Por qué este año vamos a ir seguro a Dundee
La localidad escocesa acoge el nuevo museo Victoria & Albert, que ha diseñado el arquitecto japonés Kengo Kuma. Otra razón más para visitarla
Como al Louvre y al Guggenheim, al Victoria & Albert de Londres le crecen las sucursales. El que es el museo dedicado a las Bellas Artes y al diseño más grande del mundo −incluye la casa madre londinense, la V&A Gallery de Shekou (China) y el Museo Nacional de la Infancia del Reino Unido−, suma ahora el V&A Dundee, en esta ciudad de la costa este de Escocia de unos 150.000 habitantes, con una colección que pretende contar la historia del diseño escocés.
El museo, que se nutrirá de los fondos de la sede londinense del Victoria & Albert, comenzó su construcción en 2015, en el paseo marítimo de Dundee, que se adentra en el Río Tay. El concurso de arquitectura lo ganó el japonés Kengo Kuma, y el edificio, con casi 2.500 paneles curvos de hormigón, inspirado en los acantilados de la costa, se convertirá en el principal reclamo cultural y turístico de la ciudad, junto con el bloque neogótico McManus Galleries.
“Lo primero que exigirá la atención de los visitantes será el edificio en sí. Es tan hermoso por dentro como extraordinario por fuera. La conexión que hace entre la ciudad y el río es una experiencia muy especial. En el interior ofrece espacios a gran escala para mostrar ambiciosas exposiciones internacionales, y al mismo tiempo tiene una calidez e intimidad que corresponde a la visión del arquitecto de concebir el museo como una sala de estar, un lugar para que todos se sientan como en casa”, dice el director del V&A Dundee, Philip Long, especializado en arte y diseño escocés y británico del siglo XX.
Entre las obras expuestas, un recorrido por más de 500 años de historia, su director destaca el éxito que ha supuesto devolver a la vida un salón de té original panelado en madera de roble del arquitecto y diseñador escocés Charles Rennie Mackintosh. Mide 13,5 metros de largo y procede de las salas de té de Catherine Cranston en Glasgow, construidas en 1907 y almacenadas en cientos de piezas hace casi medio siglo.
Un vestido de gala que firma la diseñadora local Holly Fulton, un libro de manuscritos decorados del siglo XV y una tiara de diamantes de Cartier también forman parte del conjunto, así como maquetas de edificios relevantes de Dundee y el resto de Escocia, como el hospital Maggie's Centre de Frank Gehry. Además, para su apertura, el museo ha programado Ocean Liners: Speed and Style, una muestra sobre los objetos y la iconografía en la industria naval en el siglo XX.
“Las Scottish Design Galleries (galerías de diseño escocés) están llenas de objetos maravillosos e ideas de diseño internacional de Escocia, con una notable historia de creatividad de la que creo que no sabemos lo suficiente. Aprender más sobre ella ayudará a inspirar la creatividad en el futuro. Queremos que ayuden a comprender los procesos que hay alrededor del diseño, cómo los diseñadores de Escocia han tenido un impacto en el mundo, cómo el diseño da forma a nuestra sociedad y cómo fomenta nuestra imaginación”, añade Long.
Dundee no es ajena a todo ello. Fue nombrada en 2014 la primera ciudad de diseño del Reino Unido por la Unesco por sus diversas contribuciones a la cultura y la ciencia. De hecho, de aquí han surgido vías de investigación médica como la aspirina y la investigación biomédica (que ha llevado a cientos de nuevas aplicaciones contra el cáncer), el cómic, la mermelada de naranja y los videojuegos (como Lemmings y Grand Theft Auto). Para las Naciones Unidas, se trata de una “ciudad creativa”, como lo han sido también Bilbao, Turín y Helsinki. Hoy, en Dundee, creadores de moda y estilo de vida como Hayley Scanlan, Isolated Heroes y Abandon Ship Apparel y diseñadores de artículos de viaje como Lat56 continúan llevando el nombre la ciudad por la senda del diseño escocés.
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