¿Cómo se consigue tu propósito en la vida?
Un estudio realizado por Adecco muestra que 3 de cada 4 españoles está insatisfecho con su situación laboral. Para ayudar a cambiar esa tendencia, la compañía lanza la campaña Tu propósito, con un spot dirigido por el cineasta Daniel Sánchez-Arévalo
Carolina tiene una familia, un empleo y una situación estable, pero como mucha gente siente que no ha conseguido materializar su vocación en el ámbito laboral. Llegó a su trabajo actual, como auxiliar administrativa, por descarte más que por convicción. “Me he dado cuenta de que trabajamos por inercia, sin pararnos a pensar qué es lo que queremos”, explica. “No tomamos decisiones, nos adaptamos a las circunstancias que van surgiendo”. En realidad, lo que ella quería ser es profesora de primaria. “Me faltaban tres asignaturas, pero nunca acabé la carrera”, recuerda. “Ahora me doy cuenta de que eso es lo que me haría feliz, que sería una motivación mayor para levantarme por las mañanas”.
Su situación es muy parecida a la de Antonio, que confiesa haber llegado a su ocupación de consultor informático “de rebote”. O de Alba, que ha pasado por empleos relacionados con la hostelería después de estudiar trabajo social. Todos ellos son algunos de los rostros que han participado en la campaña Tu propósito, creada por el Grupo Adecco, y que han contado su experiencia ante la cámara del cineasta Daniel Sánchez-Arévalo, director de películas como La Gran familia española. Pero podrían ser cualquiera de nuestros conocidos, familiares o nosotros mismos, porque reflejan una situación habitual: la de la insatisfacción por no haber alcanzado un objetivo.
¿Estamos satisfechos con nuestra vida laboral?
El estudio realizado por Adecco para esta campaña demuestra esta situación con datos: 3 de cada 4 españoles siente que no ha alcanzado todavía su propósito profesional, y un 25% cree que no lo conseguirá nunca. Lo laboral, siempre tan estrechamente vinculado a lo profesional, se convierte entonces en una fuente de frustración. La encuesta, realizada entre mil participantes, muestra que casi seis de cada diez personas creen que tampoco han logrado su propósito vital, y una de cada tres afirma que pasa poco tiempo de su vida haciendo aquello que más le gusta.
Cómo encontrar ese propósito, tanto laboral como personal, está en el centro de la campaña de Adecco, personificada en casos como los de Carolina. Ella acudió a un casting sin saber exactamente que se iba a encontrar allí. Lo que sucedió lo vivió “como una terapia”, afirma. “Te das cuenta de cosas que no te has parado a pensar hasta que llegas allí”. La explicación se encuentra en la persona que conversó con ella durante el rodaje, Silvia, una presentadora que le lanzó una serie de preguntas sobre su vida laboral antes de hacerle partícipe de un secreto: un sobre que contenía una foto en la que aparecía ella misma hace 10 años, cuando todavía no había realizado su gran propósito de cambiar de sexo.
"El primer paso para alcanzar tu propósito es el autodiagnóstico, averiguar cuáles son tus intereses reales"
“En ese momento se me removió todo”, confiesa Carolina. “Te das cuenta de la poca importancia que tiene tu caso, y que no es comparable a lo que ha hecho ella, el valor que ha tenido”. A raíz de esa experiencia, Carolina ha decidido retomar sus estudios de magisterio y, al menos intentar dedicarse a lo que siempre había querido. “Estoy haciendo cuentas, porque al final es una inversión cuando tienes familia, pero para mí ha sido como una terapia. Te das cuenta de cosas que no te has parado a pensar hasta que llegas allí”.
Realización personal más allá de lo profesional
Silvia, esa entrevistadora a la que los participantes en el spot le desvelaban sus frustraciones antes de descubrir el pasado que encierra, es la fundadora de una marca de lenceria especializada en público trans, modelo y muchas cosas más. Se adaptó a su papel de presentadora (“yo o me meto en el papel o no lo hago”, cuenta entre risas) y sus conversaciones provocaron momentos de emoción a flor de piel. “Cuando les daba el sobre con la foto me miraban y se quedaban sorprendidos”, recuerda. “Unos se echaban a llorar, otros me pedían un abrazo... fue muy emotivo”.
Su caso es el de alguien que tenía un propósito y luchó hasta conseguirlo. “Sólo hay una vida y hay que vivirla”, afirma. “Si realmente quieres hacer un cambio, lo haces. A mí me ha tocado este. Yo no disfrutaba siendo chico, pero te planteas muchas preguntas ¿Tendré aceptación social, la gente me mirará por la calle, a nivel laboral me va a perjudicar? Pero cuando haces un cambio así aprendes a vivir, a ser tú. He vivido 20 años de hombre y ahora llevo 10 de chica. He podido vivir los dos sexos en una sola vida”.
Ahora su ejemplo está ayudando a otros a afrontar unos cambios vitales mucho menos drásticos. “Cuando ves que a la gente hace de cambio de trabajo es una montaña, piensas que tampoco es tan difícil. No se acaba el mundo, hay vida más allá. Con un cambio como el mío aprendes a valorar las cosas, a ser más empática, y a no sufrir por tonterías”.
Perder el miedo al cambio
¿Cuáles son los motivos que nos llevan a relegar esa profesión soñada en beneficio de otras que no nos llenan? ¿Por qué no nos atrevemos a dar ese paso que nos haría más felices? “Hay causas externas, como la situación económica de hoy en día que sigue lastrando el mercado de trabajo. Pero los encuestados también apuntan a otras causas más personales, como la falta de formación, o bien haber escogido un itinerario formativo que no era algo que le motivaba pero por causas familiares lo escogieron”, explica Jesús Cubero, director de Marketing y Comunicación del Grupo Adecco. Pero sobre todos, uno prevalece: el miedo o la indecisión a abandonar la zona de confort. “Cuando tienes tu vida hecha y tu sueldo tomar ese tipo de decisiones es muy difícil”, añade Cubero.
Para combatir esos miedos, desde Adecco proponen seguir una serie de consejos que pueden ayudarnos a dar ese salto que tanto nos cuesta dar. “El primero es el autodiagnóstico, averiguar cuáles son tus intereses reales. Hay mucha gente que no tiene clara su vocación, porque a veces esa vocación es interna y otras veces hay que despertarla”, señala Cubero. El segundo es el conocimiento de la profesión, investigar. “Hay que aprovechar el acceso a la información que nos ofrece Internet para conocer más cosas de esa profesión en la que estás interesado”. Después llega el networking, fase en la que Cubero recomienda “contactar con otras personas que se dedican a ese sector y que te puedan explicar cuál es el día a día de esa profesión”. Por último, llega el momento de diseñar un plan para conseguir nuestro propósito. “Nosotros decimos que el propósito vital es aquello que tu quieres lograr durante toda tu vida, y el propósito laboral es un vértice de ese triángulo que forman el yo como persona, el yo social y el yo como trabajador”, concluye. Quizás entonces, como le sucedió a Carolina, llegue el momento de emprender ese camino por el que nos perdimos en algún momento de nuestra aventura profesional.
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