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¿Por qué algunas personas ven la A en rojo y la N en amarillo? Comprueba si eres sinestésico

El neurocientífico Mariano Sigman explica en este capítulo de la serie 'Sé lo que estás pensando', de 'Materia' y EL PAÍS Vídeo, las asociaciones naturales entre sentidos

Vídeo: LUIS MANUEL RIVAS

Mira estas dos figuras:

Uno es Kiki y otro Bouba. La pregunta es: ¿cuál es cuál? Casi todo el mundo responde igual: el de la izquierda es Kiki y el otro Bouba. Parece obvio, como si no pudiese ser de otra manera. Pero ¿por qué? ¿No es extraño que todos coincidamos en esto? ¿Acaso una forma realmente tiene un nombre que le va más que otro? Es como si alguien tuviese cara de Carlos o de Ana o de Jorge.

Sucede que al pronunciar las vocales /o/ y /u/ los labios forman un círculo que se corresponde con la redondez de Bouba. En cambio, al pronunciar la /k/, el paladar se cierra, en un martillazo. Así, sin que nada de este razonamiento sea consciente, asociamos un sonido con la forma que toma la boca al pronunciarlo.

Lo de Kiki y Bouba es casi universal, pero otras asociaciones cambian con la cultura. Por ejemplo, en Europa y América solemos pensar los números en una línea, con los pequeños a la izquierda y los grandes a la derecha. ¿Porque no al revés? Pues porque así funciona la lectura, de izquierda a derecha. Los que han aprendido a leer en persa, donde se lee de derecha a izquierda, imaginan la línea numérica al revés. Y los japoneses ordenan su línea numérica mental de arriba abajo, tal como leen. Hay gente con arreglos más curiosos, algunos ubican los números en espirales, como si fuesen calendarios.

Algunas asociaciones son aún más curiosas. Cuando decimos “ya se viene Navidad”, ¿de dónde está viniendo? Este uso del lenguaje nos enseña que a veces relacionamos casi sin pensarlo el tiempo y el espacio, como si fuesen lo mismo. Y en nuestra cultura parece evidente que el futuro esté delante y el pasado atrás. Pero no es así en todas las culturas. Por ejemplo, para los aimaras, en América del Sur, es exactamente al revés: el pasado esta delante, y el futuro detrás. Tan es así, que, en aimara, la palabra nayra significa pasado, pero también significa al frente. Y la palabra quipa, que significa futuro, también significa lo que esta atrás. Explican los aimaras que el pasado esta delante, porque es lo único que han visto los ojos. El futuro, en cambio, es desconocido y por lo tanto está a nuestra espalda, donde los ojos no ven. Cuentan los aimaras que el tiempo pasa como si caminasen marcha atrás y así el futuro que estaba a sus espaldas se va revelando y se convierte progresivamente en pasado, a plena vista.

A estas asociaciones naturales entre sentidos se las llama sinestesia. Todos somos un poco sinestésicos: mezclamos sonidos con formas, tiempo con espacio, temperatura con colores, el tacto con la música… Una de las formas más comunes de sinestesia es la que relaciona letras con colores. Alguna gente ve la A roja, aunque este impresa con tinta negra. Otros perciben la C en un azul profundo. Por ejemplo, Nabokov, quizás el más célebre de los sinestetas, veía la V de un rosa cuarzo y la N de un color amarillento. Tan fuerte es la sinestesia que puede funcionar aun en los que han perdido un sentido. Un ciego con sinestesia puede ver un color al escuchar un sonido.

La sinestesia siempre ha tenido un aura de genialidad. Muchos de los grandes matemáticos cuentan que pueden representar los números como paisajes sofisticados, o como sonidos, y así juegan con los números usando las puertas de la percepción. Pero tan glamurosa es la sinestesia que se ha llenado de impostores. Escritores, músicos, o artistas que piensan que les queda bien contar que ven letras o notas musicales en vivos colores.

Y así, mi amigo y colega Edward Hubbard ideó un dispositivo para separar la paja del trigo. Detecta verdaderos sinestésicos y revela a los abundantes charlatanes e impostores. Es bonito, funciona así. Mira la imagen más abajo e intenta encontrar una forma dibujada entre estos números. Es muy difícil, lleva mucho tiempo y a veces ni siquiera con tiempo lo logramos. Pincha sobre la imagen para ver la solución.


Pinche sobre la imagen para ver la solución

Si te ha sido muy fácil es que quizás tengas alguna forma de sinestesia. Porque para el que lo sea y perciba los números de distintos colores, esta imagen se vería como puedes comprobar si pinchas sobre la foto.

Y ahora, en este mundo de color, el triángulo (la forma que estaba escondida) se hace evidente. Así Edward encontró a los verdaderos sinestésicos y descubrió que estos tienen una gran abundancia de conexiones neuronales directas entre la región cerebral que codifica las letras y la que codifica los colores. Y estas autopistas cerebrales hacen que en su percepción se mezclen sensaciones de una manera fascinante que otros apenas podemos imaginar.

Sé lo que estás pensando es una serie sobre los enigmas del cerebro. Si has conocido a una persona que parece idónea y sin embargo algo te dice que desconfíes. O te enfadas mucho por cosas que, si las piensas en frío, no valen tanto la pena. Somos muchos en esta lista. La ciencia observa, indaga, pregunta, investiga, para descubrir estas formas que nos relacionan de maneras tan particulares. De eso trata Sé lo que estas pensando, de teñir de ciencia preguntas de todos los días, sobre cómo somos, sobre nuestras virtudes y nuestros demonios.

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