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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Milei: catástrofe o criptoestafa

El presidente argentino presta su nombre a una operación en la que miles de personas pueden haber perdido millones de dólares

El presidente de Argentina, Javier Milei.
El presidente de Argentina, Javier Milei. Associated Press/LaPresse Markus Schreiber (APN)
Marta Peirano

A las cinco de la tarde y un minuto del viernes, el presidente de Argentina, Javier Milei, fijó un post en X promocionando una “criptomoneda patriótica” llamada $LIBRA. Dijo que era “un proyecto privado [que] se dedicará a incentivar el crecimiento de la economía argentina, fondeando pequeñas empresas y emprendimientos argentinos”. Bajo el texto había un enlace al dominio “vivalalibertadproject”. La referencia debería resultar familiar a cualquiera que haya seguido la trayectoria del mandatario argentino. “¡Viva la libertad, carajo!”, a veces abreviado como “VLLC”, fue el eslogan de su campaña presidencial.

Milei aseguró a Bloomberg Argentina que “el proyecto es real” e implica “puro financiamiento privado”. Otros políticos, como el presidente de la Cámara de Diputados, Martin Menem, amplificaron la información. En pocos minutos, el valor total del proyecto alcanzó los 4.500 millones de dólares. Tres horas después del post original, se desplomó. Entonces Milei borró el tuit original y publicó otro que decía: “No estaba interiorizado de los pormenores del proyecto y luego de haberme interiorizado decidí no seguir dándole difusión (por eso he borrado el tuit)”.

Argentina tiene un fuerte nivel de adopción de criptomonedas. Muchos argentinos ahorran en cripto y pagan con tarjetas como Lemon Cash, que convierte la criptodivisa a pesos automáticamente. Primero, porque la inflación ha sido tan alta durante tanto tiempo y el peso está tan devaluado que muchos han encontrado en ella una buena solución financiera alternativa. Segundo, porque el Ejecutivo argentino impone restricciones al acceso al dólar, y las criptomonedas permiten esquivar esas restricciones sin demasiados intermediarios. Tercero, porque el Gobierno ha incentivado esa economía, especialmente entre los jóvenes. La Comisión Nacional de Valores (CNV) autorizó recientemente a los menores de 13 años a comprar y vender acciones, bonos y otros títulos financieros. Por todos esos motivos, Argentina disfruta de un gran ecosistema de desarrolladores, inversores, consumidores, servicios y expertos en criptodivisas. Gracias a eso, en poco tiempo saltaron las alarmas.

Algo huele a podrido

Primero, tanto el dominio como la web parecían haber sido creados pocas horas antes del post de Milei. Segundo, era imposible verificar la procedencia del dominio. La información administrativa había sido ofuscada o estaba sujeta a alguna restricción impuesta por el registrador. Faltaba información básica, como el número total de unidades en circulación, los mecanismos de emisión y quema y las reglas de distribución. Esta información es importante para los inversores y se conoce en el mundillo como tokenomics.

Según pasaban las horas, la operación pintaba cada vez peor. Las compras más grandes se habían hecho en el momento exacto que Milei publicó su tuit, sugiriendo una coordinación con inversores con información privilegiada. Y el 82% del suministro total de la criptomoneda estaba en manos de cuatro direcciones de billeteras, sugiriendo una distribución altamente centralizada y deliberadamente opaca. Es la clase de estructura que favorece un rug pull (inflar y vender). Así se llama a típica estafa en la que en la que los desarrolladores o promotores abandonan un proyecto y se llevan los fondos de los inversores, dejando la moneda sin valor. Exactamente lo que pasó el viernes, antes de que Milei borrara el post original y decidiera “no seguir dándole difusión”. ¿Ha sido el presidente argentino el perpetrador o el incauto de esta operación súbita?

El caso de República Centroafricana

Curiosamente, no es la primera memecoin presidencial que explota esta semana. Algo similar sucedió hace cuatro días en uno los países más pobres y políticamente inestables de África. Cuando Faustin-Archange Touadéra, presidente de la República Centroafricana, anunció el pasado lunes la criptomoneda ‘$CAR’ en X, la describió como “un experimento diseñado para mostrar cómo algo tan simple como un meme puede unir a las personas, apoyar el desarrollo nacional y poner a la RCA en el escenario mundial de una manera única”. Albert Yaloké Mokpeme, portavoz del Gobierno, confirmó al Financial Times su autenticidad.

Según datos de CoinMarketCap, el token experimentó un breve pico de 350 millones de dólares, antes de desplomarse pocas horas más tarde y perder un 95% de su valor. La República Centroafricana es el segundo país, después de El Salvador, en adoptar el bitcoin como moneda de curso legal, pero carece del potente ecosistema de expertos argentino, capaz de analizar los movimientos de una criptodivisa en tiempo real. Ambas criptomonedas funcionan sobre Solana, una plataforma que facilita la creación instantánea de criptodivisas sin tener que invertir en infraestructura propia, tecnología o sistema de administración.

Pocos días antes de su toma de posesión en enero de 2025, Donald Trump lanzó $TRUMP. La web decía que el 35% de los fondos estarían destinados al “desarrollo del país”. Los expertos advirtieron que la Organización Trump posee el 80% de la moneda. Si todos los socios vendieran de golpe sus acciones, esto llenaría los bolsillos del presidente y arruinaría a todos los demás. La criptodivisa salió al mercado por menos de 10 dólares y ascendió a un máximo de 74,59 dólares, con una capitalización de mercado cercana a los 15.000 millones. Hoy su valor es de 18,85 dólares y bajando.

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