Silicon Valley no nos salva
No pongamos nuestras esperanzas en manos de empresarios aunque parezcan jóvenes estrellas de rock, porque lo más probable es que nos defrauden
![Los trabajadores del centro logístico de Amazon en San Fernando de Henares han convocado una huelga de 72 horas.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/MGORXLKEY2VCJSQ6QMGZEK5BDI.jpg?auth=be22a3c5340d5b7e5eeb851c2dd3ac6b3e2e650b5b3a241d8cb16881fa20b3be&width=414)
Un multimillonario ingeniero con aura de salvamundos se entromete en la operación de rescate a los doce niños tailandeses atrapados en una cueva y acaba entorpeciéndola.
Otro ingeniero, que también es el hombre más rico de la historia moderna, se enfrenta a una huelga por las condiciones en las que mantiene a la base de trabajadores de lo que, para muchos, es la plataforma comercial más revolucionaria que existe.
La empresa que, esencialmente, define el flujo de información que pasa por nuestras manos y por nuestros cerebros día a día es sancionada con una multa monumental por parte de la Comisión Europea, acusada de abuso de posición dominante.
Todo ello, acontecido en los últimos siete días, se suma a la caída en desgracia de Facebook, o al cuestionamiento de Apple por su manera de esquivar impuestos. Los superhéroes de Silicon Valley, que algunos consideraron redentores de la humanidad ante políticos supuestamente corruptos e incapaces de enfrentarse a los grandes desafíos de nuestro tiempo, vuelven a ocupar su lugar.
Y su lugar no es otro que el que siempre han tenido los empresarios. Resulta que no están aquí para salvarnos, sino para salvarse a sí mismos. Mientras están en ello nos ofrecerán productos y servicios que quizá nos mejoren la vida. También pedirán nuestro trabajo a cambio de una remuneración. Pero al mismo tiempo tratarán de que sus productos y servicios sean los únicos, o de que la remuneración sea baja, o flexible. En definitiva, harán todo lo posible por maximizar sus beneficios.
Afortunadamente, tenemos un instrumento tan viejo como este dilema para encontrar un equilibrio: el Estado moderno. Con sus leyes para proteger a trabajadores y a consumidores, su inversión en ciencia e investigación básica, su sistema de bienestar, sus impuestos para financiar todo ello, sus mecanismos igualitarios para decidir cómo resolvemos tal o cual problema.
Así que no pongamos nuestras esperanzas en manos de empresarios aunque parezcan jóvenes estrellas de rock, porque lo más probable es que nos defrauden. Pero el aburrido, lento y seguro Estado: él siempre estará ahí para nosotros. @jorgegalindo
Sobre la firma
![Jorge Galindo](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F9fcc451a-d90e-47a2-bb2d-b03b3b1fb58d.png?auth=f215b5a4fd06368b299f148cb39e3c56a3e2ab06ccae495bc5a7c3c81d412aa9&width=100&height=100&smart=true)