Gwyneth Paltrow alcanza como empresaria la portada del ‘Wall Street Journal’
La actriz confiesa que se adentró en el mundo de los negocios porque era un camino nuevo e imprevisible para ella
Gwyneth Paltrow pasó rápidamente de ser una de las actrices más cotizadas de Hollywood —con Oscar incluido por su papel en Shakespeare enamorado— a posicionarse como una de las empresarias más influyentes —y polémicas— del mundo del bienestar. Por esta razón, la californiana de 46 años protagoniza la última edición de la revista del Wall Street Journal, donde cuenta los inicios de su empresa Goop, su vida saludable y cómo intenta equilibrar todo ello con su vida familiar. "Sentía que ya había cumplido los objetivos que se esperaban de mí", cuenta Paltrow sobre su rápido ascenso en la meca del cine. "Soy muy competitiva conmigo misma y pensé: '¿Ahora que hago? ¿Cómo continuo superándome a mí misma?", asegura.
La intérprete, que tuvo su momento de auge a finales de los años 90 y principios de los 2000, creció en un momento en el que las marcas empezaban a ver los beneficios de colaborar con las grandes celebridades del entretenimiento, pero en el que aún no emergía la idea de que hubiera estrellas mujeres que crearan sus propias empresas, un patrón que la intérprete no dudó en romper. "Para ser honesta, aún no estoy segura de por qué me metí en esto. Creo que siempre he tenido un espíritu empresarial", admite la californiana. "En mi vida como actriz había un claro camino por recorrer; en cambio, esto era algo misterioso. Sentía que estaba siguiendo un hilo en una habitación oscura, pero estaba determinada a seguir andando", cuenta.
Desde el principio la actriz enfocó su atención en el bienestar, un negocio que mueve más de 3,7 billones de euros al año, según esta revista económica. Fue así que lo que nació como una simple newsletter donde compartía recomendaciones se ha transformado diez años después en un enorme negocio que incluye líneas de moda, cosmética, fragancias, suplementos alimenticios o decoración, edición de libros, una revista trimestral, podcasts, seminarios de bienestar y hasta tiendas físicas que abren y cierran de forma esporádica en distintas ciudades.
La inspiración para transitar este camino surgió después de que su padre, Bruce Paltrow, fuera diagnosticado con un cáncer de garganta en 1998. "Solo recuerdo que la operación fue brutal y pensé: '¿Qué más podemos hacer?", cuenta la californiana, quien despertó en sí misma una renovada valoración por la vida y la salud. "Ese fue el momento en el que la gente empezó a pensar que estaba pirada", recuerda la intérprete. "Todos eran como: '¿A qué te refieres con que hay comidas que pueden afectar tu salud? ¡Estás loca! ¿Qué es el yoga? Eres una bruja, una friki", afirma.
A pesar de las continuas críticas que recibe por sus productos y dudosas prácticas, e incluso las demandas que presentan en su contra por "publicidad engañosa", Paltrow no se arrepiente de haber tomado este camino. "Estoy feliz de sufrir esos golpes, porque si miras la cultura que teníamos antes y la que tenemos hoy, la gente ha aumentado considerablemente su curiosidad sobre todo esto. Es fantástico ver a personas sentirse empoderadas por soluciones naturales o métodos ancestrales paralelos a la ciencia y a la medicina", declara.
Un cambio cultural, que según la propia actriz, ella misma ha ayudado a crear. "Perdona si esto suena mal, pero el otro día fui a una clase de yoga en Los Ángeles [California, EE UU] y una chica de 22 años detrás del mostrador me preguntó si había hecho yoga antes. Literalmente me volví hacia mi amiga y pensé: 'Tú tienes un trabajo ahora porque yo hice yoga antes", afirma.
Respecto a su vida personal, la actriz asegura estar pasando por un gran momento. Tras su conscious uncoupling o "desconexión consciente" con el vocalista de Coldplay, Chris Martin, ambos han seguido manteniendo una relación muy cercana por el bien de su familia. Cuando el cantante no está de gira suele pasar a buscar a sus hijos del autobús de la escuela todos los días y suelen compartir la cena en familia. Además, en las ocasiones en las que la actriz es quien tiene que salir de la ciudad, el británico se queda en la casa de Paltrow —donde tiene su propio cuarto— para cuidar de Apple, de 14 años, y de Moses, de 12.
En cuanto a su reciente unión con el guionista y productor Brad Falchuk, Paltrow no podría mostrarse más contenta. "Es fantástico. Siento que ahora, a la mitad de nuestras vidas, estamos mejor equipados para elegir un compañero. Generalmente elegimos a nuestros esposos mucho más temprano por las prisas para procrear, pero ahora me siento afortunada de haber conocido a una persona tan increíble, un verdadero compañero", destaca.
Pero a pesar de la felicidad que irradia, la pareja aún no ha unido sus hogares. "Estamos haciendo las cosas a nuestra manera. Con adolescentes de por medio, hay que tener mucho cuidado", dice la artista refiriéndose tanto a sus dos hijos como a los dos niños de Falchuk. "Nunca había sido una madrastra antes. Aún no sé como serlo", admite.
Aunque su puesto como CEO de la empresa —que según un informe del Global Wellness Institute está valuada en 220 millones de euros—, Paltrow aún consigue tiempo para mantener su carrera como actriz a flote. Paralelamente a su participación en la nueva serie de NetflixThe Politician, la californiana va a retomar su papel como Pepper Potts en la franquicia de Los Vengadores.
Y ya sea en la actuación o en el mundo de los negocios, Paltrow está determinada a no despegar el pie del acelerador: "Estaré aquí solo una vez. Quiero una vida increíble", reflexiona. "Antes estaba en mi caravana, fumando cigarrillos y esperando a que Ethan Hawke abriera mi puerta. Mírame ahora".
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