_
_
_
_

La exmujer de Harvey Weinstein reflota su firma de ropa

Cindy Crawford ha sido la última en recuperar un diseño de Marchesa a quien Hollywood vetó tras el escándalo de productor

Georgina Chapman, cofundadora de Marchesa, durante un desfile en Dubai en mayo de 2017.
Georgina Chapman, cofundadora de Marchesa, durante un desfile en Dubai en mayo de 2017.Getty
Más información
Marchesa, después del caso Weinstein
El escándalo sexual de Weinstein pone en apuros a la firma de moda de su esposa
La exesposa de Weinstein cancela el desfile de su firma en Nueva York

Está pasando: los vestidos de Marchesa vuelven a las alfombras rojas. Ya van tres en poco más de un mes. El último, el que lució Cindy Crawford para asistir a la proclamación de su hija, Kaia Gerber, como modelo del año en la gala de los British Fashion Awards, celebrada la noche del pasado lunes en Londres. Con el inicio de la nueva temporada de premios a la vuelta de la esquina —los Globos de Oro se entregan el 6 de enero—, la redención definitiva de la marca, daño colateral del escándalo Harvey Weinstein, parece desfilar sobre ruedas.

Ajustado a la silueta en terciopelo negro, los hombros al aire y la pierna asomando desde el muslo por la pertinente abertura lateral, el modelo elegido por Crawford no pasará desde luego a los anales, pero su genuino valor —más allá de los 5.500 euros que cuesta— reside en lo que significa como gesto, convenientemente solidario. El espaldarazo que necesitaba la firma estadounidense para salir del ostracismo al que fue condenada en octubre de 2017 tras la caída del productor cinematográfico Harvey Weinstein, entonces esposo de Georgina Chapman, cofundadora y diseñadora de Marchesa.

Que nadie le haya pedido cuentas a la supermodelo por tamaña declaración pública de apoyo se percibe, además, como prueba de que los efectos del MeToo, el movimiento global de calado feminista espoleado a raíz de la oleada de acusaciones que concluyó con la detención del productor por acoso sexual, comienzan a desinflarse. Porque ya es la segunda vez que ocurre en apenas unas semanas: a finales de noviembre, la cantante Rita Ora se iba de rositas tras comparecer con uno de los románticos vestidos de la colección primavera/verano 2019 de la enseña, todo capas de tul floreado en tonos pastel, en la entrega de los Aria Awards, los premios de la música australiana.

Georgina Chapman, fundadora de Marchesa, con su exmarido Harvey Weinstein.
Georgina Chapman, fundadora de Marchesa, con su exmarido Harvey Weinstein.Cordon Press

“Atacar a una mujer que se ha hecho a sí misma por lo que haya podido hacer alguien que formó parte de su vida no me parece la actitud correcta”, defendía Priyanka Chopra a principios del mes pasado, después de que el blanco y emplumado vestido que vistió en su fiesta prenupcial diera la vuelta al mundo merced a la cuenta de Instagram de Marchesa.

Amiga de Georgina Chapman, la actriz de origen indio sí tuvo que salir al paso de las críticas por una elección que tampoco fue cuestionada en el caso de Vanessa Hudgens, la segunda estrella en lucir oficialmente un Marchesa ante las cámaras, en el estreno de la película Dog Days este agosto.

Aunque la modelo alemana Barbara Meier y la actriz Cait Fairbanks fueron avistadas a principios de año con sendos diseños de Chapman, es Scarlett Johansson la que tiene el dudoso honor de ser la primera celebridad en atreverse a dar la cara por Marchesa. Sucedió en mayo, durante la muy mediática gala del Instituto del Traje del Museo Metropolitano de Nueva York. “Para mí es un placer apoyar una marca creada por dos diseñadoras tan importantes y talentosas. Sus prendas otorgan confianza y belleza a las mujeres”, exponía entonces la vengadora, al tiempo que calificaba el velado boicot contra la marca de “desconsiderado”.

El mensaje de Johansson, nada desdeñable —teniendo en cuenta que es el primer activo económico femenino de Hollywood, según la lista de los actores mejor pagados que elabora anualmente la revista Forbes — coincidía, además, con las primeras declaraciones públicas de Chapman, tras separarse de su marido. “No quiero ser vista como una víctima. Solo soy una mujer en una situación de mierda que no es excepcional”, declaraba en el número de mayo de Vogue. Que mejor lavado de imagen que la bendición de la mismísima Anna Wintour.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_