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Columna
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La flor de Sánchez

El presidente del Gobierno encaraba un otoño muy caliente y ahora parece venir un invierno más apacible

Teodoro León Gross
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la Moncloa, el pasado 28 de noviembre.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la Moncloa, el pasado 28 de noviembre. Getty Images

El azar, aunque Trump predique maquiavélicamente contra su influencia, es un factor determinante en política. Y hay que saber estar a los caprichos de la rueda de la Fortuna como aconsejaban nuestros viejos estoicos, como Cicerón, que era muy ciceroniano, o Séneca, que no eran tan senequista. Ahora parece girar otra vez a favor de Sánchez. Cuando ya se había arrojado la toalla de los presupuestos, e incluso Iglesias había hecho sonar el tam-tam de la tribu para poner a los suyos en pie de guerra electoral, el tablero se ha agitado por un vuelco: el estallido social en Cataluña. Las protestas son una invitación a negociar los presupuestos; o al menos, lo cual tal vez sea aún mejor, a escenificar que se negocian. El bochornoso comentario de Eduard Pujol calificando las listas de espera o los recortes como distracciones ha retratado a ese establishment indepe dispuesto a no ahorrar en embajadas o propaganda, y por supuesto altos cargos, para cargar el sufrimiento en la gente. “Migajas”, desprecia Pujol como el bíblico Epulón. Esto no va a pasar de Espanya ens roba a El procés ens roba, pero altera los equilibrios.

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No es el único fenómeno que ha agitado el tablero. También la irrupción de Vox, y además en el campo de batalla de la campaña andaluza, el más propicio para los socialistas. Vox se ha convertido en una amenaza virtual, con expectativas de pocos escaños, incluso ninguno. No es equiparable a la irrupción efervescente de Podemos con un millón largo de votos en las europeas de 2014 hasta liderar el CIS en lo más crudo de aquel crudo invierno. Eso sí, Vox va a sumar votos, y por tanto a restar a otros. Y por eso el Partido Socialista, tal como hizo Rajoy con Podemos en 2015, da protagonismo a Vox para debilitar al PP parafraseando el grito guerrista de ¡que viene la derecha! Por supuesto Vox derechiza a la derecha, y sobre todo polariza, lo cual acentúa la percepción de Podemos en la extrema izquierda. Más allá de los debates taxonómicos, ¿extrema derecha? ¿derecha extrema? ¿ultraderecha?... es seguro que está en el extremo de la derecha, como Podemos en el extremo de la izquierda, y los extremos actúan de moderadores para los partidos de la zona central. Eso conviene a Sánchez, con el estigma de la moción radical, mientras él blanquea su imagen con  la púrpura de mandatario internacional, de Marruecos a Cuba o Bruselas, de Xi Jinping al G-20…

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Los movimientos en el tablero reabren los análisis estratégicos. Sánchez encaraba un otoño muy caliente y ahora parece venir un invierno más apacible. No hay que descartar nada, porque el momento es tentador; pero mientras se especula con marzo o con mayo, entre que marzo mayea o mayo marcea, el viento de cola da para ir a otoño y con datos de las europeas y municipales. Sánchez, capaz de sobrevivir incluso a los suyos, parece otro buen depositario de ese mandamiento tan español sintetizado por Cela: “El que resiste, gana”. Y como se decía de Zidane o antes de Cruyff, ganadores no siempre justos, tiene flor.

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Sobre la firma

Teodoro León Gross
Málaga, 1966. Columnista en El País desde 2017, también Joly, antes El Mundo y Vocento; comentarista en Cadena SER; director de Mesa de Análisis en Canal Sur. Profesor Titular de Comunicación (UMA), licenciado en Filología, doctor en Periodismo. Libros como El artículo de opinión o El periodismo débil... Investigador en el sistema de medios.

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