_
_
_
_
_
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Sesión destituyente… ¡a las urnas!

El fracaso del diálogo, que es el fracaso de los Presupuestos y de la legislatura, hay que imputarlo no tanto al Congreso como al independentismo

El presidente del PP, Pablo Casado, interveniene en el debate de totalidad de los presupuestos este martes en el pleno del Congreso.Foto: atlas | Vídeo: ULY MARTÍN / ATLAS

Por un momento, parecía que Casado o Rivera, no ya citando a Churchill como de costumbre, sino parafraseando su célebre discurso tras el pacto de los Sudetes de 1938, iban a levantarse señalando a Pedro Sánchez para decirle gravemente:

–Os dieron a elegir entre elecciones y el deshonor. Elegisteis el deshonor y ahora tendréis elecciones…

Más información
Los independentistas rechazan el Presupuesto y precipitan el fin de la legislatura
El Gobierno se resigna a la derrota del Presupuesto y planea el adelanto electoral
Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Pero la retórica de los últimos meses ni siquiera deja margen a la ironía, o una paráfrasis más o menos inteligente. Todo es Goma-2 verbal. El tono en la Carrera de San Jerónimo ha sido, más que nunca desde la moción, de trincheras. La competencia nada virtuosa del PP y Ciudadanos, acentuada entonces por la amenaza de un sorpasso demoscópico de Rivera –Rajoy prefirió la moción perdida antes que ir a elecciones persuadido de que en las urnas se hundiría el PP– ha propiciado una dinámica de bloques en la que al final PP y Ciudadanos se han convertido en aliados en una ola conservadora. Desde el primer momento estigmatizaron el diálogo sin dar la menor oportunidad a explorar su viabilidad. Todo ha sido rendición, traición, humillación, fomentando un clima imposible. Y en la sesión de Presupuestos se ha repetido todo el catálogo semántico hasta acusar al Gobierno de “quitar la espada a la Justicia para clavársela por la espalda a la Constitución”. Vox tiene el Tribunal Supremo para completar allí la estrategia.

Claro que el fracaso del diálogo, que es el fracaso de los Presupuestos y de la legislatura, hay que imputarlo no tanto al Congreso, por volcánica que fuera la estrategia de la derecha, como al independentismo. Reclaman audacia, pero sin la menor audacia, salvo, claro está, desafiar el ordenamiento legal. Piden flexibilidad en el marco del diálogo desde un marco extraconstitucional inflexible. Las consignas bloquean cualquier argumento; y sobre todo antes de la celebración del juicio del procés. El calendario judicial al final ha marcado el calendario político, y detrás de eso no hay un gran fracaso de la justicia, como se empecinan en sostener, sino un gran fracaso de la política. Y suyo más que de nadie. El independentismo ha tumbado los Presupuestos en el escenario número 1, el Congreso, aunque eran discursos dirigidos al escenario número 2, el Tribunal Supremo. Su enmienda no es a los Presupuestos sino al marco constitucional.

Con todo esto, la legislatura estaba kaputt más allá del descubrimiento tardío de la ministra Montero, que dio algún que otro repaso a quienes la habían despreciado como Chiquiministra confundiendo el seseo con las neuronas como tanto mesetario bobo. Fin de partida. En la Mesa, el PSOE ni siquiera dio la batalla sobre la iniciativa de Compromís de votar por separado las enmiendas. Solo Podemos ha peleado, saliendo por unos instantes de su aire funeral ante un horizonte muy oscuro: la derrota de los Presupuestos, que sienten también como suyos, supone la pérdida de su gran oportunidad para ir a las urnas con encuestas que apuntan a un fracaso mayúsculo. Lo de Andalucía elevado a más potencia. Los socialistas parecían haber asumido la sesión destituyente pasando a otra pantalla, bajo la lógica preelectoral, con el mensaje de que la espiral nacionalpopulista del independentismo y la derecha han abortado las esperanzas. Sánchez, que no votaba, estaba allí poniéndole rostro al nuevo relato de la pinza.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Teodoro León Gross
Málaga, 1966. Columnista en El País desde 2017, también Joly, antes El Mundo y Vocento; comentarista en Cadena SER; director de Mesa de Análisis en Canal Sur. Profesor Titular de Comunicación (UMA), licenciado en Filología, doctor en Periodismo. Libros como El artículo de opinión o El periodismo débil... Investigador en el sistema de medios.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_