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15 cosas que antes hacíamos los españoles en Navidad y hoy nos parecerían impensables

¿Hemos cambiado mucho los ciudadanos de este país? Incluso en las fechas más tradicionales se nota. Vamos a comparar

En Navidad siempre hemos comido como si envidiáramos la barriga de Papá Noel. En la la imagen, la familia Alcántara ('Cuéntame') se prepara para la cena de Nochebuena.
En Navidad siempre hemos comido como si envidiáramos la barriga de Papá Noel. En la la imagen, la familia Alcántara ('Cuéntame') se prepara para la cena de Nochebuena.

Si hay una tradición que los españoles respetamos esa es la Navidad. La cena con los compañeros de trabajo, llevar a Cortylandia al crío, la discusión con la familia en Nochebuena, el matasuegras en Nochevieja... Pero hasta en esta época (y menos mal) este país ha evolucionado. Lo vamos a demostrar aquí, relatando un puñado de cosas que hacíamos hace años y ahora nos parecen poco probables...

1. Antes solo celebrábamos Reyes, no Papá Noel

No, Papá Noel no es un invento de la Coca-Cola. Esta solo le cambió el color del traje. En realidad, el orondo repartidor de regalos es un personaje anclado en la más ancestral cultura europea, de origen profano, del que el cristianismo se apropió identificándolo con San Nicolás, icono religioso medieval. Aun así, en España siempre fuimos más de los Reyes Magos. Según la socióloga Myriam Fernández Nevado, del Colegio Nacional de Politólogos y Sociólogos (COLPOLSOC), la incorporación de Papá Noel se debe, por un lado, a que “el ADN del español es festivo” y, por tanto, la idea de añadir una celebración más siempre nos parece genial. Por otro, responde a un carácter práctico. “Facilita a los niños, y las familias lo han visto así, un mayor tiempo para jugar con los regalos. Además, no siempre los familiares pueden juntarse en Reyes, por lo que la Nochebuena, el día central de la Navidad, es un buen momento para compartir obsequios”, añade.

Ahí está una imagen del pasado: ese verdugo que tapa la cabeza del niño, ese abrigo de paño, la carta a los Reyes, Melchor con la peluca mal puesta...
Ahí está una imagen del pasado: ese verdugo que tapa la cabeza del niño, ese abrigo de paño, la carta a los Reyes, Melchor con la peluca mal puesta...

2. Antes se felicitaba enviando por correo un 'christmas' y ahora se envía un meme navideño por WhatsApp

La Nochevieja de 2016 se enviaron 63.000 millones de mensajes vía WhatsApp, el servicio de mensajería instantánea líder en el mundo. Fue el día que más mensajes se enviaron a través de esta aplicación desde que nació en 2009. Sin embargo, hace veinte años era impensable no felicitar el año nuevo a amigos y familiares mediante una llamada telefónica. Costumbre que provocaba que las líneas telefónicas se colapsaran tras la duodécima campanada. Previa felicitación telefónica, la Navidad no daba el pistoletazo de salida hasta que uno recibía en casa su primer christmas. Para que los millennials lo entiendan: una postal con motivos navideños donde se escribían a mano felicitaciones personalizadas y se enviaban por correo postal. Pasar las primeras tardes de diciembre escribiendo christmas mientras sonaban villancicos en el reproductor de música era una de las actividades más navideñas que podían practicarse.

3. Antes toda la casa veía junta ‘La gran familia’

A veces más que por banderas o costumbres, los ciudadanos de un país se sienten unidos por hechos culturales. Cualquier español adulto que escuche las palabras “Chencho” y “plaza Mayor” evocará inmediatamente la dramática escena de La gran familia (Fernando Palacios, 1962) en la que a José Isbert, que acude con algunos de sus nietos a comprar parafernalia navideña al mercadillo madrileño, se le pierde el más pequeño, Chencho. No solo es una de las secuencias más recordadas del cine español, sino uno de nuestros emblemas de la Navidad. Un escalofrío recorría a la familia reunida frente al televisor, empatizando con el abuelo y sufriendo por un niño que podía ser el suyo. Hoy, preferimos pegar los ojos a las series de moda en Netflix, no vaya a ser que nuestros colegas las vean y nosotros no. En el último trimestre, el número de abonados a la televisión de pago creció un 10,4%, con 137.000 altas netas, superando los 6,7 millones, según CNMCData.

