El manifiesto vital del diseñador de moda más inclasificable

“Hacer campaña: Verbo que delinea el acto de solicitar apoyo para una causa. Hizo campaña por sus creencias”. La definición de campaña que Virgil Abloh ha incluido en el glosario de su primera colección como director artístico de moda masculina de Louis Vuitton es toda una declaración de intenciones por parte de un diseñador que defiende que hacer moda es hacer política. Ahora, su primera campaña para la firma, correspondiente a la colección Primavera/Verano 2019, demuestra que lo suyo no son solo palabras, sino también acciones. O, mejor dicho, imágenes.

Abloh es un diseñador conceptual que entiende cada proyecto como parte de un todo. Por eso esta campaña viene dividida en varias entregas, cada una de ellas firmada por un artista distinto, y con conceptos que desarrollan uno de los temas centrales de su colección: el de la identidad.

La primera fase, firmada por Inez & Vinoodh, lleva el título de Infancia, niñez y adolescencia, y es precisamente eso lo que representa: las distintas etapas de la crianza, simbolizadas por fondos que remiten a El mago de Oz, y protagonizadas por tres niños que lucen la colección masculina de Louis Vuitton.

La segunda es una reflexión meta-artística que rinde homenaje a El Estudio del pintor, de Gustave Courbet (1855), una pintura monumental en la que el genio del realismo congregó una metáfora de su mundo, en el que participaban tanto sus clientes como sus modelos. En la campaña para Louis Vuitton, el fotógrafo Mohamed Bouroissa, documenta un fitting del desfile de la colección en el que Abloh trabaja rodeado por su equipo, modelos y amigos.

Dado que el director artístico de las colecciones masculinas de Louis Vuitton concede una importancia capital a la creación colectiva, esta imagen se aleja del mito del creador solitario y enlaza directamente con la tercera fase de la campaña. Se presentará el próximo 22 de marzo, lleva la firma de Raimond Wouda y muestra a un grupo de estudiantes de un instituto de la periferia de Los Ángeles vestidos con las camisetas de colores que llevaban los estudiantes asistentes al desfile parisino de la colección, y que representaban un arcoíris de diversidad y apertura. Una cita a su debut en la firma de lujo, y una apuesta por no perder de vista sus orígenes.