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Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez
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análisis

Una visión desde dentro de las negociaciones

El Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular entrará el próximo mes en la ronda final de los acuerdos

 Llegada al puerto de Valencia del barco Aquarius, el pasado 17 de junio.
Llegada al puerto de Valencia del barco Aquarius, el pasado 17 de junio. Jose Miguel Fernandez de Velasco ©GTRESONLINE

El próximo mes, el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular (GCM, por sus siglas en inglés) entrará en la ronda final de negociaciones. Pocos desafíos internacionales son de mayor importancia. Si tenemos éxito, el mundo establecerá un acuerdo con el potencial de transformar las vidas de casi 250 millones de migrantes en todo el mundo.

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Las negociaciones son complejas, pero los Estados están progresando

El Pacto tiene su origen en la Declaración de Nueva York para Refugiados y Migrantes. La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó este histórico acuerdo mundial en 2016, cuando, como embajador de Irlanda ante la ONU en ese momento, tuve el privilegio de desempeñar el papel de cofacilitador de las negociaciones que lo llevaron a cabo.

Las negociaciones actuales, sin embargo, son más complejas. Los Estados miembros deben ir más allá de los principios básicos y deben llegar a acuerdos concretos sobre asuntos que no son solo políticamente sensibles, sino que plantean considerables dificultades legales y técnicas.

Habiendo sido testigo de la penúltima ronda de negociaciones la semana pasada, mi valoración es que los Estados ya han llegado a un acuerdo sustancial.

Sobre esto, las delegaciones de los Estados están haciendo avances. Bajo la experta presidencia de los embajadores de Suiza y México, las delegaciones han elaborado un borrador que incluye tanto los compromisos generales como una lista de objetivos políticos específicos.

Habiendo sido testigo de la penúltima ronda de negociaciones la semana pasada, mi valoración es que los Estados ya han llegado a un acuerdo sustancial y estoy seguro de que las negociaciones llegarán a un resultado exitoso.

Algunas áreas donde los desafíos permanecen

Los refugiados y los migrantes pertenecen legalmente a dos categorías diferentes. Muchos Estados se sienten incómodos con las consecuencias de difuminar esta distinción

Sin embargo, algunos desafíos aún deben ser abordados. El primero es encontrar un equilibrio entre la necesidad de cooperación internacional y la soberanía nacional, y la capacidad para tomar decisiones por parte de cada uno de los Estados. Algunos Estados, en particular el Grupo Africano y China, defienden un mayor compromiso con la cooperación; otros como la Unión Europea, Australia, Singapur y Malasia son menos entusiastas.

Un segundo desafío se relaciona con la distinción entre la migración "regular", una categoría a la que pertenece la gran mayoría de los migrantes y las muchas formas de migración "irregular". Los estados europeos, India, Pakistán y China temen que el énfasis excesivo o el apoyo a las vías legales para abordar la migración "irregular" podría actuar como un incentivo para que un mayor número de migrantes recurra a la migración “irregular” en el futuro. Otros Estados, como el Grupo Africano, prefieren mirar de manera más general los desafíos que enfrentan todos los migrantes.

Una serie de desafíos se relaciona con la diferente condición jurídica que tienen los refugiados y los migrantes, las vulnerabilidades que pueden sufrir, sus necesidades y su derecho de protección. A pesar de que pueden enfrentar desafíos comunes, los refugiados y los migrantes pertenecen legalmente a dos categorías diferentes. Muchos Estados se sienten incómodos con las consecuencias de difuminar esta distinción y están observando con atención el tratamiento que da el pacto a los migrantes en situaciones vulnerables. A pesar de los grandes esfuerzos realizados por los cofacilitadores, algunas delegaciones aún piensan que la distinción no es lo suficientemente clara.

También existe cierta sensibilidad sobre si el pacto debe incluir referencias a la no devolución, un principio clave del régimen de protección de refugiados bajo el cual los Estados no pueden devolver a los refugiados a territorios donde su vida o libertad están en riesgo. El Grupo Africano, el Grupo Árabe, India y China están bloqueando tales referencias y han presentado este tema como una línea roja para ellos.

Otros, como la UE y los países nórdicos, responden que este principio forma parte del Derecho Internacional de los Derechos Humanos y ya se incluyó en la Declaración de Nueva York. Espero que el asunto se resuelva en el contexto de las concesiones a medida que se acerca el final de estas negociaciones.

Relación con otros procesos internacionales sobre refugiados y desarrollo sostenible

Se está preparando un Pacto Mundial para los Refugiados en un proceso separado, dirigido por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), también a partir del mandato de la Declaración de Nueva York.

Si bien los dos procesos son distintos, algunos problemas son relevantes para ambos pactos y los dos acuerdos deben manejarse de manera complementaria. La sociedad civil ha enfatizado los riesgos inherentes a la separación de los dos procesos, especialmente porque aspectos relevantes comunes a ambos se podrían tratar de manera inconsistente o sin prestar la atención debida.

Las delegaciones han enfatizado la estrecha relación entre el Pacto Mundial para la Migración y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Gracias en parte al trabajo realizado por el Overseas Development Institute y otros organismos, el borrador reconoce los vínculos entre ambos.

En el futuro, estos vínculos deberán integrarse en los acuerdos para realizar el seguimiento en la implementación del Pacto. Con ese fin, se propone que un Foro Internacional de Revisión de la Migración se reúna cada cuatro años y que sus conclusiones puedan ser consideradas por el Foro Político de Alto Nivel (HLPF, por las siglas en inglés de High Level Political Forum), el organismo de la ONU que supervisa la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Espero que tal interacción pueda ser fortalecida.

El sistema de la ONU en sí mismo, por supuesto, será un actor clave. Será importante asegurar enfoques conjuntos por parte de todas las agencias de Naciones Unidas: me anima ver los pasos que ya han tomado en esta dirección el Secretario General, la vicesecretaria general y la representante especial del secretario general para la Migración Internacional.

La parte política del proceso no es sencilla. La decisión de Estados Unidos de no participar ha perturbado a algunos. Las intervenciones de Hungría que han cuestionado algunas posiciones básicas ya acordadas en la Declaración de Nueva York también han causado malestar. Otro factor inquietante es la especulación sobre el posible impacto de las elecciones del 29 de junio para el cargo de director general de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Pero en general, el estado de ánimo es de tranquila determinación para llevar este proceso a un resultado exitoso el próximo mes con un Pacto que marcará una diferencia real sobre el terreno para millones de migrantes de todo el mundo.

David David Donoghue es un miembro distinguido del Overseas Development Institute (ODI).

Este artículo fue originalmente publicado en la página web del ODI.

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