Cómo curar las pequeñas heridas de los niños en cuatro pasos
Los juegos y actividades cotidianas de los críos pueden acabar en tropiezos, caídas o golpes que ocasionan pequeñas lesiones y la gran mayoría se resolverán en casa
Los juegos y actividades cotidianas de los críos en ocasiones pueden acabar en tropiezos, caídas o golpes que ocasionan pequeñas lesiones como heridas o rasponazos y la gran mayoría se resolverán con los autocuidados en casa. A lo largo de nuestra vida, hemos ido aprendiendo como cuidar estas lesiones, por experiencia personal, por cómo la han hecho los que nos han cuidado…y ahí empiezan a surgir algunas dudas por la variedad de actuaciones.
- ¿Qué cuidados precisa una herida para que no se complique y cicatrice bien? Mantengamos la calma, tranquilizar, explicar qué vamos a hacer y lavar nuestras manos antes de empezar. De entrada, cualquier herida necesita una limpieza adecuada: para valorar bien su extensión y prevenir la infección. El mejor producto para ello es el agua por su disponibilidad, agua del grifo. Cuando el agua es potable tiene la misma eficacia que el suero fisiológico. Después secaremos con una leve presión con un paño limpio o una gasa. Hasta nuestros hijos nos recordaran que con algodón no, porque deja pelusas que se pegan y después duele retirarlas.
- Si la herida es poco profunda, no tiene ningún objeto incrustado y deja de sangrar con la presión completamos la cura con un antiséptico. Y aquí surgen de nuevo las dudas ¿qué producto sería el más indicado? En una pequeña encuesta en el grupo de Facebook “El médico de mi hijo” nos aportaron hasta 15 opciones diferentes fruto de sus experiencias. El mejor antiséptico es aquel que no produce daños sobre la piel y que nos permita valorar la evolución, por ello lo recomendado sería la clorhexidina o povidona yodada. Poner dos antiséptico a la vez no va a mejorar su acción, es más, en ocasiones se inactivan entre sí. Recordemos que el alcohol solo se emplea como antiséptico para la piel integra; el agua oxigenada puede usarse en algunos casos para la primera limpieza, si hay restos de tierra por ejemplo, pero tras su aclarado habría que usar otro antiséptico. ¿Y qué hay de la clásica mercromina?, todos recordamos nuestras heridas con una costra teñida de rojo… Pues ahora sabemos que es un producto de baja potencia, que se inactiva en presencia de sangre y puede producir dermatitis de contacto.
- ¿La dejamos al aire o tapada? Tener en cuenta que la piel es nuestra barrera frente a las infecciones, así que mientras cicatriza mejor dejar la herida cubierta con un apósito que la proteja. Cuando cambiemos el apósito nuevamente hay que limpiar la herida con agua para retirar posibles restos antes de aplicar el antiséptico y podremos valorar la evolución. Es normal observar una pequeña inflamación de la piel que la rodea por el proceso natural de cicatrización; si observamos que hay enrojecimiento, dolor, calor, supuración pueden ser signos de infección. No es recomendable utilizar antibióticos tópicos sin valoración profesional, con ello evitaremos una mal uso y el riesgo de resistencias.
- ¿Cuándo necesitan valoración profesional? Si la herida es grande, profunda, los bordes están separados, no cede el sangrado o presenta los mencionados signos de infección. En aquellas ocasiones que para su cierre requieran intervención se pueden utilizar diferentes medidas: tiras de aproximación, pegamento cutáneo, puntos o grapas. Vuestra enfermera os explicara los cuidados a seguir en el domicilio en estos casos, que coincidirán con las medidas que acabamos de repasar: lavado de manos antes de manipular, limpieza, aplicación de antiséptico y protección.
Con estos cuidados también vamos a mejorar la cicatrización, un proceso que continua tras el cierre de la piel, y que podemos continuar hidratando y protegiendo del sol la piel dañada.
Hagamos participes a nuestros hijos de los cuidados acorde con su edad, además de facilitar la cura les estaremos enseñando a cuidarse y que ellos mismos puedan hacer estas pequeñas curas cuando lo necesiten.
*Araceli Rivera Álvarez es enfermera de familia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.