La 'espeluznante' historia de Eddie, la mascota de Iron Maiden
Esta criatura infernal, que ha roto barreras, acompañó ayer a la banda de heavy metal en su concierto en Madrid
Los Rolling Stones se identifican por la lengua, AC/DC, por el rayo… y Iron Maiden, posiblemente la banda de heavy metal más grande de todos los tiempos, tienen a Eddie. Esta extraña criatura, mitad zombi mitad momia, a la que hemos visto durante tres décadas bajo diversas morfologías —con melena roquera y calvo; envuelto en vendas y portando una enseña británica hecha jirones en un campo de batalla; siempre mostrando los dientes en un gesto desafiante y aterrador—, no es solo el emblema ampliamente reconocido de un grupo musical, sino un hito del diseño gráfico. Como tal, define perfectamente el producto que vende: una música feroz, provocativa y rebelde, cualidades por las que sus seguidores —adolescentes, en los días dorados de la banda— la eligieron para demostrar con ahínco que nada podía producirles más placer que enojar a sus padres.
Esta extraña criatura, mitad zombi mitad momia, a la que hemos visto durante tres décadas bajo diversas morfologías, no es solo el emblema de un grupo musical, sino un hito del diseño gráfico
Iron Maiden actuaron ayer en el estadio Wanda Metropolitano, Madrid. Desde su creación, en 1981, la música que abandera ha pasado por altibajos, pero su imagen no ha perdido fuerza. “Creo que el acierto está demostrado”, dice el diseñador gráfico Rafa Sañudo, autor de más de 400 portadas, entre ellas algunas para Alejandro Sanz, Miguel Bosé, Marlango, Los Secretos o Los Piratas. “Son años de representar visualmente lo que es Iron Maiden. Es lo que es y no podría hacerse mejor: estética de cómic heavy y leñero a full”. Sañudo destaca que el personaje es puro rock, pues surge de la tradición de las portadas de discos de los años setenta, repletas de seres fantásticos en ambientes oníricos. “En estudios de diseño como Hipgnosis, responsable de la imagen de Yes, Pink Floyd, etc., se trabajaba la imagen de los grupos como si de la imagen corporativa de una empresa se tratase. Esa imagen era firme y estable, había prácticamente un manual de identidad”.
En todo este tiempo, la estampa de Eddie ha lucido en portadas, carteles de conciertos, pósteres y camisetas. Podría decirse que Iron Maiden están casi a la altura de KISS en lo que a explotación de merchandising se refiere. Las camisetas con la efigie de Eddie pueden verse en cualquier parte y en todo tipo de personas, incluso (paradójico) quienes no han escuchado jamás la música de Iron Maiden. “El rock tiene connotaciones de ser malote, de vivir al margen de la sociedad, conceptos a las que a una parte de la sociedad le gusta unirse de vez en cuando, por eso ves a unas pijas del barrio de Salamanca con estas camisetas. Tienen un punto vintage, que es otra de las cosas que la gente busca. Que posea una pátina que no tienen ellos. La moda lo ha introducido bastantes veces. Estos estampados, de rock o de Star wars, los han hecho Balenciaga, Vuitton...”, explica Enrique Campos, estilista, director creativo y experto en moda.
Eddie acompaña a Iron Maiden desde los inicios del grupo. Como cuenta Neil Daniels, autor de la biografía Killers: The origin of Iron Maiden (2014), la inspiración llegó a través del primer cantante de la banda, Dennis Wilcock, y su fascinación con KISS. A Wilcock le chiflaba pintarse la cara y desparramar sangre de pega por el escenario. Tras su marcha, el bajista y líder Steve Harris creyó oportuno dar continuidad a esa faceta teatral de los conciertos y entre todos pensaron en instalar un muñeco —al principio una simple cabeza— al fondo del escenario.
“Se colgaba detrás de la batería y durante el tema Iron maiden escupía sangre que empapaba a Doug Sampson, quien por entonces se encargaba de los tambores. A Sampson le hacía mucha gracia”, cuenta Daniels. “El nombre de Eddie viene de la costumbre de muchos londinenses de comerse la ‘h’ cuando hablan, de modo que ‘Ed’ vendría a ser una derivación de ‘head’ [cabeza], y ‘Eddie’ sería una evolución natural de ‘Ed”.
“Eddie nació del hecho de que los miembros de la banda eran muy tímidos, así que tuvimos que inventarnos una criatura que diera la cara por ellos”
La cabeza, que Daniels describe en su libro como “de andar por casa”, fue fabricada por un colega del grupo que estudiaba en la Escuela de Arte, a partir de un molde de la cara del ingeniero de luces, Dave Lights Beasley. O lo que es lo mismo: hay un tipo por ahí que tiene la cara de Eddie.
Como explicó Rod Smallwood, mánager de Iron Maiden, “Eddie nació del hecho de que los miembros de la banda eran muy tímidos, así que tuvimos que inventarnos una criatura que diera la cara por ellos”. Al poco tiempo, vino la creación gráfica: Eddie, ya con brazos y piernas, convertido en personaje de portada. “Quisimos que fuera enigmático. Tiene diferentes formas y tamaños, puede ser etéreo, salvaje; siempre divertido y siempre de nuestro lado. Ha sido muy divertido trabajar con él”, contó el representante a la revista americana Billboard en 2008. Y sí que debió de serlo. Como recuerda el exdirectivo de EMI Records Rupert Perry en la misma publicación, “cuando Rod [el mánager] estaba negociando con nosotros, le convencí para que apareciera en las oficinas vestido como Eddie. Pasó por las 13 plantas, y lo más importante, irrumpió en la reunión de márquetin semanal. Hay una foto de Rod a punto de decapitar al jefe de márquetin con un hacha. Después de aquello, todo el mundo en el edificio sabía quiénes eran Iron Maiden”.
La imagen de Eddie tal y como la conocemos es obra del diseñador gráfico Derek Riggs, autor de todas las portadas de álbumes y singles de los Maiden desde los comienzos del grupo hasta 1992 (cuando quisieron darle un aire nuevo al personaje). “Un día el mánager me llamó y me dijo que quería un dibujo para una portada de un single que trataba del demonio y brujería que se titulaba Purgatory [quinto single del grupo, publicado en el verano de 1981]. Inmediatamente me vino a la mente la imagen de un cómic que me gustaba de niño, del Dr. Extraño, en el que un villano gigante le tenía colgado de cuerdas como a una marioneta. Pensé que podría quedar como el día y la noche si usaba a Eddie. Muchos de los fondos infernales que dibujo están basados en mi conocimiento del arte cristiano medieval”, contó Riggs en una entrevista para Classic Rock en 2012.
En 2014, un club de fans organizó una recogida de firmas para pedir que Iron Maiden volviera a contratar a Derek Riggs: se recogieron 3.000 solicitudes. Bruce Dickinson, legendario cantante del grupo, lo llamó para que le diseñara la portada de su disco en solitario Accident of birth, de 1997.
Y así hasta hoy. No deja de tener su gracia que a pesar de cambios en la formación, bandazos estilísticos (realmente no muy llamativos en el caso de Iron Maiden) y una legión de fans que ya no tienen 16 años, sino alrededor de 50, este muñeco del demonio siga haciendo de las suyas.
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