Los médicos de República Democrática del Congo también serán vacunados de ébola
La Organización Mundial de la Salud enviará unas 4.000 dosis de una vacuna experimental ya aprobada por el Ejecutivo congoleño
La campaña de vacunación contra el ébola en República Democrática del Congo (RDC) estará destinada no solo a las personas cercanas de los sospechosos de haber contraído el virus, sino también al personal médico y a los expertos epidemiólogos, según ha anunciado la Organización Mundial de la Salud (OMS), que se dispone a enviar desde Ginebra 4.000 dosis de una vacuna experimental que ya ha sido aprobada por el Ejecutivo del país. Hasta la fecha, se han contabilizado 41 casos de este nuevo brote del virus, de los cuales dos se han confirmado en laboratorio, 20 se consideran "probables" y 19 son sospechosos. La OMS declaró a última hora del miércoles que hasta ahora han fallecido 23 personas y el ministro de salud del país, Oly Ilunga Kalenga, aseguró que el brote "ha entrado en una nueva fase", ya que se han detectado casos en Mbandaka, al noroeste del país y con un millón de habitantes.
El Gobierno congoleño validó el pasado final de semana la vacuna, Vsv EBOV, que aún no tiene licencia oficial, a pesar de que se han llevado a cabo pruebas piloto en Guinea Conakry. La decisión de probar la vacuna también con el personal sanitario se debe a que de esta manera se pretende evitar que quienes prestan los primeros auxilios a los enfermos se contagien y sean a su vez foco de infección, según ha explicado en rueda de prensa Tarik Jasarevic, portavoz de la OMS. Los médicos fueron, precisamente, importantes transmisores de ébola en la pandemia que azotó entre 2014 y 2016 a Liberia, Sierra Leona y Guinea Conakry. Con 28.000 infectados y más de 11.000 muertes, se considera la peor de la historia.
Jasarevic ha asegurado que hasta la fecha se han identificado 480 contactos de casos sospechosos, pero que hay equipos de epidemiólogos sobre el terreno que siguen identificando más personas como sospechosas de haber estado en contacto con el letal virus. El hecho de que solo dos se hayan confirmado en laboratorio responde a que en la zona donde ha surgido el brote, Bikoro (noroeste del país), es un lugar remoto a 280 kilómetros de la capital de la provincia de Ecuador, con una infraestructura muy pobre y un acceso complicado. No cuenta con un laboratorio propio, y las muestras deben enviarse a Kinshasa. Además, muchos de los casos sospechosos murieron y están enterrados.
El Gobierno congoleño validó el pasado final de semana la vacuna, Vsv EBOV, que aún no tiene licencia oficial
La OMS pretende instalar esta misma semana un laboratorio ambulante en la zona del foco, que por ahora se ha calificado de "moderado", para poder moverlo por la región en función de las necesidades. La campaña de vacunación deberá comenzar a finales de esta semana o principios de la próxima, y ya se están instalando los materiales para poder mantener la cadena de frío, dado que la vacuna debe mantenerse a una temperatura de entre -60 y -80 grados centígrados.
La temperatura, precisamente, es algo que inquieta. Este martes, el Gobierno manifestó su preocupación por el calor que azota la zona de Bikoro. "El envío de vacunas está condicionado por el establecimiento de la cadena de frío, que debe garantizar que se almacenen a 70 grados bajo cero, desde Ginebra hasta Bikoro", ha declarado la portavoz del Ministerio de Salud de la RDC, Jessica Ilunga. "Los empleados logísticos del Ministerio de Salud y la OMS trabajan juntos en esto. Una vez tengamos la confirmación de que todo está listo, las vacunas serán enviadas".
Por su parte, la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) ha informado de que está llevando a cabo campañas de concienciación sobre los riesgos del ébola en las zonas fronterizas del país y especialmente en los pasos fluviales que comparten RDC con la República del Congo y con República Centroafricana. Se trata del noveno brote de ébola que golpea a la República Democrática del Congo desde que se descubrió el virus en 1976 en este país, cuando entonces se denominaba Zaire.
La enfermedad, que se transmite por contacto directo con la sangre y fluidos corporales de personas o animales infectados, causa hemorragias graves y puede alcanzar una tasa de mortalidad de hasta el 90 %. Sus primeros síntomas son fiebre repentina y alta, debilidad intensa y dolor muscular, de cabeza y de garganta, además de vómitos.
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