Glicerina o petrolatum: ¿cuál de estos dos ingredientes debes buscar en tu crema hidratante?
No siempre es fácil acertar con la textura y el olor que buscamos
Según el último informe de la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (STANPA), los productos cosméticos destinado al cuidado de la piel representan un 25% de nuestras conversaciones, siendo su composición una de las preguntas que cada vez se hace más el consumidor cuando se encuentra delante de los lineales destinados al cuidado de la piel en grandes superficies, supermercados o droguerías. Acertar con la textura, el olor e incluso el envase de la crema hidratante, hace que nuestros ojos divaguen por estas secciones durante minutos. Más aún si decidimos echar un vistazo no solo al etiquetado delantero que pueden dar una imagen real o no de la composición final, si no también de su etiquetado trasero y su lista de ingredientes.
Desgranar etiquetas es una de las tendencias actuales, sin embargo, puede ser bastante frustrante para el consumidor cuando no se tienen los conocimientos adecuados, y mucho menos, el tiempo necesario. Enumeramos las claves para elegir la crema hidratante perfecta para cada persona.
Tres grupos de ingredientes clave: humectantes, emolientes y oclusivos
Todas las cremas suelen tener tres grupos de ingredientes diferenciados que son los que afectarán a la textura final del producto cosmético y que además, proporcionan diferentes sensaciones al consumidor: los humectantes, oclusivos y emolientes. Su orden y cantidad en la lista de ingredientes son las claves para saber si estamos ante una crema más ligera tipo leche, un gel o una crema o manteca, mucho más densa y oclusiva.
Las cremas corporales con texturas ligeras incorporarán una mayor cantidad de ingredientes humectantes que aportan frescor y pueden calmar posibles irritaciones. La glicerina o el ácido hialurónico (sustancias higroscópicas que permiten captar agua e hidratar la piel) niacinamida o pantenol, son ingredientes que no dejan rastro graso en la piel y son perfectos en personas que buscan una textura ligera.
En el otro extremo tendríamos las texturas más densas y en forma de manteca, lo que nos indica que tenemos una fase grasa predominante y será la textura perfecta para pieles muy secas, dermatitis atópica, o zonas como los talones o codos. El petrolatum o vaselina, siliconas, ceramidas, urea colesterol pero también ingredientes de origen vegetal como son la manteca de karité o el cacao y los aceites vegetales, son los ingredientes más habituales que ofrecen propiedades emolientes y oclusivas a la piel.
¿Sin conservantes?
Una preocupación cada vez más en auge es acerca de los conservantes presentes en los productos cosméticos, un ingrediente necesario para que los cosméticos no se estropeen debido a la proliferación de microorganismos que pueden llegar a provocar infecciones en la piel del usuario.
A excepción de aceites vegetales, que solo necesitan un sistema antioxidante y algunos bálsamos labiales, todos los productos cosméticos que tengan agua en su composición deben estar acompañados por un sistema conservante.
Perfumes ¿natural o sintético?
Algunos ingredientes y fórmulas cosméticas huelen mal y es gracias a los perfumes que los usuarios no detectan su olor real. Sin embargo, la tendencia hacia una cosmética más natural ha hecho que se empleen como sustancias activos cosméticos que pueden ser irritantes para la piel, pero dan buen olor al producto final. Si tienes piel sensible, dermatitis o que se irrita con facilidad evita usar cremas corporales que incluyan en su composición activos botánicos como el linalool o geraniol.
Piel seca, normal o grasa
¿Sabes que tipo de piel tienes? Es algo básico para acertar con la textura y el producto adecuado. Aquellas pieles secas tienden a tener tirantez y prurito (picor), mientras que una piel grasa está más elástica.
Saca el mayor partido a tu crema hidratante
Baños o duchas frecuentes con temperaturas que superan los 30 grados centígrados durante más de cinco minutos y el uso de limpiadores, hace que sometamos a un estrés externo a la piel, dañando la función barrera de la misma, y que hará que tengamos una piel con aspecto seco y tirante.
Lo mejor para evitar esta deshidratación por el agua y los limpiadores empleados es limpiar solo en las zonas que realmente lo necesitan e hidratar la piel cuando aún está húmeda. Ayudarás a que los ingredientes se fundan mejor en la piel y potenciaremos la hidratación de la piel.
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