¿Es esta la oficina más pequeña del mundo?
La firma Black Tone, de la casa valenciana JMM, lanza un cubo móvil de apenas un metro de ancho con todas las prestaciones necesarias para teletrabajar
La que puede que sea la oficina más pequeña del mundo mide 71 centímetros de ancho por 99 centímetros de largo. Es de madera lacada y níquel y se ilumina con lámparas de leds. También es móvil y puede acoplarse en cualquier parte de una casa. Este mueble, HO Cube –su nombre viene de los términos en inglés home (casa) y office (oficina)–, ha sido creado en Valencia por la firma Black Tone de la centenaria casa JMM (José Martínez-Medina), y recibió el premio HiP Award de la feria de mobiliario para empresas y espacios públicos, NeoCon, de Chicago, el pasado año. Su funcionalidad puede llegar a acabar con el caos doméstico de muchos autónomos que trabajan desde casa.
“Queríamos una pieza que funcionara como oficina y que desapareciera cuando se haya terminado el trabajo; es un mueble que, aún estando cerrado, simula un elemento de bienvenida, de transición, y no te obliga a tener la mesa con el ordenador siempre expuesta. Además, permite recoger y cerrar el desorden que has creado de manera rápida”, cuenta su diseñador Francesc Rifé (Sant Sadurni d'Anoia, Barcelona, 1969). En un continente como Europa, donde el 17 % de los empleados teletrabaja –frente al 6,7% de España–, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y Eurofound, el HO Cube puede ser una solución espacial para todos ellos.
HO Cube es, como su nombre indica, un gran cubo que se divide en dos partes, ambas con conexión eléctrica, que añade, además, un asiento con tapizado de lana y mango de cuerpo. “Sigue la dinámica de que todo esté incorporado en los espacios e intenta evitar lo superfluo”, cuenta Rifé sobre este mueble cuyo precio es 3.120 euros.
Para el director y diseñador de la firma JMM, José Martínez-Medina (Valencia, 1955), el HO Cube es “un mueble un poco teatro, es una sorpresa en sí, una especie de secreter donde tienes todo lo necesario para trabajar; nos apasionan los materiales y que esté todo vinculado con una visión tecnológica, pero sin que resulte obvio”. En esta línea también lanzaron bajo la marca Black Tone el OK Cube, un mueble que alberga y esconde lo necesario para servir de manera elegante una bebida fría o caliente –incorpora un botellero, una máquina de café y enchufes–. “Es el mueble bar del futuro, se abre para que el propio anfitrión sea el que te sirva y luego se cierra”, añade Martínez-Medina.
Para la casa JMM, fundada en 1896, la creación de la marca Black Tone es dar un paso más en su fructífera trayectoria en la que han llegado a colaborar con clásicos como el arquitecto italiano Gustavo Pulitzer o los hermanos Osvaldo y Fulgenzio Borsani. “JMM lleva 122 años en la industria del mueble, es una marca de autor, y necesitábamos crear otro tipo de objetos, dar cabida a otros diseñadores y arquitectos”, cuenta Martínez-Medina. Así, han incorporado, además de Francesc Rifé y el propio José Martínez-Medina, nombres como Javier Carvajal, arquitecto conocido por el pabellón español en la Feria Internacional de Nueva York de 1964, o Mario Ruiz, Premio Nacional de Diseño 2016.
La primera colección de mobiliario para espacios de trabajo de Black Tone está formada por piezas híbridas que también podrían estar en un hogar. “El lugar de trabajo se acerca tanto al de casa que muchas veces no se sabe dónde se está; los muebles ya no se encorsetan tanto”, confirma. Un sofá que ayuda a mantener la postura correcta en una conversación (Joseph), un sillón de espera con estructura en haya (Neo) o una mesa multiusos con bandejas a los lados (Unipers), son algunos de estos nuevos muebles.
“Ya no hay jerarquías en el trabajo, existe el street office –oficina de calle–, nos comunicamos en un espacio informal y en tiempo real, hay que evitar los cubículos y las separaciones, y toda esta nueva forma de trabajar tiene que presentarse con buenos elementos de acústica que absorban los sonidos, con objetos ecológicos que nos hagan sentir bien, rodeados de arte…”, explica Martínez-Medina. Es, en definitiva, acercarse a la oficina del futuro, que quizá, como el HO Cube, también puede ser la más pequeña.
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