
Seis rumores sobre el semen revisados por expertos en fertilidad
La calidad del semen está empeorando, lo confirma la OMS. Pero no todo lo que se dice sobre la fertilidad es cierto

Que la calidad del semen está empeorando es una realidad, lo dice la Organización Mundial de la Salud (OMS). De los 100 millones de espermatozoides por mililitro de media documentados por los investigadores Macomber y Sanders en 1929 se ha pasado a los 15 millones de media que ha registrado la OMS en 2009 y que es el límite para considerar la posibilidad de fecundar.
A pesar de que los principales causantes de este descenso son la contaminación, el estrés y la mala alimentación, muchos lo achacan al uso ropa muy ajustada, entre otras cosas. Algunos son mitos y otros son verdades. Repasamos con ayuda de expertos las creencias que corren en torno al esperma y a la fertilidad masculina.

¿Calzoncillos abiertos (los de pernera ancha), boxers o slips? Optar por unos o por otros suele ser una cuestión de comodidad: hay quien prefiere ir más holgado y quien prefiere estar más recogido. Aunque también están los que prefieren los abiertos porque han escuchado que cuanto más ajustada sea la ropa interior, peor para la fertilidad. Un reciente estudio de la Universidad de Oxford les ha dado la razón: los hombres que optan por calzoncillos anchos tienen un 17% más de espermatozoides que los que usan 'slips'.
"Si los calzoncillos son muy ajustados, los testículos están enganchados al cuerpo y su temperatura aumenta", afirma Ferran García, presidente de la Asociación Española de Andrología, Medicina Sexual y Reproductiva (Asesa). El calor es, de hecho, "un factor clave y una de las primeras causas de infertilidad", indica Natalio Cruz, director médico de la clínica Andromedi de Urología. Los testículos están anatómicamente separados del resto del cuerpo con el objetivo de mantener una temperatura unos dos grados menor que en el resto, explica. Lo contrario impide una creación correcta de espermatozoides.

Se suelen expulsar entre 1,5 y cinco mililitros de semen por cada eyaculación. La cantidad varía dependiendo de factores como la comida, la excitación o el momento del día. A pesar de estas diferencias, su volumen poco tiene que ver con la fertilidad.
"En torno a un 60% del líquido se produce en las vesículas seminales, un 30% en la próstata y el 10% restante, que es el que contiene los espermatozoides, en los testículos", concreta García. Por lo tanto, aunque el líquido sea abundante, "puede no contener espermatozoides, como pasa a los hombres vasectomizados", continúa. Eso sí, "cuantos más espermatozoides contiene, más denso es el esperma". Aunque la fertilidad no solo viene determinada por el número de espermatozoides: sino también por su movilidad. "Tener muchos millones y que no se muevan no sirve de nada", concluye.

La forma de moverse de los espermatozoides no es lineal, hay tres tipos de movilidad, explican los expertos: la progresiva rectilínea o tipo A, es la que siguen los espermatozoides que nadan hacia delante en línea recta; la progresiva zigzagueante o tipo B, los que nadan en zigzag hacia delante; y los de movilidad no progresiva o tipo C, que siguen los que no se mueven hacia adelante, sino que lo hacen hacuia atrás o hacia los lados. Los expertos explican que en un eyaculado hay de los tres tipos, aunque también hay espermatozoides inmóviles.

A pesar de que la cantidad de espermatozoides que puede haber en el líquido preseminal es mínima, la realidad es que sí es posible fecundar un óvulo con ellos. "Es muy improbable, pero se pueden dar casos de que haya embarazos no deseados por la existencia de espermatozoides en la evacuación. Por eso, la protección debe ser fundamental desde el principio", apunta Cruz.
Aunque "algunos estudios apuntan directamente a que el líquido preseminal no contiene espermatozoides", según apunta García, dos investigaciones de 2010 y de 2016, realizadas a 27 y 42 hombres, revelaron el porqué de esos casos de embarazo: existe entre un 17% y un 37% de probabilidades de que el líquido preseminal arrastre espermatozoides que se hayan quedado alojados en la uretra de una eyaculación anterior y que estos tengan la movilidad suficiente para fecundar.

La realidad es que "el tiempo de supervivencia depende del medio en el que se encuentre”, dice Cruz. Si, por ejemplo, el semen cae en un lugar frío y seco, los espermatozoides no podrán vivir más de 30 minutos. Sin embargo, en un ambiente húmedo y caliente, como la vagina, pueden resistir hasta cuatro o cinco días. Aunque incluso dentro del cuerpo femenino corren el riesgo de no durar tanto tiempo: "Fuera del período ovulatorio, el pH puede matarlos en 30 minutos porque es más ácido", aclara García.

El cuerpo masculino produce espermatozoides toda su vida, pero su movilidad y su calidad decaen. A la contaminación, la mala alimentación y el estrés se suman factores como las enfermedades y el propio envejecimiento de las células. Aunque los expertos aclaran que aún en edades avanzadas puede haber espermatozoides fértiles y darse casos de fecundaciones. Sin embargo, distintos estudios han demostrado que cuanto mayores sean los hombres, más riesgo hay de que los bebés nazcan con malformaciones genéticas y problemas de salud.