Marisa Jara, operada de urgencia a causa de un cáncer
La modelo suma esta enfermedad a un pasado en el que se enfrentó, durante años, a la bulimia nerviosa y que terminó por reconvertirla en símbolo de las maniquíes con curvas en España
La modelo Marisa Jara ha sido intervenida este lunes a causa de un tumor que se encontraba cerca del colón. La intervención, que se realizó en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, requirió la extirpación del colón y de parte del intestino. Según personas próximas a la modelo, se trata de un liposarcoma, un tumor que suele aparecer en zonas de células grasas de cualquier zona del cuerpo, pero que es más frecuente en los músculos de las extremidades o en el abdomen.
Las primeras noticias sobre el resultado de la operación parece que apuntan a que se ha podido extirpar totalmente el tumor, pero ahora debe ser analizado para determinar sus características concretas y ver si precisa de algún tipo de tratamiento posterior, que en el caso de este tipo de patología suele ser radioterapia y, en menos ocasiones, quimioterapia.
Marisa Jara, de 38 años, tuvo su momento de mayor proyección profesional en los primeros años de la década del 2000, cuando posó como modelo en las principales ciudades del mundo dedicadas a la moda –París, Milán, Londres o Nueva York–, y posó para fotógrafos de éxito internacional como Patrick Demarchelier, David Lachapello, Peter Lindbergh o Manuel Outumuro. En aquella época, en 2006, también saltó al mundo de la prensa rosa por su relación sentimental con el bailarín Joaquín Cortés. Una relación que acabó poco tiempo después, al igual que los dos matrimonios posteriores de la modelo, que se casó en 2009 con el empresario Chente Gómez del que se divorció año y medio después y tras haber perdido el hijo que esperaban en común. Y en 2012 Jara con un anticuario madrileño, Manuel Vittorio, de quien se separó en 2015. En ambos casos, el trabajo y la distancia fueron los motivos que adujo Marisa Jara para tomar la decisión de separarse.
La modelo, que llegó por casualidad al mundo de la moda con 15 años cuando acompañó a su hermana a una agencia de publicidad, tuvo durante sus años de carrera como maniquí internacional problemas relacionados con los trastornos alimenticios, y tras superarlos se ha convertido en una defensora de las curvas. Precisamente en 2017, publicó un libro titulado La talla o la vida, en el que dio detalles sobre la bulimia nerviosa que sufrió durante años y el trabajo que le costó superarla.
Jara describió cómo el peso se convirtió en una obsesión en su vida presionada por quienes llevaban su carrera que cada mañana la medían y le instaban a no ganar ni un kilo más de los 52 que pesaba entonces. “Mi vida era un constante dilema entre mis problemas de peso y mi relación con la comida. Mi ansiedad estaba constantemente al acecho. No podía pretender comer de la misma manera y mantener una talla 36”, dijo durante la promoción del libro. La bulimia entró en su vida sin darse cuenta hasta que llegaron los desmayos por bajadas de tensión y de azúcar, caída del pelo, uñas quebradizas… Una situación que afrontó con ayuda médica y familiar y con una decisión que dio un vuelco a su vida: “Un día fui a mi agencia y les dije que quería ser modelo de tallas grandes”, explicó la modelo.
Cambió su profesión y cambió su vida, porque a pesar de que en más de una ocasión ha tenido que escuchar “qué pena que siendo tan guapa no estés más delgada”, se ha convertido en una exitosa modelo curvy y en una mujer más feliz que, además, compagina esta actividad con su faceta como diseñadora para su propia firma de complementos, Jade Jara.
Ahora, el cáncer vuelve a convertirse en la prioridad de esta modelo acostumbrada a dar la batalla y enfrentarse a momentos complicados que creía superados.
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