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Tribuna
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Carta a los elementos de la Tabla Periódica

Alumnos de Química de la Universidad de Sevilla, en la Casa de la Ciencia de la ciudad.
Alumnos de Química de la Universidad de Sevilla, en la Casa de la Ciencia de la ciudad. Ascensión Rojas

¿Qué tiene que ver el hierro con el lobo feroz? ¿Y el mercurio con un sombrero gigante, el lantano con el fantasma de la ópera y el lutecio con París? La relación del indio con un piel roja y del americio con un cowboy es evidente, pero ¿por qué el hidrógeno tiene estrellas, el boro es una momia y el carbono un lápiz?

Estos fueron los disfraces elegidos por el alumnado de Química de la Universidad de Sevilla para personificar a unos cuantos elementos químicos en el desfile/baile celebrado en la Casa de la Ciencia de Sevilla con motivo del Año Internacional de la Tabla Periódica. Este año 2019 se cumplen 150 años de la publicación por el científico ruso Dmitri Mendeleev de una tabla en la cual los elementos estaban ordenados en filas por orden creciente de número atómico (número de protones del núcleo) y en columnas por similitud de propiedades químicas, consecuencia de la periodicidad en la estructura electrónica del átomo. En este evento alumnos de 2ºA del Grado en Química, a instancias de la profesora que esto escribe, sacaron veinticinco elementos de la Facultad para mostrar al resto del mundo su cara divertida, siniestra, original o vital, capitaneados por su “padre” Dmitri Mendeleev.

En este espectáculo el elemento hierro, cuyo símbolo químico es Fe, se disfrazó de “lobo ferroso” siendo su magnetismo irresistible la causa de que Caperucita lo confundiera con la abuelita, mientras que el mercurio (Hg) que usaban los sombrereros ingleses para tratar el fieltro, fue la causa de que se volvieran tan locos como el que aparece en Alicia en el país de las maravillas. El nombre de lantano (La) viene del griego “escondido” por lo que el alumno que lo representó, se escondió detrás de la máscara del fantasma de la ópera. Lutecio (Lu) proviene del latín “Lutetia” que es el primer nombre que se le dio a París, ciudad natal de uno de sus descubridores, por lo que la alumna que lo representó llenó su vestido con los monumentos de esta ciudad. El americio (Am) toma su nombre del continente en el que se descubrió, por lo que su intérprete se disfrazó de cowboy, mientras que, aunque el nombre de indio proviene del color índigo de su espectro, en español hay una relación más directa con los primeros habitantes de Norteamérica. A pesar que el hidrógeno (H) no parece tener mucha relación con las estrellas, el caso es que éstas son enormes calderos nucleares en los que el combustible de las reacciones de fusión que producen la energía que nos alumbra es justamente el hidrógeno. El carbono (C), aparte de ser el componente esencial de todos los seres vivos, forma el grafito de las minas de los lápices y el boro (B), usado hasta hace poco para conservar las gambas, fue usado por los antiguos egipcios para conservar las momias. También desfilaron el litio (Li) de las baterías, el amoniacal nitrógeno (N, Carl Bosch), el flúor de la pasta de dientes (F), los comestibles azufre (S, cebolla) y potasio (K, plátano), el rojísimo fósforo (P, cabezas de cerillas), el esquelético calcio (Ca), el galio(Ga), el metal que se funde con el calor de las manos, el mortal arsénico (As), el oculto kripton (Kr), la brillante plata (Ag), el bello cadmio (Cd), el muy francés francio (Fr), el infernal tántalo (Ta) y el radiactivo uranio (U).

El oro (Au), tan noble que no se mezcla con la plebe del resto de los elementos químicos, se avino a abrir el baile cuando el desfile terminó. Pero antes construyeron entre todos una Tabla Periódica viviente en la que también participaron el alumnado de secundaria y el profesorado.

La divulgación científica es demasiado importante para dejarla exclusivamente en manos de las personas mayores (como yo)

Según el público asistente, este espectáculo con mucha química resultó muy divertido e ilustrativo. Los ingredientes del éxito fueron la creatividad y originalidad de alumnos y alumnas de la facultad de química a la hora de elaborar los textos y los disfraces, además de su dedicación a este proyecto desde que empezó el curso.

Escribo este artículo para decirles a los elementos-actores-guionistas-diseñadores lo importante que ha sido su trabajo, ya que al realizarlo no sólo han adquirido conocimientos de química inorgánica, sino habilidades de comunicación que seguro les serán útiles en su vida profesional. No obstante, lo más importante es que han ayudado a transmitir el mensaje de que la ciencia que nos rodea y controla nuestra vida es, además, divertida y apasionante.

La divulgación científica es demasiado importante para dejarla exclusivamente en manos de las personas mayores (como yo). ¡Enhorabuena por el espectáculo!

Adela Muñoz Páez es catedrática de Química Inorgánica de la Universidad de Sevilla y escritora 

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