Alberto Closas, Pepe Isbert... y Chencho, el niño de la casa. Antes, la televisión ponía en Navidad 'La gran familia', que se estrenó un 20 de diciembre de 1962. Ahora se ha cambiado por alguna serie estadounidense de Netflix.
Alberto Closas, Pepe Isbert... y Chencho, el niño de la casa. Antes, la televisión ponía en Navidad 'La gran familia', que se estrenó un 20 de diciembre de 1962. Ahora se ha cambiado por alguna serie estadounidense de Netflix.

4. Antes lo primero al llegar a la fiesta de Nochevieja era comentar el especial de Martes y 13; ahora solo se habla del vestido de Cristina Pedroche

Hubo un tiempo en que muchos esperábamos el Fin de Año por las campanadas, el cotillón y el especial de Josema Yuste y Millán Salcedo. Desde su primera intervención navideña, en 1988, hasta la última, en 1997 —entre medias solo faltaron en 1993—, generaron auténticos fans en públicos de todas las edades. Algunos de sus sketches aún se recuerdan con una sonrisa: "Encarna y la empanadilla de Móstoles", “Pocholo y Borja Mari”, “Paca Carmona”, “Café tacita”, “Digamelón”… Y cuando nos reuníamos con los colegas en el sarao posterior, nos faltaba tiempo para recordar las gracietas, imitando lo mejor que podíamos los acentos y los gestos de estos dos humoristas. Aunque el humor sigue teniendo su espacio en la televisión navideña, la gran mayoría de las conversaciones se centran hoy en el ya célebre vestido de la presentadora Cristina Pedroche. 

En la imagen, el popular 'sketch' de Martes y Trece en el que imitaron a Isabel Pantoja y Encarna Sánchez (propiciando el enfado de ambas) en 'El 92 cava con todo', especial de Fin de Año emitido por RTVE en la Nochevieja de 1991.
En la imagen, el popular 'sketch' de Martes y Trece en el que imitaron a Isabel Pantoja y Encarna Sánchez (propiciando el enfado de ambas) en 'El 92 cava con todo', especial de Fin de Año emitido por RTVE en la Nochevieja de 1991.

5. Antes los Reyes traían la muñeca Nancy a las niñas y el Geyperman a los niños

"Me ha costado mucho que mi padre entienda que este año su nieto no quiere ni un coche ni un barco como regalo de Reyes. Mi hijo de tres años ha pedido una cocinita con todos sus complementos: sartenes, cazos, cubiertos... Dice que quiere aprender a cocinar. Sin embargo, cuando el niño se lo contó a su abuelo este no daba crédito. Mi padre tiene 77 años y él no concibe que un niño quiera jugar con una cocinita o una muñeca", afirma Roberto (periodista, 40 años). Los anuncios de muñecos como Nancy o Geyperman han contribuido durante años a este adoctrinamiento. En la televisión aparecían a finales de los años setenta niñas jugando con Nancy, a la que vestían y dormían, mientras los niños jugaban con su Geyperman, que se batía en duelo con otros Geyperman, montaba en moto e iba de misión secreta. Estas actitudes van cambiado poco a poco: famosos como la cantante Adele, que ha disfrazado a su hijo de princesa en más de una ocasión, han ayudado a acabar con unos estereotipos que ya huelen a naftalina.

Anuncio de las muñecas de Famosa emitido a mediados de los años 70.

6. Antes después de cenar bebíamos Calisay, Espléndido Garvey y Lumumba

“Hoy en día eso no lo pide nadie. A la gente no le puedes hablar de esas bebidas porque no sabe lo que son”, dice Toni Cortés, barman valenciano campeón del mundo 2018 en la categoría de decoración y mánager del bar El Candil, en Benicarló (Castellón). “Venimos de un concepto clásico de lo que era tomar un licor o un combinado, pero a raíz del boom del gintonic nos hemos abierto a nuevas experiencias líquidas. La gente conoce que hay diferentes tipos de ginebras, rones y vodkas. Igual que hemos puesto en valor la gastronomía, en la coctelería está empezando a suceder lo mismo".

Un anuncio del licor Calisay, que se bebía sin recato en Navidad. A los 'millennials' les sonará a chino.
Un anuncio del licor Calisay, que se bebía sin recato en Navidad. A los 'millennials' les sonará a chino.

