacional) protege y patrulla los terrenos del Ol Pejeta Conservancy de los cazadores furtivos con Najin en el fondo, 2018.Justin Mott (Cortesía de Anastasia Photo, New York.)Retrato de Peter Esegon, de 47 años, uno de los principales cuidadores de Fatu y Najin. Esegon ha trabajado en la conservación durante 20 años y su trabajo consiste en cuidar a los animales y concienciar a los visitantes sobre el rinoceronte, 2018.Justin Mott (Cortesía de Anastasia Photo, New York.)Najin, 2018.Justin Mott (Cortesía de Anastasia Photo, New York.)John Mugo, de 37 años, miembro de la NPR armada. En 2018, John y su unidad estuvieron involucrados en un enfrentamiento con 3 cazadores furtivos que acabó con la muerte de los tres. 2018.Justin Mott (Cortesía de Anastasia Photo, New York.)Esegon dice que Fatu se calma y tranquiliza si le rasca detrás de las orejas o detrás de la pierna, 2018.Justin Mott (Cortesía de Anastasia Photo, New York.)Peter Esegon, 47, uno de los principales cuidadores de rinocerontes descansa con Najin y Fatu al atardecer en Ol Pejeta Conservancy en Kenia central, 2018. <b> Amiga rinoceronte</b> Najin y Fatu son dos hembras de rinoceronte blanco del norte. Los únicos ejemplares de esta subespecie que quedan en el planeta. En la imagen, descansan junto a Peter Esegon, uno de los cuidadores que las protege de leones y de cazadores furtivos en el Ol Pejeta Conservancy, en Kenia. Llegaron en 2009 desde el zoo Dvůr Králové, en la República Checa. Con ellas vinieron dos machos para intentar adaptarse al medio y reproducirse, pero no lo consiguieron. Al morir ambos, la única opción para que no desaparezcan estos animales es el desarrollo de técnicas de fecundación in vitro. El fotógrafo <a href=http://www.justinmott.com/><b><u>Justin Mott</a></b></u> , que documenta historias de personas dedicadas a la conservación del mundo salvaje, expone su trabajo No Man’s Land en <a href=http://www.anastasia-photo.com/><b><u> la galería neoyorkina Anastasia Photo</a></b></u> de Nueva York hasta el 15 de septiembre.Justin Mott (Cortesía de Anastasia Photo, New York.)