Esta denominación agrupa algunas infecciones de transmisión sexual tan conocidas como la gonorrea, la clamidia, la sífilis o la cancroide, algunas de ellas asintomáticas en los hombres por lo que pueden contagiarlas sin saberlo.
Lo que tienen en común estos casos es que cursan con "alteraciones en el flujo genital y dolor pélvico", dice Herrero, y el principal problema es que la infección derive en una enfermedad inflamatoria pélvica, que "puede desencadenar en esterilidad a largo y medio plazo, e incluso aumentar las tasas de embarazo extrauterino", continúa.
Para tratarlas es necesario tomar antibióticos y la única forma de prevención es a través del uso de preservativo porque, indica Herrero, "no existe vacuna". La duración del tratamiento puede rondar los siete días, siempre y cuando se ataje a tiempo. Las expertas aseguran que la tasa de complicaciones es muy baja.