7. Antes las empresas daban cestas de Navidad

Estaríamos faltando a la verdad si dijéramos que han desaparecido, pero no cabe duda de que, desde la recesión de 2008, el opíparo mundo de las cestas y los lotes de Navidad ha cambiado. Muchas empresas que las retiraron no las han recuperado y otras las entregan más modestas. “Era una costumbre muy arraigada”, dice Ana Coll, responsable de marketing de Grupo Disber, empresa líder en el sector. “En nuestro auge, antes de la crisis, vendíamos 1.600.000 lotes. Cuando llegó la crisis, dejó casi de hacerse”. Poco a poco parece recuperarse: “Actualmente estamos en torno a las 800.000 cestas, aunque la facturación apenas ha caído debido a que algunas contienen productos de mayor calidad. El presupuesto que destinamos a las cestas ha aumentado un 10% en los últimos cinco años”, añade.

La crisis de 2008 acabó con las cestas de Navidad regaladas por la empresa. Ahora vuelve poco a poco esta sabrosa tradición.
La crisis de 2008 acabó con las cestas de Navidad regaladas por la empresa. Ahora vuelve poco a poco esta sabrosa tradición.

8. Antes el pecho de Sabrina provocaba un debate nacional

El 31 de diciembre de 1987, a la cantante italiana Sabrina, mientras interpretaba una canción en la gala de Fin de Año de Televisión Española, se le salió un pecho. En las horas (incluso días) siguientes, en España no se habló de otra cosa, desde diferentes ópticas: hubo quien celebró el momento, quien afeó que hubiese sucedido con niños frente al televisor, quien criticó la cosificación de la artista… Es posible que hoy esas imágenes hubieran pasado sin pena ni gloria. La moda del sexo explícito en series de televisión como Juego de tronos y la exhibición de partes íntimas hasta en pelis familiares (como Capitán fantastic), por más que no complazcan a todos, dejan el incidente de Sabrina a la altura del betún.

Ocurrió el 31 de diciembre de 1987. No se habló de otra cosa ese día y las semanas posteriores. La protagonista: la cantante italiana Sabrina.
Ocurrió el 31 de diciembre de 1987. No se habló de otra cosa ese día y las semanas posteriores. La protagonista: la cantante italiana Sabrina.

9. Antes pedíamos para Reyes libros, discos y pelis en DVD

Hoy les pedimos dispositivos para escuchar, leer y ver. El consumo de música digital ya es el doble que el de DVD, discos y otros soportes similares en España. En cuanto al cine y el vídeo, las ventas de copias en este tipo de soportes continúan cayendo (un 9.3% en 2016), según el Observatorio Nacional de las Comunicaciones. El panorama es distinto en cuanto al libro digital: según el Ministerio de Cultura y Deporte, este formato representa solo el 5% de la facturación total del sector, porcentaje que podría ser muy superior “si se incluyera la facturación por libros autopublicados”. Aun así, parece que las paredes de las casas del futuro estarán libres de estanterías, lo cual es genial porque así podremos cubrirlas de… de… ¿de qué?

10. Antes las estrellas del pop grababan villancicos que pasaban a la historia

Muchos la tienen tomada con Mariah Carey, pero ahí va un dato: All I Want for Christmas is You, su villancico de 1994, llegó por primera vez al top 10 de ventas en Estados Unidos… ¡en 2017! ¿Es que en los últimos tiempos la nieve, los abetos, los regalos y la chimenea ya no inspiran a los que escriben canciones? Esa es una canción navideña como dios manda, hecha para perdurar, lo mismo que Last Christmas, de Wham!, de 1984. Y no será porque no se lancen. Este 2018, de Jessie J a Katy Perry, pasando por John Legend, han grabado villancicos; incluso Eric Clapton ha publicado un disco entero dedicado a la Navidad. Veremos cuántos de estos seguimos cantando en 2030.

De cuando las estrellas del pop cantaban villancicos y triunfaban, como Mariah Carey.
De cuando las estrellas del pop cantaban villancicos y triunfaban, como Mariah Carey.

