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Un estudio pionero ubica las áreas donde más cazan los grandes depredadores del Ártico

Científicos canadienses constatan los efectos del cambio climático en la búsqueda de alimento para varias especies y esperan que este trabajo dé pistas para declarar nuevas áreas protegidas

Un oso polar, tras cazar a una foca en el Estrecho de Hudson (Canadá).
Un oso polar, tras cazar a una foca en el Estrecho de Hudson (Canadá).GETTY

A principios de enero, un grupo de 39 investigadores canadienses presentó un estudio pionero: una cartografía de las áreas donde más cazan los grandes depredadores del Ártico. “Es la primera vez que podemos observar el comportamiento de diversos animales al mismo tiempo. Habitualmente, en el Ártico se llevan a cabo estudios por cada especie. Es el ecosistema donde el calentamiento avanza con mayor rapidez en el mundo”, señaló David Yurkowski, investigador de la Universidad de Manitoba y líder del estudio, al boletín de noticias de dicha institución el día de la presentación de este trabajo que contó con la participación de 21 centros académicos y gubernamentales de Canadá.

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El estudio, publicado en Diversity and Distributions, incluye datos compilados por telemetría entre 1989 y 2016; la mayoría en la zona ártica canadiense, pero también tomó en cuenta puntos ubicados en Groenlandia, Rusia y Estados Unidos. Los investigadores se enfocaron en 21 especies de grandes depredadores, debido a su gran movilidad y a su papel como centinelas para buscar lugares donde abunda el alimento. Entre ellas figuran orcas, belugas, osos polares, focas y tiburones de Groenlandia.

Las zonas árticas donde se constató una mayor actividad de caza entre estas especies fueron la Bahía de Hudson, el Golfo de Amundsen y el Estrecho de Hudson (pertenecientes a Canadá); el Estrecho de David (entre Canadá y Groenlandia); así como los Mares de Chukotka y Bering (que comparten Rusia y Estados Unidos). La convergencia, según el estudio, indica que esos sitios tienen un ecosistema altamente productivo en alimento para distintos depredadores. El trabajo de los investigadores permitió igualmente confirmar que el calentamiento global provoca que algunas especies tengan que desplazarse más al norte en busca de nutrientes, hecho que modifica la interacción entre animales y la cadena alimentaria.

Como señalan los expertos en el estudio, las amenazas al Ártico no provienen únicamente del calentamiento global; también se han acentuado por el incremento del transporte marítimo y la actividad pesquera, al igual que por los proyectos de extracción de combustibles fósiles. Los investigadores precisan: “Las presiones antropogénicas sobre la vida silvestre del Ártico nunca han sido más altas”. De este modo, los autores quieren que su trabajo proporcione información que sea tomada en cuenta al momento de tomar decisiones gubernamentales en gestión y conservación.

El trabajo de los expertos muestra también el inquietante nivel de desprotección. “La superposición actual de estas zonas de diversidad y las de conservación es baja en toda la región: solo el 5% (77.498 kilómetros cuadrados) y el 7% (83.202 kilómetros cuadrados) se superponen en verano-otoño e invierno-primavera respectivamente”, destaca el documento. Pese a que, en sus conclusiones, los investigadores reconocen que una protección total es imposible, manifiestan que esta cartografía sobre las zonas de alimento para los grandes depredadores proporciona a los Gobiernos una herramienta valiosa al momento de tomar medidas para velar por la conservación de una región gravemente amenazada.

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