_
_
_
_
_
ANÁLISIS
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Modos de decir hola y adiós

Rajoy rebajó la sangre que exhibió su portavoz, Rafael Hernando

Mariano Rajoy saluda a la bancada popular.Vídeo: J.J. Guillén (EFE) / EPV
Juan Cruz

Mariano Rajoy se despidió la noche anterior, ocho horas de asueto en un restaurante. Mientras dilucidaban su futuro en la Cámara él escribía su despedida sobre servilletas de tela, ante el whisky cantado por el ministro de Cultura, ahora en trance de ser despedido también. Pedro Sánchez le dijo hola a la presidencia con el ritmo del pacharán, un licor de resonancia más cercana. La mesa es el espejo del alma, a ella se recurre para enamorar o despedirse, decía Neruda. El whisky es más de despedida, conviene olvidar. El pacharán es para seguir de parranda, licor de mediodía.

Más información
No-confidence Motion At Spanish Parliament
La despedida de Rajoy: Ha sido un honor, gracias
Mariano, el registrador de la política; por J. Casqueiro

Rajoy fue al hemiciclo a decir adiós. Fue elegante y sobrio, como un registrador de sentimientos. Le rebajó la sangre que exhibió su portavoz Rafael Hernando. Hernando presumió que le estaba escuchando su jefe, pero éste debió espantarse del tono, pues cuando llegó al atril le deseó suerte a Sánchez. Hernando le había puesto en bandeja el infierno al candidato, maldito seas. Onetti tiene un cuento, El infierno tan temido, en el que una dama despechada envía trilita a su amor perdido. Su tono estaba en su nariz, en su ceño, en sus dientes. Mucho tiempo sin ver a alguien hablar con los dientes en el hemiciclo.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Hubo gente que contó los segundos (y la intensidad de esos segundos) que duró el saludo manual de Sánchez y Rajoy. Modo de decir hola y adiós al escenario de sus diatribas. Duró lo que suelen durar estos apretones: cinco segundos, más o menos. ¿Intensidad? La habitual entre adversarios: media. Se les vio sonreír. Antes se dijeron de todo, y al final se desearon suerte, uno por España (Rajoy a Sánchez), y Sánchez le deseó a Rajoy felicidad particular. Eso pasó en el lado de los abrazos rotos, que diría Pedro Almodóvar. Y en el lado de los abrazos que en este instante parecen para siempre, los de Pedro y Pablo. Iglesias conminó al candidato a portarse bien. Como Pedro no le respondió en ese tono, el líder de Podemos se apeó en marcha de su diatriba e incluso le pidió perdón a Pedro Sánchez por habladurías pasadas. Uf, cuánto libera un abrazo.

Podemos tiene su emblema poco engrasado pero lo puso en el púlpito parlamentario en cuanto acabó la votación. "Sí, se puede" gritaron sus diputados, novios y padrinos en la boda. O fue exceso de celo o bien fue apropiación indebida, pues en sentido estricto no fueron los únicos que pudieron aupar a Pedro al estrellato.

Los nombres propios empiezan a barajarse. Le pregunté a un diputado si se ve de ministro. Fernando Morán le preguntó a un periodista de EL PAÍS si en este periódico se sabía si él iba a ser ministro de González, fue en el otoño de 1982. No, no lo sabíamos. En este caso, el posible ministrable dijo a este requerimiento: “Más bien sueno como ujier”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_