11. Antes, si salíamos de viaje, era al pueblo

Hace años, esperábamos con ansia estas fechas para retornar a nuestros orígenes y reencontrarnos con padres y abuelos. Hoy lo que prima es la escapada de placer a Londres, París o Nueva York. “Desde finales de los noventa, en los años de bonanza económica, el español medio se lanzó más a viajar, tanto en los puentes como en Navidad. Se sigue respetando la Nochebuena como celebración familiar, pero tendemos a aprovechar los días entre Fin de Año y Reyes para hacer una escapada de cuatro o cinco días, que empezó siendo a Lanzarote y ahora alcanza destinos internacionales. A veces, las familias, cuando los niños ya tienen 11 o 12 años y los juguetes no son tan importantes, se lo toman como un autorregalo de Reyes”, aclara Myriam Fernández Nevado.

Antes en Navidad se viajaba al pueblo, a ver a la familia. Ahora también, sobre todo en Nochebuena. Pero en Nochevieja y Fin de Año los que han ahorrado se marchan a Londres, a Nueva York... A lo loco.
Antes en Navidad se viajaba al pueblo, a ver a la familia. Ahora también, sobre todo en Nochebuena. Pero en Nochevieja y Fin de Año los que han ahorrado se marchan a Londres, a Nueva York... A lo loco.Getty

12. Antes comíamos sin remordimientos, sin pensar en la salud

En Navidad siempre hemos comido como si envidiáramos la barriga de Papá Noel. Pero mientras en el pasado una buena cena era, ante todo, una en la que las viandas nos salieran por las orejas, hoy prima más la calidad que la cantidad y manejamos otras opciones. Nos preocupa el bienestar y tenemos una cultura gastronómica más amplia, que no se limita a lo tradicional. “Las comidas son diferentes porque innovamos un poco más, tenemos más en cuenta la salud, abrimos más el abanico, somos más tolerantes frente a un esquema rígido de lo que había que hacer en navidades”, dice Juana María González, directora técnica de Alimmenta, clínica de dietistas en Barcelona. Pero añade: "Aunque sigue siendo una época de indulgencia, con muchas ocasiones de comer fuera y excesos”.

13. Antes no sabíamos lo que era un "amigo invisible"

Hace 20 años, eso del “amigo invisible” a muchos les sonaba a chino. Hoy es un recurso habitual en muchas familias y grupos de amigos. “Es una idea absolutamente práctica, que equilibra las economías familiares. En un momento como el actual, en que no solo se regalan juguetes sino también costosos dispositivos electrónicos, los gastos se disparan”, dice la socióloga Myriam Fernández Nevado. De este modo se evita la obligación de que todos regalen a todos, y al mismo tiempo se “asegura que nadie se quede sin regalo”.

14. Antes no podíamos comprar regalos en rebajas

En el pasado, era imposible encontrar chollos antes del 7 de enero. Hoy incluso en noviembre —en el Black Friday— desenfundamos la tarjeta de crédito pensando en los regalos de Navidad y, de hecho, durante el mes de diciembre no pocas tiendas anuncian precios especiales. “Antes las rebajas eran solamente dos: en febrero y en agosto. Desde que se liberó el periodo de rebajas en 2012, el concepto ha cambiado totalmente. Se busca que el consumidor tenga un gasto continuo durante todo el año”, dice la socióloga, que añade que, aunque seguramente con una buena planificación podamos gastar menos en estas fechas, es posible que en el cómputo global de la temporada el desembolso sea mayor, sobre todo en ropa.

15. Antes en las cenas de empresa se bebía sin medida

Ahora nos cortamos más: somos conscientes de que incluso con un consumo mínimo de alcohol estamos poniendo en riesgo nuestra vida y las de otros. Puede que ese cambio de mentalidad empezara en 1998, cuando el límite de la tasa de alcoholemia se redujo de 0,8 gramos por litro en sangre a 0,5 gramos. Nos aplicamos aún más con la implantación del carné por puntos, en julio de 2006. Por último, la casi total certeza de que al regreso de la cena van a estar esperándonos unas luces azules nos ha hecho claudicar. Para las navidades de 2017, la DGT invirtió 6,7 millones de euros en comprar 156 nuevas furgonetas de control de alcohol y drogas, y 7,7 millones en la compra de 746 etilómetros, 500 lectores de drogas y 23.400 kits multidroga. Según la memoria anual del Instituto Nacional de Toxicología, el 43% de los 589 conductores fallecidos en 2016 tenían presencia en sangre de alcohol, drogas o psicofármacos.

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