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Coordinado por Lola Huete Machado

Fallece DJ Arafat, el rey de la música marfileña

El artista de 33 años, que sufrió un accidente de moto en Abiyán, deja el estilo del 'coupé decalé' como legado para millones de seguidores

Ángeles Jurado
Imagen de DJ Arafat de octubre de 2017, recogiendo su premio al mejor artista de
Imagen de DJ Arafat de octubre de 2017, recogiendo su premio al mejor artista de ISSOUF SANOGO (AFP)
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Costa de Marfil se dormía ayer noqueada por el estupor y la tristeza, mientras trataba de digerir la noticia de que uno de sus ídolos nacionales, el músico DJ Arafat, acababa de morir a consecuencia de un aparatoso accidente de tráfico en su capital económica, Abiyán.

El rey del coupé decalé, el estilo de música marfileña que se ha popularizado en África y el resto del mundo, fallecía ayer por la mañana y la noticia abría el informativo de las 13.00 de la televisión nacional, la Radio Televisión Marfileña RTI. Arafat, cuyo nombre real era Ange Didier Houon, tenía 33 años y sigue siendo una figura multipremiada, polémica, adorada por millones de africanos y que ha compartido escenario, amistad, éxitos y trifulcas públicas con grandes de la música del continente, desde Davido a Maitre Gims, pasando por Yemi Alade, Sidiki Diabaté o Fally Ipupa.

Su trágica muerte ha eclipsado la celebración del Tabaski, inundando de muestras de tristeza, incredulidad y rabia las redes sociales de su país y de África occidental.  Sus admiradores se congregaron ayer por  la tarde ante el Policlínico de Deux Plateaux, donde estaba ingresado, para que alguien les confirmara la noticia de su muerte: hicieron falta dos ministros, el de Cultura y Francofonía, Maurice Bandaman, y el de Defensa, Hamed Bakayoko, protector y amigo del cantante, que le consideraba su segundo padre, para verificar la información ante el país en pleno.

El accidente que acabó con la vida del músico ocurrió cuando Arafat regresaba en moto de una actuación en el pub Hypnotic, en la zona 4 abiyanesa, el domingo por la noche. El artista se estrelló contra el coche de una periodista, que sobrevivió, en Cocody, frente a la embajada china. Ingresó en el Policlínico inconsciente, con fractura craneal y edema, y no se pudo hacer nada por salvar su vida.

Hijo de dos celebridades marfileñas también dedicadas a la música, Tina Glamour y Pierre Houon, DJ Arafat sobrevivió a una infancia dura en los noventa, debido a la ausencia permanente de sus progenitores, las desavenencias entre ellos que acabaron en divorcio y las extravagancias públicas de su madre. Criado como un niño de la calle, coqueteó con las drogas y la delincuencia desde los 11 años. Tenía cinco hermanos por parte de padre y dos hermanas por parte de madre y a pesar de haber nacido en el barrio popular de Yopougon, su figura se vincula a otro, Blockhauss, donde creció. Su padre y manager falleció en 2012 en plena Caravana de la Paz, una iniciativa artística por la reconciliación del país, en una habitación de hotel de Yamusukro.

Yorobo, como también se hizo llamar y se le conocía ampliamente, empezó a trabajar como pinchadiscos y animador en un maquis de su barrio natal, el Shangai, uno de los más famosos del país. Allí le descubrió el productor musical Roland Le Binguiste, quien lo introdujo en los estudios discográficos. Su primer éxito enamoró a los marfileños en 2003 y fue un homenaje a otro Dj, Jonathan, amigo suyo y que también murió en un accidente de moto, exactamente igual él. El historiador Dagauh Komenan explica que dos de los himnos por los que se le recordará siempre son Frapper Naboula y sobre todo, Apache 8500 volts, cuyas intros están grabadas en las lenguas y los corazones de sus compatriotas y los ponen en pie cada vez que suenan en las discotecas del país. A partir de 2011, cada 26 de diciembre, un mes antes de su cumpleaños, llenaba el Palacio de la Cultura Bernard Dadié con un concierto especial de Navidad.

