Perros y gatos ya tienen sus muebles de IKEA y se parecen a los tuyos

Más vieja que la legendaria enemistad entre perros y gatos es la batalla que, desde hace siglos, tiene enfrentadas a estas segundas mascotas con el mobiliario de sus amos. Las mañanas del dueño de un gato comienzan con el descubrimiento de un nuevo arañazo en la cómoda de su salón. Un arqueólogo apenas necesitaría investigar los motivos del poco número de muebles en los hogares del Antiguo Egipto. Puede que la escasez de madera en el valle del Nilo sea la razón principal, pero una civilización que elevó a los gatos a la categoría de dioses difícilmente podía dedicar demasiados esfuerzos al diseño de mobiliario. Los bandos siempre han estado muy claros: o los gatos o la decoración.

En los últimos años, no obstante, cada vez son más los arquitectos y diseñadores metidos a mediadores en esa guerra, hasta hace poco apaciguada solamente por los forros de espuma o de esterilla. Se han visto juguetes sostenibles, sinuosos nichos en las paredes para que los gatos los recorran o casas que se pagan con un ojo de la cara. Ahora, IKEA ha querido ofrecer algunas de esas soluciones para todos los bolsillos y ha lanzado su esperada línea de artículos y muebles para mascotas. Es un tanto que, además, hay que anotar a favor del diseño español, porque las piezas que componen LURVIG (significa peludo en sueco) han sido creadas por la valenciana Inma Bermúdez.

“La idea de la colección surgió debido al aumento de mascotas en las familias de diferentes países”, explica la diseñadora. “El hecho de que las consideremos como miembros de la familia hace que estemos dispuestos a invertir más en su cuidado, confort y seguridad”, añade esta creadora, la única española que ha diseñado para el gigante sueco.

LURVIG contiene pequeñas casas para gatos que además sirven como mesitas auxiliares, camas, juguetes, boles de comida, bolsas de viaje… Inma Bermúdez, no obstante, es más de perros que de gatos y también ha diseñado artículos para esas mascotas. “Comparto mi vida con tres perros y echaba de menos que hubiera buenos productos para mascotas a un precio asequible”, explica. “Hemos contado, además, con el consejo de Barbara Schäfer, una veterinaria alemana que ha supervisado todos los productos para comprobar que son aptos tanto para perros como para gatos”, remata.

El catálogo de LURVIG diferencia entre artículos para unas y otras mascotas. “Desde el punto de vista del diseño, hubo que tener en cuenta que los gatos y los perros se comportan de manera muy distinta”, explica Barbara Schäfer. “En cuanto a los materiales usados, es importante para ambos que sean acogedores, duraderos y fáciles de limpiar, pero que cubran necesidades distintas: a los gatos les gusta arañar textiles con sus afiladas uñas, pero no traen suciedad, mientras que a los perros les gusta morder cosas con sus fuertes mandíbulas y ensucian mucho. La forma y funcionalidad del mobiliario pueden diferir enormemente si, además, tenemos en cuenta que, mientras que a los gatos les gustan los espacios angostos y cómodos, a menudo en lo alto, los perros prefieren echarse en el suelo o el sofá”.

La colección se ha diseñado para que pudiera encajar con el resto del catálogo de IKEA. “Por ejemplo, algunas de las camas de LURVIG para gatos están hechas a la medida de la estantería KALLAX, de manera que puedan colocarse en su interior”, explica la diseñadora. “El sofá cama KLIPPAN, por su parte, fue un encargo directo de IKEA, que pensaron que sería buena idea desarrollar uno a escala que recordara a su sofá más famoso”.

A los antiguos egipcios todos esos nombres no les diría nada, pero no les parecía nada extravagante que les construyamos sillones a sus gatos Sphynx.