El mundo soy yo
Esta frase es la que pensará Trump cada día. Y así lo aplica cuando va a algún país extranjero donde ni respeta el protocolo y dice todas las barbaridades que se cree. Porque para eso llegó a ser presidente del entonces país más poderoso de la tierra. Llegó para despreciar al mundo ajeno al suyo, al europeo principalmente, que aún se mueve con ciertos ideales, ya muy castigados por el ultraliberalismo que él defiende. En resumen, Europa es un estorbo. Asistimos a lo más burdo y grosero de la política. Triste mundo este donde un personaje tan impresentable sigue al frente de una gran potencia.
César Moya Villasante
Madrid
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