Arafat ha logrado hitos como el premio al artista africano más influyente internacionalmente de Forbes Afrique en 2015, varias condecoraciones al mejor artista de coupé decalé (2017) y dos de los premios más prestigiosos de la música en África, los Kora (mejor artista africano del año y mejor artista masculino de África occidental), en 2012. Su último vídeoclip, Moto-Moto, obtuvo más de un millón de visualizaciones en sus primeras 24 horas en línea. En su trayectoria firma 10 álbumes, el último, aparecido en diciembre del año pasado, y era una de las bazas más importantes de Universal en el mercado africano. Muere sin haber podido cantar con uno de sus grandes referentes, Lil Wayne, pero habiendo apurado la vida.

A través de una carrera llena de baches, altercados y momentos de gloria, Arafat tuvo la clarividencia de reinventarse permanentemente en una industria musical en constante cambio y bajo diferentes apodos: Yorobo, por supuesto, pero también Daishikan,Temistocle, Commandant Zabra o Sao Tao le Dictateur, por nombrar algunos. Siempre, además y según recuerda Komenan, "se enorgulleció de representar al nouchi, al marfileño urbano de barrio popular". Hacía gala de un carácter franco y volcánico, que le llegó a implicar en peleas físicas y todo tipo de excesos y era la personificación de la viralidad en la escena social marfileña. En el lado más oscuro de su biografía figuran la violencia de género y las broncas familiares públicas y notorias, sobre todo, con su madre. Dejando a un lado la música propiamente dicha, se especializó en el arte del clash en redes sociales, enfrentándose vía vídeo compartido en Facebook con Asalfo (Magic System), su expareja artística Debordo o su gran rival por la corona del coupé decalé, Serge Beynaud. Este sábado, precisamente, compartía su último vídeo en vivo en Facebook, con una canción en la que trabajaba en casa.

Durante el fin de semana, Arafat felicitó en redes sociales a sus seguidores musulmanes por el Tabaski y anunció las diferentes paradas de su Tour Moto-Moto, con una serie de vídeos en los que aparecía, escoltado por un grupo de amigos también motoristas, desplazándose por la capital económica marfileña en la motocicleta sobre la que murió. Eran habituales sus acrobacias a bordo de dicho vehículo en pleno centro urbano y los abiyaneses ya se habían acostumbrado a sus caídas, que hasta el momento se habían saldado solo con algunos dedos magullados y contusiones de diversa índole. Deja un hijo menor y una bebé y una legión de admiradores a los que él mismo bautizó como los chinos, por ser tan numerosos como la población de este país. Apenas 24 horas después de que se hiciera pública su muerte, se han recogido casi 50.000 firmas exigiendo que su velatorio ocupe el estadio de fútbol nacional, el Felix Houphouët-Boigny, y han lamentado su muerte amigos y seguidores de todo el mundo, desde Didier Drogba al presidente del país, Alassane Ouattara.

Arafat adoptó el apellido del dirigente palestino de la Organización para la Liberación de Palestina como su nombre artístico a raíz de sus amistades libanesas, que le llamaban así por su temperamento. Una personalidad eléctrica, "hard-core" como la definió el propio artista, que le ha ganado el desprecio de muchos pero también un lugar en el corazón de muchos africanos para siempre y que lo convierte en alguien irrepetible.

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Sobre la firma

Ángeles Jurado
Escritora y periodista, parte del equipo de comunicación de Casa África. Coordinadora de 'Doce relatos urbanos', traduce autores africanos (cuentos de Nii Ayikwei Parkes y Edwige Dro y la novela Camarada Papá, de Armand Gauz, con Pedro Suárez) y prologa novelas de autoras africanas (Amanecía, de Fatou Keita, y Nubes de lluvia, de Bessie Head).

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