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Españoles de aquí y de allá

Esta serie de reportajes que analiza cómo las distintas comunidades de migrantes y sus hijos siguen enfrentándose a estereotipos

SARA ROSATI

En España viven cerca de cinco millones de migrantes. Esta es la historia de los hijos de esos migrantes y de aquellos que han obtenido la nacionalidad. Una historia de pertenencia a varias patrias, de dobles identidades pero también de discriminación. Así es cómo se enfrentan las comunidades árabe, afroespañola, china y latinoamericana a los estereotipos sobre su origen. 

La España afro es invisible

El mismo fin de semana que se llevaba a cabo el referéndum ilegal del 1 de octubre en Cataluña tuvo lugar en Madrid el festival de la "Afroconciencia". Ambos eventos parecieran no tener nada que ver, pero cerca de 15.000 personas se reunieron ese día en el Matadero de Madrid con un objetivo. “Asumir que España va más allá de catalanes, andaluces o vascos: los afrodescendientes formamos parte de la sociedad desde que nació este país”, explica Lucía Mbomio, una periodista madrileña de padre guineano y madre española.

‘Chiñol’: el dilema de ser chino y nacer en España

A Quan Zhou le gustaría poder decir que nunca ha recibido ataques racistas, pero esta española de padres chinos reconoce que los ha sufrido desde niña. “Me miraban de forma extraña, me perseguían por la calle o me decían china, pero con asco”, afirma sentada tras la mesa de una librería madrileña donde firma su segunda novela gráfica, Andaluchinas por el mundo. La ilustradora de 28 años cuenta, mediante dibujos y con mucho humor, cómo ha sido crecer en España con sus orígenes. Ella misma se define como “andaluchina”, porque nació en la ciudad gaditana de Algeciras. Prefiere usar este término en vez del de “chinoles”, acuñado por los hijos de migrantes chinos nacidos en España para definirse como una generación a caballo entre la cultura asiática y la europea.

Latinos en España: la difícil convivencia entre dos identidades

Casi un 80% de los hijos de inmigrantes se sienten “como en casa” cuando están en España, según el informe Investigación Longitudinal de la Segunda Generación en España de la Fundación José Ortega y Gasset, publicado en noviembre de 2017. Y la colombiana Lina Khaterine Larrea se veía así hasta que a los 10 años empezó a sufrir acoso escolar. “Me tiraban piedras, me llamaban cocainómana. Solamente porque era colombiana”, relata desde una plaza del centro de Madrid. Fue entonces cuando se dio cuenta de que, por tener dos identidades, le iba suponer “un dolor y un sacrificio” vivir en esta sociedad.

Árabes en España: ni todos machistas, ni ellas sumisas. Y tampoco terroristas

La noche del sábado fue una de esas en las que Fátima Benamar se fue a dormir con un doble sentimiento. Un terrorista de 21 años de nacido en Chechenia asesinó a cuchilladas a una persona en París al grito de “Allahu akbar” (Alá es grande). “Tras un ataque terrorista, siento que algo horrible ha sucedido, pienso en las familias de las víctimas, pero a la vez tengo pánico de ir a trabajar al día siguiente”, cuenta esta traductora saharaui que lleva 27 años viviendo en España. Ese miedo del que habla, como árabe y musulmana, es el de que la asocien con los terroristas. “Me dicen: ‘Mira lo que hacen tus paisanos”. Sin embargo, el US National Counterterrorism Center indica que entre 2001 y 2015, el 75% de las muertes por terrorismo yihadista se produjeron en países de mayoría musulmana.

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